Nueva etapa en India. Llegamos a la Fundación Vicente Ferrer

Después de 3 meses y medio cogiendo fuerzas en Sevilla, disfrutando de la familia, los amigos, la comida y de una ciudad maravillosa, llegó el momento de volver a marcharse. Y cómo se siente uno cuando se marcha a vivir a la India por un año? Pues las últimas semanas han sido de sentimientos encontrados. Por un lado tienes muchas ganas de empezar a vivir la experiencia, de despejar las dudas del cómo será, pero también te asalta el miedo a lo desconocido, la pena y la nostalgia por lo que dejas atrás, momentos de esos en los que cierro los ojos y me pregunto por qué me he metido en ésto o por qué no tuve 3 hijos y me dediqué a criarlos. Así que es una sensación agridulce, en la que en algunos momentos estás con mucha energía positiva y en otros te invade la tristeza y el miedo. En mi caso, como según Pablo soy fotosensible, durante el día estoy en el subidón tipo tripi-seta alucinógena y por las noches me convierto en la inseguridad hecha persona y los miedos se apoderan de mi como si fueran monstruos que estaban esperándome en el armario.

Pero las semanas han ido pasando hasta que llegó el día de subirnos al ave. Los últimos dos días no suele haber ni seta alucinógena ni nada de nada, las despedidas son lo que peor llevamos, dejar a los nuestros atrás. Pero eso si, una vez que nos montamos en el tren y se pone en marcha, mi espíritu vuelve a entrar en mi cuerpo y vuelvo a ser yo, Elena, la incansable viajera, la aventurera que puede con todo con Pablo de la mano. Vuelvo a reconocerme a mi misma y la fuerza me sale de dónde no sabía que estaba. Y con esa fuerza nos comimos las 28 horas de viaje: ave a Madrid, vuelo a París, a Bombay, a Bangalore, y 3 horas de coche hasta Anantapur, donde está la sede de la fundación.
JUSTO EN EL MOMENTO DE MONTARNOS EN EL AVE
LA LLEGADA A LA SEDE, CARITA DE CANSADOS SENTADOS ENLA CANTINA CON LA FOTO DE VICENTE AL FONDO
Y así como los últimos días son los más difíciles cuando te vas, los primeros son los más difíciles cuando llegas a un sitio nuevo en el que todo el mundo se conoce. La sede de la Fundación es un sitio magnífico, precioso, con unas casitas agradables y muy tranquilo, aunque la ciudad que hay en la puerta es el más absoluto caos. En la sede viven indios y españoles. La mayoría de estos españoles son voluntarios como yo (no cobran), y una minoría son cooperantes como Pablo (tienen contrato de trabajo en España). Algunos han venido por 3 o 6 meses (la mayoría), algunos hemos venido por un año y otros pirados llevan aquí ya varios años. Así que hay gente de todo tipo, de todas profesiones y de todas las partes de España. Pasamos en ese campus un par de días, superando el Jet Lag y conociendo a todo el mundo, pero el sábado nos trajeron al campus de Bathalapalli, la ciudad en la que vamos a vivir. Aquí se encuentra el hospital principal de la Fundación con bastantes especialidades, un centro de discapacitados psíquicos, una escuela de enfermería, hospital de VIH, gimnasio... y casas para los trabajadores. Aunque este campus es muchísimo más grande, en él hay muchos menos españoles. Prácticamente viven los sanitarios y los relacionados con actividades deportivas. En este momento seremos 11 españoles viviendo aquí, frente a los 35 que debe haber en el otro campus. Voy a poner muchas fotos del hospital porque se que eso a nuestros padres les encanta.
ESTA ES LA CALLE EN LA QUE ESTÁ EL HOSPITAL
LA PUERTA DE ENTRADA DE URGENCIAS
LA PUERTA DE ENTRADAS GENERAL, CON SU VENDEDOR DE COCOS Y TODO
NADA MÁS ENTRAR ENCUENTRAS UN PUESTECITO VENDE-TODO, EL HOSPITAL INFANTIL A LA IZQUIERDA Y EL GENERAL A LA DERECHA
ESTE ES EL HOSPITAL INFANTIL Y SI CAMINAS ENTRE LOS DOS HOSPITALES, ESA SE CONVIERTE EN  MI CALLE, A AMBOS LADOS ESTÁN TODAS LAS CASAS ASÍ QUE UN 1 MIN ESTÁ PABLO EN SU TRABAJO
EL INTERIOR DEL HOSPITAL GENERAL. SON TODO PATIOS Y PASILLOS ABIERTOS. HICIMOS LA FOTO POR LA TARDE CUANDO YA SE QUEDA MEDIO VACÍO. POR EL DÍA ESTÁ LLENITO DE MUJERES CON SARI POR EL SUELO COMIENDO O DURMIENDO, POR TODA PARTES.
 
Todo el mundo dice que vivir aquí tiene varias ventajas, una es que al ser menos españoles se convierten en una familia y se hacen muchas actividades juntos. 
 AQUÍ COMIENDO EN LA CANTINA DE BATHALAPALLI, COMPARADA CON LA DE LA SEDE PRINCIPAL, QUE ES LA DE LA FOTO RECIÉN LLEGADOS, ES BASTANTE CUTRE
La otra es que las casas aquí son casas de verdad, no sólo una habitación con baño, sino casitas con su salón-cocina, dormitorio, baño y wifi. Baño sin ducha, eso si, que toca todo el año ducharse a cubazos. A nosotros nos tenían asignada una casa muy grande, con un salón inmenso, dos dormitorios y dos baños. Como la casa no estaba preparada, nos han metido provisionalmente en una casa más pequeña con sólo un dormitorio. Pero nos ha gustado tanto ésta que hemos pensado en la posibilidad de quedarnos aquí definitivamente. De momento nos hemos instalado, hemos colocado todas nuestras cosas y la hemos hecho nuestra. Bueno, nuestra y de las miles de hormigas y las 3-4 lagartijas que la habitan. Y mira que me dan asco, no las soporto, es un bicho que me puede, pero creo que aquí van a ganar la batalla. Después de que anoche nos cayera una largatija en la cama mientras que estábamos viendo una peli he decidido que debo asumir que tendremos que convivir, a ver si se convierte en otro miedo superado.
ESTA ES NUESTRA CALLE Y LA CASA AMARILLA DE LA IZQUIERDA ES LA NUESTRA
LA CASITA VISTA DESDE DELANTE
EL SALÓN-COCINA
EL DORMITORIO
EL BAÑO. Y SI, ESOS CUBOS SON NUESTRA DUCHA
Y ayer fue el primer día de trabajo de Pablo en el hospital. Yo, que desde que llegué tengo una total afonía gracias al aire acondicionado nivel oso polar del avión, empezaré a trabajar hoy. De momento voy a organizar la biblioteca de la fundación. Luego ya se verá. Os seguiré contando cómo es el día a día de esta nueva etapa, pero de momento estamos contentos. Y recordadlo: Cuidado con lo que soñáis porque se puede cumplir!

Las mejores playas del mundo


Muchas veces nos preguntan cuál es la mejor playa en la que hemos estado. Y no creáis que la respuesta es fácil, mas bien me resulta de lo más complicada. Y la complejidad no reside sólo en que yo no soy muy playera, sino en qué es lo que considera la otra persona que es una playa maravillosa. El tiempo me ha enseñado que no debo recomendar. Algúna vez he recomendado algún país que luego a la otra persona no le ha gustado. Porque cada uno busca y espera una cosa del sitio al que va, y en eso, cada persona es un mundo.

En cuestión de playas yo soy de lo más bastarda, así que probablemente el tipo de playa perfecta para mi no lo es ni mucho menos para el que me está preguntado. Porque, qué espero yo de una playa? pues para empezar, soy una persona de lo más friolera. Pero friolera friolera, que yo o estoy a 50 grados o estoy congelada como un pingüino. Vamos que o el agua del mar está por encima de los 38 grados o me quedo en la orilla diciendo lo fría que está cada vez que una ola me roza los dedos gordos de los pies. Así que si una playa es preciosa pero el agua está por debajo de mi temperatura corporal, lo más seguro es que no me de ni un bañito y ya no me parezca una playa perfecta. Muy bonita, si, pero no el paraíso, no MI paraíso.

Por otra parte ya he dicho que no soy especialmente playera: la arena me incomoda, me da miedo y me aburre tomar el sol y a los 15 minutos de estar en el agua ya estoy "enguachisná". Por eso para mi, la playa perfecta no es esa playa desierta de película en la que la selva acaba en el mar con cocoteros inclinados sobre el agua. Que si, que eso es muy peliculero y muy precioso, que yo reconozco su belleza y puedo pasar una hora haciendo fotos. Pero cuando he hecho las fotos y llevo 15 minutos en el agua "enguachisná" ya me aburre esa playa como una ostra. Por eso yo prefiero que la playa ofrezca cosas, es decir, que detrás de esa playa paradisiaca haya cosas para hacer: sitios para comer, para darse masajes, para pasear... Así que muchas veces, las playas que están más cerca de Benidorm que de las Fiji a mi me gustan más. Y ya se que esto levantará muchas críticas, pero yo soy así, ya lo dije al principio, para las playas soy muy bastarda. Así que partiendo de esa base, voy a hablaros de playas que me han gustado en todos estos años de viajes sin que el orden implique nada:

Las islas Fiji son lo que cualquiera podría considerar el paraíso con mayúsculas. Islas tan pequeñas y desiertas que sólo encontrarás en ellas 3 cabañas de madera,

vegetación exuberante hasta la misma orilla y un agua tan caliente que yo me sumergía sin emitir ni el mas mínimo gruñido de impresión. Tengo que decir que pasamos 20 días allí en los que me bañé más que nunca y me aburrí más que nunca también. Ciertamente las islas son una preciosidad y el color del agua te deja sin aliento. También el snorkeling es precioso y pudimos coger kayaks. Pero tengo que decir que a mi los 20 días se me hicieron eternos y que me aburría hasta el extremo. Ten en cuenta que cuando lo único que hay en la isla es tu cabaña, te tiene que gustar mucho la playa y el sol o estás perdido. Pero lo reconozco, nunca he visto nada tan bonito como aquellas islas.
Si quieres leer nuestro post sobre las Fiji pincha AQUI

Filipinas tiene unas playas espectaculares. Son playas verdaderamente preciosas, con un color increíble y arena blanca. Y encima la temperatura del agua es perfecta.
Qué más se puede pedir? Pues por mi parte, que tenga cosas por detrás, que cuando salga de la playa tenga sitios agradables para comer o pueda dar un paseito por la noche. Las playas que visitamos en Filipinas ofrecían cosas, especialmente el Nido. En El Nido tienes excursiones que hacer durante el día para visitar playas e islas de ensueño, y ambientito durante la noche para dar un paseo y tomarte algo.
Si quieres ver un post con playas en Filipinas pincha AQUI


Tengo que nombrar la Rivera Maya porque somos grandes amantes de México. Sus playas son preciosas y nos encanta Playa del Carmen por todo lo que ofrece. Es el típico sitio para guiris que a nosotros nos encanta. Eso si, el agua está demasiado fría para mi gusto. Vamos, que pasamos allí 3 semanas y casi no me metí en el agua. Tenemos pendiente volver a Playa del Carmen para pasar una temporada. Y si no me quiero bañar, pues no me baño. 

Si quieres ver un post de la Rivera Maya pincha AQUI


Hace 20 años que estuvimos en la República Dominicana. En aquella ocasión alquilamos un coche y recorrimos toda la costa del país. Y en aquél entonces (no se si después de 20 años seguirá igual), encontramos algunas de las playas desiertas más bonitas que hayamos visto jamás en nuestra vida. Y si, el agua estaba muy calentita. Otro paraíso para nosotros.





Honduras y Belice tienen playas preciosas de arena blanca y agua calentita. El color turquesa del mar es precioso y unos de los mejores snorkeling que hayamos hecho nunca. No volvería por las playas en sí, que no me parecieron para tanto, pero si por el mundo submarino. Belice nos pareció bastante caro y en Honduras te matan los mosquitos, así que no nos parecieron el paraíso que estábamos buscando.


Si quieres ver un post de Honduras pincha AQUI
Si quieres leer un post de Belice pincha AQUI



Cuba tiene buenas playas, preciosas y con agua calentita. Algunas más explotadas y otras no tanto. Pero cuba tiene son, ritmo y buena gente. Nos encanta Cuba.

Puedes ver un post sobre Cuba pinchando AQUI





En Guinea Ecuatorial encontramos playas absolutamente desiertas fantásticas. Las palmeras llegan hasta el mar y el agua está calentita aunque el color no es bonito ni el agua es transparente. Eso si, detrás de la playa no hay nada de nada asi que... sólo apto para grandes amantes del playeo.

Pincha AQUI para ver un post sobre playas de Guinea.


En Malasia, las Islas Perhentian tienen potencial para ser un paraíso. Todo lo que uno podría esperar de una isla paradisiaca podría encontrarlo allí si no fuera por lo mal conservada que están. Encontramos las playas más sucias que hayamos visto nunca, llenas de aguas estancadas y basura por todas partes. Una pena, porque con un poco de esfuerzo podrían ser uno de los sitios más bonitos. Pero para nosotros se quedó en un sitio caro y descuidado.





Si quieres ver un post sobre islas en Malasia pincha AQUI






Somos grandes amantes de Tailandia. Con sus miles de islas tiene playas para todos los gustos. Sorprendentemente a mi me gustan las más explotadas.
Me gusta Koh Samui, aunque algunos digan que es como Benidorm. En Koh Samui puedes estar en una playa desierta solo para ti por la mañana y por la noche tener toda la marcha que busques o la tranquilidad que necesites. En Koh Samui, si tienes una moto, podrás tener lo que quieras. Nosotros no somos amigos de las fiestas, ni la música disco y el ruido o las grandes aglomeraciones. Pero puedes alejarte de todo eso si quieres y tener multitud de opciones para cenar o pasear y mercados nocturnos donde comer comida callejera. Si, lo reconozco, me gusta Koh Samui y no soy peor persona por eso.
Si quieres leer más sobre playas de Tailandia pincha AQUI

En India, son muy famosas las playas de Goa. Nosotros, gracias a nuestra amiga Rita, llegamos a la playa de Agonda y nos pareció sencillamente preciosa. Es una playa tranquila, con vacas por la calle, suficientemente grande como para dar un precioso paseo al amanecer y el atardecer y sitios donde comer deliciosa comida hindú. Quizás volvamos algún día, y ojalá que se haya quedado como está.
Puedes ver fotos de Agonda pinchando AQUI

Demasiada información? pues acabo mi lista. Porque a mi, aunque difiera de la opinión de otros viajeros, no me gustaron demasiado las playas de Camboya, o Birmania, Indonesia, Vietnam o Guatemala... y muchos otros países con playa que hemos visitado. Es verdad que en Zanzíbar o Australia puedes encontrar playas preciosas también. Pero ya os digo, nuestros gustos playeros son muy peculiares y no somos de fiar. Nos quedan muchas playas que visitar, pero dudo que encontremos la playa perfecta. Sencillamente porque la playa perfecta no existe más que para cada uno, en función del cristal con que la mire.

Las 10 experiencias más alucinantes vividas en años de viajes

Otra pregunta frecuente que suelen hacernos está relacionada con experiencias alucinantes que hayamos vivido, las cosas que más nos han impresionado. Hemos hecho una lista de 10, aunque podríamos escribir muchas más. En tantos años de viajes nos han pasado miles de cosas, pero siempre hay algunas que se quedan en tu cabeza más marcadas que otras. Curiosamente, 3 de las 10 de esta lista están relacionadas con la muerte. No es que seamos morbosos, sencillamente son experiencias muy fuertes.

1. Presenciar un entierro Toraja en Sulawesi, Indonesia: Una vez vi un documental de Lonely Planet en el que el protagonista asistía a un entierro alucinante en una isla con poblados más alucinantes aún.
Aquel mismo día decidí que vería aquello con mis propios ojos, así que cuando visitamos Indonesia no dudamos en desplazarnos hasta allí. Llegar al área Toraja no fue fácil, tuvimos que volar hasta la isla de Sulawesi y luego volar hasta el centro de la isla en un avión en el que os aseguro que pasaría miedo hasta el más valiente. Tuvimos la suerte de que 2 días después de llegar comenzaba un funeral toraja. Estos funerales duran una semana y pudimos vivirlo enterito. El muerto, o los muertos porque en este caso había dos, habían fallecido 10 años antes y hasta entonces habían permanecido embalsamados en la casa. Una vez que la familia reunió el dinero para celebrarlo, organizó un funeral al que acudieron cientos de personas y en el que se mataron cientos de búfalos y de cerdos para alimentar a todo el mundo. Con los cadáveres de cuerpo presente y envueltos en telas preciosas, se llevó a cabo rito tras rito que nos dejaron con la boca abierta. El último día llevaron a los muertos hasta una roca en el bosque que habían ahuecado y allí los depositaron para su descanso eterno. Digerir lo que habíamos vivido allí nos costó un tiempo, y aún hoy cuando leemos el post alucinamos de que tuviéramos la suerte de verlo con nuestros propios ojos. Si quieres ver cómo es un funeral toraja pincha AQUI 
 

2. Visitar un caracol zapatista. Todos hemos oído hablar de los zapatistas alguna vez, a través de las noticias o en canciones. Pero conocer los detalles de su causa es algo más complejo que nosotros nos dispusimos a averiguar en uno de nuestros viajes.
Estábamos en San Cristóbal de las Casas, Chiapas (México), y nos hablaron de que habían varios caracoles zapatistas en la zona y que a veces se podían visitar. Lo primero era saber qué era un caracol zapatista: un municipio autónomo que se autogobierna según los principios zapatistas. Estos municipios son grandes áreas cercadas con un acceso limitado. Dentro viven las familias zapatistas que disponen de escuela, centro de salud, templo, campos para arar... Como los zapatistas están perseguidos por el gobierno, todo aquel zapatista que se acerca a los límites del caracol lo hace con la cabeza encapuchada para que no se les reconozca. Cuando llegamos a la puerta nos impresionó mucho el sitio. Tuvimos que dar nuestros pasaportes, explicar por qué queríamos visitar el caracol y esperar un buen rato antes de que nos expidieran un permiso especial y nos permitieran entrar para pasear y hablar con la Junta del Buen Gobierno. Estar allí, verlos, vivir en armonía y que nos explicaran los objetivos de su lucha, que nos son otros que vivir en paz, en conexión con la naturaleza y disponiendo de los recursos naturales de los que siempre han disfrutado, fue una lección de vida. Pudimos preguntarles todo lo que quisimos y ellos respondieron a todo, aunque en ningún momento pudimos ver sus caras. Nunca olvidaré sus últimas palabras: "y ahora volved afuera y contadles al mundo el porqué de nuestra lucha, todo lo que habéis visto y oído aquí dentro". Nunca olvidaremos aquél día, sin duda quedamos muy impresionados. Si quieres vernos dentro del caracol zapatista pincha AQUI

3. Compartir una merienda con las Madres de mayo en Buenos Aires. Todos los jueves desde hace más de 35 años, se reúnen en la Plaza de Mayo de Buenos Aires las conocidas como “Madres de la plaza de Mayo”.
Al principio luchaban por encontrar a sus hijos, pero hoy en día por encontrar a sus nietos y para que se haga justicia y los responsables de las más de 30.000 desapariciones entre los años 75 y 83 paguen por sus crímenes. Siempre las había visto por la tele, dando vueltas a la plaza con sus pañuelitos blancos en la cabeza. Cuando las vimos de cerca nos impactó aún más. Las que quedan vivas son mayores, y verlas agotar lo que les queda de vida en su lucha por la justicia, por esos hijos y hermanos que perdieron, es admirable. Tuvimos la suerte de charlar un buen rato con ellas y que nos invitaran a tomar un café donde cada jueves se reúnen después de su marcha. Imaginad lo especial que fue estar con ellas, preguntarles cosas y que contestaran a todo amablemente. Para nosotros fue un día muy especial que nunca olvidaremos. Ojalá todos los responsables de crímenes contra la humanidad pagaran por sus hechos. Si quieres ver el post donde contamos nuestra experiencia pincha AQUI.

4. Dormir en una haima en el desierto. Hace 15 años fuimos a recorrer Marruecos en coche con unos amigos. Gracias a un timo muy común en este país que no voy a contar ahora, nos vimos enredados con unos marroquíes que nos ofrecieron ir a un
campamento en el desierto para pasar un par de días durmiendo en unas haimas. Hasta el campamento llegamos con nuestro Ford Focus guiados por un tuareg, una locura. Gracias a que él conocía bien el desierto, nos llevó por pistas duritas y llegamos sin problema. El campamento era precioso, lleno de haimas negras que resaltaban sobre la arena dorada. La cena a la luz de las velas bajo un cielo llenito de estrellas y rodeados de dunas es algo que aún no hemos olvidado. Pasamos algo de frío aquella noche en las tiendas, tapados con mantas y acurrucados uno contra otro. Pero mereció la pena incluso cuando al intentar salir de allí nosotros 4 solos con un francés que sabía lo mismo de desiertos que nosotros, nuestro coche quedó atascado en la arena y no hubo forma de sacarlo. Suerte que horas más tarde pasaron unos 4x4 por allí de un grupo de españoles y pudieron remolcarnos y mostrarnos el camino de salida del desierto. Una locura de las que se hacen con veintipocos pero que nunca olvidaremos. Hace tannntos años que no tenemos ningún post de esta aventura.

5. Presenciar un Sky burial, un entierro en el cielo en el Tibet: En el Tibet Chino aprendimos que los tibetanos tienen unos rituales funerarios bastante curiosos. El más espeluznante para nosotros es el Sky burial o entierro en el cielo.
Los hacen en sitios muy concretos del Tibet, en montañas que son sagradas para ellos. Llegar hasta estos sitios no es fácil, pero ya nos conocéis, si queremos ver algo concreto somos capaces de invertir días en llegar a ese lugar aunque cueste días de autobuses en penosas condiciones. Finalmente tuvimos la suerte de poder presenciar dos de estos Sky Burials. En estos funerales la familia lleva al cadáver hasta una de estas montañas sagradas. Allí, un sacerdote planta el cuerpo desnudo sobre la hierba y le hace grandes cortes con un chuchillo para que se vean las vísceras. Una vez que el cadáver está preparado se deja para que los buitres, que llegan por cientos volando desde las montañas, se lo coman hasta dejar el esqueleto limpito. Luego los huesos son machacados con una maza y mezclados con harina. La mezcla también es devorada por los buitres de forma que al final no queda nada del fallecido. El cuerpo, que no es nada ni nada vale, se va al cielo con los buitres y vuelve al ciclo de la vida. Muy fuerte, verdad? Pues más fuerte fue verlo en primera persona y a 20 metros de los hechos. Yo casi me desmayo y os aseguro que estuve un mes sin comer carne. De las experiencias más fuertes que hemos vivido jamás. Si quieres conocer esta historia con más detalle pincha AQUI 

6. Hacer un safari en Tanzania: No soy una persona a la le gusten especialmente los animales. No es que tenga nada en contra de ellos, sencillamente me dan miedo.
Por eso, cuando decidimos ir a África a hacer un safari pensé que me aburriría como una ostra viendo animales 10 horas al día. Pero para mi sorpresa, hacer un safari en Tanzania ha sido una de las cosas más alucinantes que hemos hecho nunca. Ver tantísimos animales salvajes en libertad es una experiencia única. Recorrer el Serengueti o el Ngoro Ngoro en busca de leones, jirafas o elefantes era algo tan fantástico que nunca queríamos volver al campamento. Si alguna vez queréis hacer un viaje y no os decidís por el destino, un safari es una de las mejores opciones. Y tengo que reconocer que al final me gusta más de lo que pensaba ver animales salvajes en libertad: hemos disfrutado como niños viendo orangutanes, koalas, ballenas, nadando con tiburones-ballena o viendo todo tipo de animales marinos haciendo snorkeling. Si quieres ver nuestro post sobre el safari pincha AQUI 

7. Ver de cerca cremaciones en Varanasi, India: En el año 2005 fuimos por primera vez a Asia y nuestro destino elegido fue India. Al ser nuestra primera vez en el continente, y precisamente en un país tan fuerte como India, estábamos todo el tiempo muy impresionados.
Pero llegar a Varanasi fue una vuelta de tuerca, algo que nos marcaría para siempre. Cuando nos instalamos en el hotel estaba anocheciendo y decidimos salir a dar un paseo por la ciudad. Nos perdimos por las estrechas calles de Varanasi dando vueltas y al coger una esquina aparecimos en el principal crematorio de la ciudad: manikarnika Ghat, una explanada junto al ganges en la que se quema a los muertos. Comprar leña para quemar a un muerto es muy caro, así que cada persona compra los kilos de leña para los que da su economía. Y si tu economía da para 5 kilos ten por seguro que la mayoría de tu cuerpo quedará sin quemar, y así, tal cual te quedes, te lanzarán al Ganges. Es fuerte pero es así. Un tipo nos vio por allí y se acercó. Nos invitó a entrar dentro de la Ghat y nos fuimos tras el. En un momento estuvimos andando por entre medio de las piras de fuego donde se quemaban los muertos. Había tanto humo que los ojos nos lloraban y el espectáculo era dantesco. Pegado a esta Ghat se encuentra un edificio gigante de cemento, abandonado y diáfano por dentro (el alto de la izquierda de la foto). Allí se mete la gente que va a morir a Varanasi y allí espera que le llegue su hora. Por algún motivo, este tipo nos llevó al edificio. Pero imaginad la situación, porque era de noche, sólo se veía con la luz de las piras que entraba por los huecos de las paredes y la gente tirada por el suelo, ancianos y enfermos. Muchos se acercaron a pedirnos dinero para comprar leña para sus propias piras. Fue una experiencia muy fuerte. Hoy en día no entiendo por qué entramos en la Ghat ni en el edificio, me parece una falta de respeto hacia ellos, ningún turista debería entrar ahí. Pero todo pasó como muy de prisa, nos vimos envueltos en toda aquella historia casi sin quererlo. Fue algo muy fuerte y volver a Varanasi es otra de las cosas que tenemos pendiente. Como en aquél tiempo aún no teníamos blog, no hay documento gráfico.

8. Visitar un chaman en Ecuador: Mil veces hemos contado nuestra experiencia con un chamán en Ecuador. En 1999 fuimos a la amazonía ecuatoriana a trabajar con una ONG.
Una de las veces que visitamos unos poblados indígenas nuestra canoa volcó a la vuelta al chocar contra la orilla, y todos caímos al río que llevaba mucho caudal. Fue un incidente sin importancia, pero a los 2 días yo empecé con vómitos y una fiebre muy alta. Los curas con los que vivíamos allí insistieron en que debía visitar a un chamán, que diagnosticó que tenía “susto de agua”. Mandó a Pablo a comprar un huevo y a mi a quitarme la ropa. Mientras recitaba cosas que yo no entendía y me escupía aguardiente, me refregó el huevo por todo el cuerpo. Al finalizar me dijo que abriríamos el huevo, y que cuanto más negro saliera, más susto tenía. Abrió el huevo delante mía y salió negro. Esto lo vi con mis propios ojos. Según él, todo el susto de agua había sido absorbido por el huevo. Acto seguido fui al médico. 2 días después estaba como nueva: medicina tradicional o chamánica? Nunca lo sabré. Si quieres saber más sobre esta experiencia pincha AQUI 

9. Recorrer Nueva Zelanda en caravana: Nueva Zelanda es un país ideal para recorrer en caravana. Lo bonito de sus islas, especialmente la isla sur, son los paisajes, y perderte en ellos con una caravana es algo único.
Cuando estuve me abrumaba tanto paisaje, incluso hubo días que no nos cruzamos con nadie!!! pero la experiencia de ir en nuestra caravana, parar en cualquier sitio con unas vistas espectaculares, dormir donde nos apeteciera o comer ante lagos turquesa o montañas nevadas fue algo que nunca hemos podido olvidar. Los paisajes de este país te dejan sin aliento, y de verdad os digo que normalmente no nos gusta repetir destino, pero volver a recorrer Nueva Zelanda con una caravana es algo que tenemos pendiente. Además el país está perfectamente preparado para ésto, hay campings y zonas para recargar y vaciar desechos de caravanas por todas partes. Un 10 para Nueva Zelanda. Si quieres ver nuestro recorrido en caravana pincha AQUI 

10. Acercarnos a la lava de un volcán en erupción: En 2009 pasamos 4 meses en Guatemala, un país maravilloso que nos enamoró. Allí vivimos varias experiencias inolvidables, pero sin duda una de ellas fue acercarnos al volcán Pacaya que se encontraba en erupción.
La excursión duraba un día y nos habían dicho que era muy dura. Además, nos dijeron que al llegar a la cima podríamos no ver nada, dependía de la actividad del volcán. Os aseguro que subir fue mucho más duro de lo que habíamos imaginado, casi morimos en el intento! Y en el último tramo los pies se hundían en el polvo de roca volcánica, avanzar era tan difícil como en las dunas del desierto. Pero cuando llegamos arriba lo que vimos compensó todo el esfuerzo, el volcán estaba en erupción y pudimos acercarnos a los ríos de lava tanto que nos quemaba la cara y se derretían las suelas de los zapatos. Fue algo maravilloso y peligroso, días después hubo que desalojar hasta los pueblos de los alrededores por una erupción bastante fuerte. Tuvimos suerte, otros amigos han subido pero no han podido verlo en erupción. Si quieres ver fotos en el volcán pincha AQUI

Ea pues ahí lleváis 10 de las experiencias más alucinantes que hemos vivido en estos años de viaje. La verdad es que hay muchas más, pero sería imposible contarlas todas. Y atrás nos dejamos todas las experiencias vividas trabajando con ONGs, que son varias y cada una de ellas está grabada en nuestra memoria. Pero entrar en eso ya era demasiado... Tantos viajes crean demasiados recuerdos, será por eso que para lo demás no tengo memoria? Tengo todo mi cerebro relleno de viajes!!! Hasta la próxima.

10 ciudades a las que querríamos volver

Cuando viajas, hay sitios que se meten en tu corazón y otros que pasan por tu camino sin pena ni gloria. Tras varios años dando vueltas por el mundo tengo mis ciudades favoritas, aquellas que si alguien me pregunta le recomiendo no dejar de ver alguna vez en la vida. Son ciudades con encanto por motivos muy diferentes, cada una con algo personal. Como podréis observar, me apasionan las ciudades coloniales y las mega urbes. Aquí os dejo nuestra lista de las top 10 sin orden de preferencia:


Estambul, Turquía

No hay otra ciudad en el mundo como Estambul. Esa mezcla entre oriente y occidente que no deja a nadie indiferente, los minaretes de las mezquitas observando la ciudad, la llamada a la oración, el olor a comida turca, los palacios, los mosaicos... todo en ella es especial. Puedes perderte en sus bazares, dar un paseo en barco por el bósforo o deleitarte con las vistas desde la torre Gálata. Por más veces que visitemos Estambul nunca tendremos suficiente.
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San Cristobal de las Casas, México

Emplazada en el estado de Chiapas, San Cristóbal de las Casas es, sencillamente, una joya. La mezcla de la cultura indígena con la cultura colonial lo invade todo en esta zona de México en la que los indígenas se resisten a dejar de lado sus tradiciones ancestrales. Tranquila y a la vez llena de vida cultural. Llena de edificios coloniales y fachadas barrocas. Con sus casas de colores, es una ciudad acogedora que invita a quedarse, a disfrutarla. Desde aquí podrás, además, hacer multitud de excursiones de un día que seguro que merecerán la pena. Sin duda merece estar en nuestro Top Ten.
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Varanasi, India

No hay palabras para explicar lo fuerte que resulta visitar esta ciudad. Todo en ella es sorprendente: lo que ves, lo que oyes, lo que hueles... un lugar difícil de entender pero espectacular para observar: el sagrado Ganges, los saris de colores, el olor a especias e incienso, la comida picante, los templos en cada esquina y los rituales funerarios. No habrá nada que te deje indiferente en Varanasi y volverás a tu casa casi sin creer lo que han visto tus ojos. Para nosotros fue el plato fuerte de un viaje por el norte de India en 2005. Jamás lo olvidaremos y esperamos volver pronto. Lástima que aún no teníamos el blog y no hay post, pero si tienes preguntas escríbenos.



Potosí, Bolivia

Potosí es una de esas ciudades que los que aman la arquitectura colonial y la historia de América deben visitar. La cultura indígena se vive por todos los rincones. Esta emplazada a los pies del Cerro Rico, que dio a la España Moderna toneladas y toneladas de plata con la que se sufragó el gran imperio en el que nunca se ponía el sol. Aquí podrás visitar una mina, un mercado de artesanía indígena, fotografiar balcones de madera coloniales y fachadas barrocas o entrar en un convento. Aquí entramos a uno de los conventos más interesantes que nunca hayamos visitado, el convento de Santa Teresa. Sin duda esta ciudad merece ser visitada, así que, si visitáis Bolivia, no dejéis de pasar por allí.
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Auckland, Nueva Zelanda

Con Auckland sentí amor a primera vista, hubo feeling entre nosotras. Ofrece todo lo que una gran ciudad puede ofrecerte junto a preciosas playas, un puerto muy chic y mucha vida cultural. Es una ciudad muy cosmopolita, en la que puedes ver a gente de todas las culturas conviviendo en un ambiente relajado. Jóvenes de todo el mundo vienen a esta ciudad aprovechando las working visa y eso le hace tener mucho ambiente. Durante el verano hay conciertos y festivales por todas partes y sus bibliotecas públicas son de las mejores que hayamos visitado en todo el mundo. Siento que a esta ciudad volveré algún día, y lo cumpliré.
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Antigua, Guatemala

Antigua se convirtió en una ciudad muy especial para nosotros porque pasamos allí mucho tiempo. Cada fin de semana de los tres meses que trabajamos en un Hogar Infantil en Guatemala, los pasamos en Antigua. Y no es sólo que le tengamos cariño, es que Antigua se merece todo lo que uno pueda decir de ella. De nuevo nos encontramos con una ciudad que une la cultura indígena y la colonial entre espectaculares paisajes de volcanes. Con los sonidos de las marimbas y el olor de los tamales recorrerás las calles de una ciudad maravillosa. Los edificios coloniales bien cuidados alternan con negocios nuevos montados con mucho encanto. En su plaza central podrás ver resumida la vida de la ciudad con las dos caras de la moneda: la Antigua más turística y cuidada conviviendo con la pobreza de muchos guatemaltecos que se acercan a mendigar o a limpiarte los zapatos.
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Tokio, Japón

Qué decir de Tokio? Pues que es una ciudad de contrastes. Por un lado, la tradición japonesa, con sus costumbres milenarias, y por otro, los jóvenes con peinados que ni Alaska en sus peores tiempos, vestidos de Cosplay y bailando en cualquier esquina. Eso es lo que nos cautivó de Tokio, que sólo observando cómo se relacionan los japoneses puedes estar tres días sentado en un banco sin moverte. No se tocan para saludarse pero se apegotonan en el vagón de metro como si no hubiera un mañana. Si por casualidad se chocan, son capaces de perder el tren por estar haciéndose reverencias de perdone usted horas, porque ninguno quiere ser el que ya no devuelva la deferencia. Sin duda una de las ciudades más locas y dignas de conocer de las que hemos recorrido. Si quieres ver nuestro post de Tokio pincha AQUI.


Cuzco, Perú

Para mi, descubrir Cuzco fue mágico, tanto que cuando llegué allí lloré de emoción, literalmente. Es una ciudad colonial construida sobre los restos de una ciudad Inca. Una mezcla rara, verdad? Pues el resultado es una de las ciudades más bonitas que he visto nunca. Querrás fotografiar cada rincón, podrás empaparte de historia y te llenarás el estómago con comida deliciosa y barata. Además Cuzco es la puerta del Valle Sagrado y el Machu Pichu, que más se le puede pedir? Volveremos para quedarnos más tiempo.
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Nueva York, EEUU

Es la gran ciudad por excelencia. Imposible aburrirte en Nueva York porque sólo con sentarte en un banco y observar a la gente que pasa tendrás la diversión asegurada. La inmensa oferta cultural la hace de lo más interesante: museos, teatros, conciertos exposiciones... hay oferta para todos los gustos y bolsillos. Arquitectónicamente hablando tiene grandes contrastes, desde grandes rascacielos a fábricas reconvertidas, y puedes degustar comida de cualquier parte del mundo sin moverte de una manzana. Podrás pasar de ver jugar a los niños judíos en Brooklyn a ver a los negros bailando en el Bronx. Estimulante y magnifica Nueva York. Pasamos allí dos meses que se nos quedaron cortos. Asignatura pendiente volver a Nueva York.
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Amsterdam, Holanda

Amsterdam es una ciudad preciosa. Pero preciosa de verdad, acogedora y con mucho encanto. Dejando atrás nuestro odiado barrio rojo, Amsterdam está llena de calles en las que perderse. Con su preciosa arquitectura de casas de colores inclinadas, los canales, los barcos y los parques, ofrece todo lo que uno puede buscar. Es un deleite para la vista, te faltarán tarjetas de memoria en la cámara para fotografiarlo todo. Llena de negocios de todo tipo, muchos de ellos sorprendentes, hace que pasear por las calles sea toda una gozada. Nosotros hemos tenido la suerte de conocerla muy bien, porque viviendo a hora y media de allí hemos pasado muchos fines de semana paseandola. Para mi una ciudad genial en la que me encantaría vivir. Sólo le falla una cosa: los precios, es una ciudad carísima.
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Pero estas no son todas, sin duda la lista se nos queda corta. Hay otras ciudades que nos llegaron a lo más profundo, como Guanajuato en México, Ubud en Bali, La habana en Cuba, Gante en Bélgica o Chiang Mai en Tailandia. Pero teníamos que elegir 10 no? pues ahí las tenéis! 


Qué ver y hacer en Bombay



Llegar a Bombay también nos costó lo suyo. Y es que en India lo peor son los desplazamientos: son lentos, incómodos y en muchos casos muy sucios. Después de muchos días de tren y de nuestra experiencia en el autobús nocturno sin baño decidimos probar suerte con los vuelos y encontramos uno muy barato de Goa a Bombay. Y por qué era tan barato? Pues porque era a la maravillosa y agradable hora de las 5,30 de la madrugada.

Agonda: La mejor playa de Goa


Os acordáis de que os dejé en un día en el que amanecimos con diarrea y vomitando? Pues aquella misma tarde teníamos pagado un autobús cama de 12 horas sin baño hasta Goa, nuestro siguiente destino. Si si, habéis leído bien, sin baño. Ayesha llevaba 24 horas más mala que un perro, y nosotros ya os he dicho que amanecimos malos. Pensamos que de ninguna manera nos meteríamos en un autobús sin baño en ese estado, así que intentamos que nos cancelaran el billete.