Estamos en Chile desde hace como una semana, y la verdad es que nos estamos dedicando a no hacer nada, a descansar, y nos está sentando muy pero que muy bien. Desde Argentina cruzamos directamente a Valdivia, una ciudad costera y universitaria con edificios del siglo XIX y un mercado de pescado con unos peces de tamaño familiar. Igual que las sandías, que cuestan un euro y medio y dan para comer una semana, por fin algo barato en nuestro viaje!!!!
Al llegar a la estación de autobuses de Valdivia nos asaltó un colega al que desde aquel momento llamamos “torrente” por sus cerquitos en los sobacos, el pelito grasiento pegadito y el cigarro permanente en la boca. Aunque por las mañanas le llamabamos el Dandi porque apestaba a Barón Dandi, creemos que se echaba medio bote porque sabía lo que se le avecinaba a lo largo del día. Pues torrente nos ofreció alojamiento en su hostel, una habitación con 4 camas por 42 €.
Cuando llegamos al hostel sale una abuelita muy mayor y le dice que ha llegado un matrimonio y los ha alojado en el cuarto de 4 pero que podemos dormir en su dormitorio si queremos, que tiene una cama de matrimonio y 2 camas. El dormitorio de la señora no nos convenció demasiado y tras un tira y afloja finalmente nos dieron el cuarto de 4 porque al matrimonio lo trasladaron a otro.
Cuando llegamos al hostel sale una abuelita muy mayor y le dice que ha llegado un matrimonio y los ha alojado en el cuarto de 4 pero que podemos dormir en su dormitorio si queremos, que tiene una cama de matrimonio y 2 camas. El dormitorio de la señora no nos convenció demasiado y tras un tira y afloja finalmente nos dieron el cuarto de 4 porque al matrimonio lo trasladaron a otro.
Esa tarde nos fuimos a pasear por la ciudad, que la verdad es que tiene algunas casas antiguas preciosas, edificios universitarios muy modernos y un puerto muy agradable con leones marinos. En la oficina de Información turística nos dijeron que con un día teníamos suficiente para visitar la ciudad, y todo el mundo nos había aconsejado visitar la Feria Costumbrista de Niebla, un pueblito a media hora y a orillas del mar donde se puede comer marisco y pescado muy barato y muyyyy fresco. Lo pasamos allí muy bien, era como una gran nave con mesas corridas en el centro y lleno de puestos de comidas en el perímetro. En uno de los lados un gran escenario con canciones de los 60-70´s (o al menos son canciones de las que siempre he oído cantar a mi madre y que ella dice que bailaba cuando era chica, tipo “popotito es un primor” y bailes típicos chilenos. Y allí comimos cosas que no teníamos ni idea de qué eran como “chupe de ceiba”, una crema hecha con cangrejo deliciosa, crepes de mariscos, pescado a la brasa relleno de verduritas... fue una delicia, disfrutamos como locos y nos gastamos 15 euros por pareja incluyendo zumos de frutas naturales y tarta de dulce de leche de postre.
CASAS DE VALDIVIA