Os
acordáis de un grupo ochentero que se llamaba objetivo Birmania? Si
si, esas tres chicas que cantaban “los amigos de mis amigas son mis
amigos”. Yo cuando era chica hasta hice un baile con esa canción
en una verbena de mi barrio. Y me ha venido a la cabeza porque en
este momento nos encontramos con nuestras ilusiones puestas en
Birmania, o lo que es lo mismo, la actual Myanmar. Osea que nuestro
objetivo en este momento es Birmania. Y es que aprovechando los 23
días que Pablo tiene de vacaciones en Octubre nos hemos comprado
unos billetitos de avión para irnos a este país del sudeste
asiático tan desconocido en general. Y desde que hice click en el
botón de la web y la compra de los billetes ya era algo
irreversible, tengo como los pelos de punta, como que me recorre una
felicidad tal todo el cuerpo cada vez que lo pienso que hasta me
parece más bonito Hagen, ese maravilloso pueblo alemán en el que
seguimos viviendo. Ah es verdad, que en el último post nos
quedábamos en que igual nos íbamos!!! PUES NO!!! seguimos aquí
para bien o para mal.
Y es que cuando Pablo le dijo al director que se iba porque no quería hacer guardias le ofreció quedarse trabajando en el departamento de Pediatría, cosa que a él le encanta. Y dijo que si. Así que por el momento, y hasta que cumplamos el objetivo por el que vinimos, aquí seguimos.
Y es que cuando Pablo le dijo al director que se iba porque no quería hacer guardias le ofreció quedarse trabajando en el departamento de Pediatría, cosa que a él le encanta. Y dijo que si. Así que por el momento, y hasta que cumplamos el objetivo por el que vinimos, aquí seguimos.
El
caso es que hoy estoy eufórica porque ya hemos conseguido los
visados. En España no hay embajada de Myanmar así que hay que
mandar los pasaportes a Berlin junto a un formulario y 25 euros, y te
los devuelven por correo con un visado que te permite entrar por un
máximo de 28 días. Ya os iremos contando toda la logística de un
viaje por un país que sufre la opresión de una dictadura militar y
donde el turismo está apenas comenzando a aterrizar, no está
permitido salirse de las rutas predefinidas por el gobierno y casi no
existen los cajeros automáticos ni internet. Pero esa aventura
comenzará en octubre y os la contaremos paso a paso. De momento,
felices con nuestros billetes y nuestros visados.
PRUEBA
FEHACIENTE DE LA EXISTENCIA DE NUESTROS VISADOS
Pero
mientras, la vida sigue por aquí. Y aunque nos quema el culo de
estar parados tanto tiempo, y cada vez tenemos más claro que no nos
apetece vivir en Europa y que queremos encontrar un sitio para
establecernos donde podamos ir todo el año en chanclas, estamos
contentos porque aquí estamos cumpliendo con nuestro objetivo:
quitarnos la hipoteca lo más rápido posible para poder volver a
irnos. Pero ya libres como el viento. Así que en esas estamos, con
Pablito haciendo más guardias que un tonto y yo sola en casa como
una buena y hacendosa esposa que espera amorosa al cónyuge. Y es que
de momento soy ama de casa y estudiante de biblioteca. Por suerte ya
he conseguido el número de autónomo para empezar a dar clases
particulares, y en septiembre empiezo en la academia las clases de
alemán e inglés. Verás tu hacerme yo la picha un lío con tanto
idioma. Que ahora con el alemán más que aprender alemán estoy
desaprendiendo el inglés, así que ya no hablo ni uno ni otro, vaya
mierda más grande. Pero estaré más entretenida y podré pensar en
algo más que en volver a irnos... si es que no puede ser. Y no os
creáis que conseguir el número de autónomo no me ha costado
sangre, sudor y lágrimas, que menudas lloreras que me he echado las
veces que he ido a Hacienda para preguntarlo todo y o bien el tío ni
me ha querido mirar para explicarme nada diciéndome que me buscara
un asesor privado, o cuando yo hago mi pregunta en alemán, esa que
me he preparado perfectamente y que digo muy bien y muy despacito, el
otro me responde una parrafada eterna de la que cojo tres o cuatro
palabras. Pues a llorar se ha dicho, que a mi las impotencias me
ponen mala y sentirme como una tonta aún mas. Pero hace unos días
he recibido la carta con mi numerito, así que prueba superada.
Y
agosto me estaba desesperando. No se por qué, porque hemos tenido
vacaciones y ha hecho un tiempo fantástico, yo creo que es que ya me
desespera todo. Pero es que todos nuestros amigos se han ido a España
y Pablo está en urgencias 12 horas al día, así que me muero de
ganas de que empiece septiembre, comenzar con las clases, que empiece
él en pediatría con un horario normal, y que vuelvan todos de
vacaciones, que se fastidien, pero las quedadas amiguiles aquí son
lo que te dan la vida, así que volviendo ya.
No
me quejaré no, porque el verano ha sido movidito movidito, porque
eso si, no paramos. Tuvimos la visita de Arancha que pasó una semana
de las chungas de trabajo de Pablo aquí conmigo y me hizo muyyy
feliz.
NOS
DEJAMOS UN DÍA LAS LLAVES DENTRO Y HUBO QUE ESPERAR A LAS 10 DE LA
NOCHE A QUE VOLVIERA PABLO, SOMOS DOS PAVAS
JUGAMOS
AL BRANDI DOG Y A LAS CARTAS, POR SUPUESTO