Otra
pregunta frecuente que suelen hacernos está relacionada con
experiencias alucinantes que hayamos vivido, las cosas que más nos
han impresionado. Hemos hecho una lista de 10, aunque podríamos
escribir muchas más. En tantos años de viajes nos han pasado miles
de cosas, pero siempre hay algunas que se quedan en tu cabeza más
marcadas que otras. Curiosamente, 3 de las 10 de esta lista están
relacionadas con la muerte. No es que seamos morbosos, sencillamente
son experiencias muy fuertes.
1.
Presenciar un entierro Toraja en Sulawesi, Indonesia: Una vez vi
un documental de Lonely Planet en el que el protagonista asistía a
un entierro alucinante en una isla con poblados más alucinantes aún.
Aquel mismo día decidí que vería aquello con mis propios ojos, así que cuando visitamos Indonesia no dudamos en desplazarnos hasta allí. Llegar al área Toraja no fue fácil, tuvimos que volar hasta la isla de Sulawesi y luego volar hasta el centro de la isla en un avión en el que os aseguro que pasaría miedo hasta el más valiente. Tuvimos la suerte de que 2 días después de llegar comenzaba un funeral toraja. Estos funerales duran una semana y pudimos vivirlo enterito. El muerto, o los muertos porque en este caso había dos, habían fallecido 10 años antes y hasta entonces habían permanecido embalsamados en la casa. Una vez que la familia reunió el dinero para celebrarlo, organizó un funeral al que acudieron cientos de personas y en el que se mataron cientos de búfalos y de cerdos para alimentar a todo el mundo. Con los cadáveres de cuerpo presente y envueltos en telas preciosas, se llevó a cabo rito tras rito que nos dejaron con la boca abierta. El último día llevaron a los muertos hasta una roca en el bosque que habían ahuecado y allí los depositaron para su descanso eterno. Digerir lo que habíamos vivido allí nos costó un tiempo, y aún hoy cuando leemos el post alucinamos de que tuviéramos la suerte de verlo con nuestros propios ojos. Si quieres ver cómo es un funeral toraja pincha AQUI
2.
Visitar un caracol zapatista. Todos hemos oído hablar de los
zapatistas alguna vez, a través de las noticias o en canciones. Pero
conocer los detalles de su causa es algo más complejo que nosotros
nos dispusimos a averiguar en uno de nuestros viajes.
Estábamos en
San Cristóbal de las Casas, Chiapas (México), y nos hablaron de que habían varios caracoles zapatistas en la zona y que a veces se podían
visitar. Lo primero era saber qué era un caracol zapatista: un
municipio autónomo que se autogobierna según los principios
zapatistas. Estos municipios son grandes áreas cercadas con un
acceso limitado. Dentro viven las familias zapatistas que disponen de
escuela, centro de salud, templo, campos para arar... Como los
zapatistas están perseguidos por el gobierno, todo aquel zapatista
que se acerca a los límites del caracol lo hace con la cabeza
encapuchada para que no se les reconozca. Cuando llegamos a la puerta
nos impresionó mucho el sitio. Tuvimos que dar nuestros pasaportes,
explicar por qué queríamos visitar el caracol y esperar un buen
rato antes de que nos expidieran un permiso especial y nos
permitieran entrar para pasear y hablar con la Junta del Buen
Gobierno. Estar allí, verlos, vivir en armonía y que nos explicaran
los objetivos de su lucha, que nos son otros que vivir en paz, en
conexión con la naturaleza y disponiendo de los recursos naturales
de los que siempre han disfrutado, fue una lección de vida. Pudimos
preguntarles todo lo que quisimos y ellos respondieron a todo, aunque
en ningún momento pudimos ver sus caras. Nunca olvidaré sus últimas
palabras: "y ahora volved afuera y contadles al mundo el porqué de
nuestra lucha, todo lo que habéis visto y oído aquí dentro". Nunca
olvidaremos aquél día, sin duda quedamos muy impresionados. Si
quieres vernos dentro del caracol zapatista pincha AQUI.
3.
Compartir una merienda con las Madres de mayo en Buenos Aires.
Todos los jueves desde hace más de 35 años, se reúnen en la Plaza
de Mayo de Buenos Aires las conocidas como “Madres de la plaza de
Mayo”.
Al principio luchaban por encontrar a sus hijos, pero hoy en
día por encontrar a sus nietos y para que se haga justicia y los
responsables de las más de 30.000 desapariciones entre los años 75
y 83 paguen por sus crímenes. Siempre las había visto por la tele,
dando vueltas a la plaza con sus pañuelitos blancos en la cabeza.
Cuando las vimos de cerca nos impactó aún más. Las que quedan
vivas son mayores, y verlas agotar lo que les queda de vida en su
lucha por la justicia, por esos hijos y hermanos que perdieron, es
admirable. Tuvimos la suerte de charlar un buen rato con ellas y que
nos invitaran a tomar un café donde cada jueves se reúnen después
de su marcha. Imaginad lo especial que fue estar con ellas,
preguntarles cosas y que contestaran a todo amablemente. Para
nosotros fue un día muy especial que nunca olvidaremos. Ojalá todos
los responsables de crímenes contra la humanidad pagaran por sus
hechos. Si quieres ver el post donde contamos nuestra experiencia
pincha AQUI.
4.
Dormir en una haima en el desierto. Hace 15 años fuimos a
recorrer Marruecos en coche con unos amigos. Gracias a un timo muy
común en este país que no voy a contar ahora, nos vimos enredados
con unos marroquíes que nos ofrecieron ir a un
campamento en el
desierto para pasar un par de días durmiendo en unas haimas. Hasta
el campamento llegamos con nuestro Ford Focus guiados por un tuareg,
una locura. Gracias a que él conocía bien el desierto, nos llevó
por pistas duritas y llegamos sin problema. El campamento era
precioso, lleno de haimas negras que resaltaban sobre la arena
dorada. La cena a la luz de las velas bajo un cielo llenito de
estrellas y rodeados de dunas es algo que aún no hemos olvidado.
Pasamos algo de frío aquella noche en las tiendas, tapados con
mantas y acurrucados uno contra otro. Pero mereció la pena incluso
cuando al intentar salir de allí nosotros 4 solos con un francés
que sabía lo mismo de desiertos que nosotros, nuestro coche quedó
atascado en la arena y no hubo forma de sacarlo. Suerte que horas más
tarde pasaron unos 4x4 por allí de un grupo de españoles y pudieron
remolcarnos y mostrarnos el camino de salida del desierto. Una locura
de las que se hacen con veintipocos pero que nunca olvidaremos. Hace
tannntos años que no tenemos ningún post de esta aventura.
5.
Presenciar un Sky burial, un entierro en el cielo en el Tibet: En
el Tibet Chino aprendimos que los tibetanos tienen unos rituales
funerarios bastante curiosos. El más espeluznante para nosotros es
el Sky burial o entierro en el cielo.
Los hacen en sitios muy
concretos del Tibet, en montañas que son sagradas para ellos. Llegar
hasta estos sitios no es fácil, pero ya nos conocéis, si queremos
ver algo concreto somos capaces de invertir días en llegar a ese
lugar aunque cueste días de autobuses en penosas condiciones.
Finalmente tuvimos la suerte de poder presenciar dos de estos Sky
Burials. En estos funerales la familia lleva al cadáver hasta una de
estas montañas sagradas. Allí, un sacerdote planta el cuerpo
desnudo sobre la hierba y le hace grandes cortes con un chuchillo
para que se vean las vísceras. Una vez que el cadáver está
preparado se deja para que los buitres, que llegan por cientos
volando desde las montañas, se lo coman hasta dejar el esqueleto
limpito. Luego los huesos son machacados con una maza y mezclados con harina. La mezcla también es devorada por los buitres de forma
que al final no queda nada del fallecido. El cuerpo, que no es nada
ni nada vale, se va al cielo con los buitres y vuelve al ciclo de la
vida. Muy fuerte, verdad? Pues más fuerte fue verlo en primera
persona y a 20 metros de los hechos. Yo casi me desmayo y os aseguro
que estuve un mes sin comer carne. De las experiencias más fuertes
que hemos vivido jamás. Si quieres conocer esta historia con más
detalle pincha AQUI
6.
Hacer un safari en Tanzania: No soy una persona a la le gusten
especialmente los animales. No es que tenga nada en contra de ellos,
sencillamente me dan miedo.
Por eso, cuando decidimos ir a África a
hacer un safari pensé que me aburriría como una ostra viendo
animales 10 horas al día. Pero para mi sorpresa, hacer un safari en
Tanzania ha sido una de las cosas más alucinantes que hemos hecho
nunca. Ver tantísimos animales salvajes en libertad es una
experiencia única. Recorrer el Serengueti o el Ngoro Ngoro en busca
de leones, jirafas o elefantes era algo tan fantástico que nunca
queríamos volver al campamento. Si alguna vez queréis hacer un
viaje y no os decidís por el destino, un safari es una de las
mejores opciones. Y tengo que reconocer que al final me gusta más de
lo que pensaba ver animales salvajes en libertad: hemos disfrutado
como niños viendo orangutanes, koalas, ballenas, nadando con
tiburones-ballena o viendo todo tipo de animales marinos haciendo
snorkeling. Si quieres ver nuestro post sobre el safari pincha AQUI
7. Ver de cerca cremaciones en Varanasi, India: En el año 2005 fuimos por primera
vez a Asia y nuestro destino elegido fue India. Al ser nuestra
primera vez en el continente, y precisamente en un país tan fuerte
como India, estábamos todo el tiempo muy impresionados.
Pero llegar
a Varanasi fue una vuelta de tuerca, algo que nos marcaría para
siempre. Cuando nos instalamos en el hotel estaba anocheciendo y
decidimos salir a dar un paseo por la ciudad. Nos perdimos por las
estrechas calles de Varanasi dando vueltas y al coger una esquina
aparecimos en el principal crematorio de la ciudad: manikarnika Ghat,
una explanada junto al ganges en la que se quema a los muertos.
Comprar leña para quemar a un muerto es muy caro, así que cada
persona compra los kilos de leña para los que da su economía. Y si
tu economía da para 5 kilos ten por seguro que la mayoría de tu
cuerpo quedará sin quemar, y así, tal cual te quedes, te lanzarán
al Ganges. Es fuerte pero es así. Un tipo nos vio por allí y se
acercó. Nos invitó a entrar dentro de la Ghat y nos fuimos tras el.
En un momento estuvimos andando por entre medio de las piras de fuego
donde se quemaban los muertos. Había tanto humo que los ojos nos
lloraban y el espectáculo era dantesco. Pegado a esta Ghat se
encuentra un edificio gigante de cemento, abandonado y diáfano por
dentro (el alto de la izquierda de la foto). Allí se mete la gente
que va a morir a Varanasi y allí espera que le llegue su hora. Por
algún motivo, este tipo nos llevó al edificio. Pero imaginad la
situación, porque era de noche, sólo se veía con la luz de las
piras que entraba por los huecos de las paredes y la gente tirada por
el suelo, ancianos y enfermos. Muchos se acercaron a pedirnos dinero
para comprar leña para sus propias piras. Fue una experiencia muy
fuerte. Hoy en día no entiendo por qué entramos en la Ghat ni en el
edificio, me parece una falta de respeto hacia ellos, ningún turista
debería entrar ahí. Pero todo pasó como muy de prisa, nos vimos
envueltos en toda aquella historia casi sin quererlo. Fue algo muy
fuerte y volver a Varanasi es otra de las cosas que tenemos
pendiente. Como en aquél tiempo aún no teníamos blog, no hay
documento gráfico.
8.
Visitar un chaman en Ecuador: Mil veces hemos contado nuestra
experiencia con un chamán en Ecuador. En 1999 fuimos a la amazonía
ecuatoriana a trabajar con una ONG.
Una de las veces que visitamos
unos poblados indígenas nuestra canoa volcó a la vuelta al chocar
contra la orilla, y todos caímos al río que llevaba mucho caudal.
Fue un incidente sin importancia, pero a los 2 días yo empecé con
vómitos y una fiebre muy alta. Los curas con los que vivíamos allí
insistieron en que debía visitar a un chamán, que diagnosticó que
tenía “susto de agua”. Mandó a Pablo a comprar un huevo y a mi
a quitarme la ropa. Mientras recitaba cosas que yo no entendía y me
escupía aguardiente, me refregó el huevo por todo el cuerpo. Al
finalizar me dijo que abriríamos el huevo, y que cuanto más negro
saliera, más susto tenía. Abrió el huevo delante mía y salió
negro. Esto lo vi con mis propios ojos. Según él, todo el susto de
agua había sido absorbido por el huevo. Acto seguido fui al médico. 2 días después estaba como nueva: medicina tradicional o
chamánica? Nunca lo sabré. Si quieres saber más sobre esta
experiencia pincha AQUI
9.
Recorrer Nueva Zelanda en caravana: Nueva Zelanda es un país
ideal para recorrer en caravana. Lo bonito de sus islas,
especialmente la isla sur, son los paisajes, y perderte en ellos con
una caravana es algo único.
Cuando estuve me abrumaba tanto paisaje,
incluso hubo días que no nos cruzamos con nadie!!! pero la
experiencia de ir en nuestra caravana, parar en cualquier sitio con
unas vistas espectaculares, dormir donde nos apeteciera o comer ante
lagos turquesa o montañas nevadas fue algo que nunca hemos podido
olvidar. Los paisajes de este país te dejan sin aliento, y de verdad
os digo que normalmente no nos gusta repetir destino, pero volver a
recorrer Nueva Zelanda con una caravana es algo que tenemos
pendiente. Además el país está perfectamente preparado para ésto,
hay campings y zonas para recargar y vaciar desechos de caravanas por
todas partes. Un 10 para Nueva Zelanda. Si quieres ver nuestro
recorrido en caravana pincha AQUI
10.
Acercarnos a la lava de un volcán en erupción: En 2009 pasamos
4 meses en Guatemala, un país maravilloso que nos enamoró. Allí
vivimos varias experiencias inolvidables, pero sin duda una de ellas
fue acercarnos al volcán Pacaya que se encontraba en erupción.
La
excursión duraba un día y nos habían dicho que era muy dura.
Además, nos dijeron que al llegar a la cima podríamos no ver nada,
dependía de la actividad del volcán. Os aseguro que subir fue mucho
más duro de lo que habíamos imaginado, casi morimos en el intento!
Y en el último tramo los pies se hundían en el polvo de roca
volcánica, avanzar era tan difícil como en las dunas del desierto.
Pero cuando llegamos arriba lo que vimos compensó todo el esfuerzo,
el volcán estaba en erupción y pudimos acercarnos a los ríos de
lava tanto que nos quemaba la cara y se derretían las suelas de los
zapatos. Fue algo maravilloso y peligroso, días después hubo que
desalojar hasta los pueblos de los alrededores por una erupción
bastante fuerte. Tuvimos suerte, otros amigos han subido pero no han
podido verlo en erupción. Si quieres ver fotos en el volcán pincha
AQUI
Ea
pues ahí lleváis 10 de las experiencias más alucinantes que hemos
vivido en estos años de viaje. La verdad es que hay muchas más,
pero sería imposible contarlas todas. Y atrás nos dejamos todas las
experiencias vividas trabajando con ONGs, que son varias y cada una
de ellas está grabada en nuestra memoria. Pero entrar en eso ya era
demasiado... Tantos viajes crean demasiados recuerdos, será por eso
que para lo demás no tengo memoria? Tengo todo mi cerebro relleno de
viajes!!! Hasta la próxima.
Pedazo de experiencias !!
ResponderEliminarSeguro que habrán muchas más dignas de pertenecer a esta lista.
Buen finde pareja.
Javier y Deborah
Si chicos jeje, hay un monton! Pero había que seleccionar. Feliz finde para vosotros tambien!
Eliminaruuuuummm lo del timo me suena xD Jejejee, pero solo por la noche en la punta de la duna ya están absueltos :-) besos y abrazos
ResponderEliminarSiiii, jejejej. Lo pasamos genial! Un besazo sultán del norte!
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