Aquí
seguimos, si si, no nos hemos olvidado de blog, lo que pasa es que
estamos tan metidos en el estudio que no tenemos tiempo para nada.
Seguimos estudiando las mismas horas al día, es decir, muchas. Y yo
lo que no veo es que cundan, que con tanto estudio ya tenía que
estar yo más sueltecita. Pero el otro día fui a preguntar los
precios de las lavadoras en una tienda y el empleado tuvo que pensar
que yo era robocop o algo así. De todas formas vamos haciendo
exámenes y ya tenemos aprobado hasta el B1, que no es mucho pero que
es algo, al menos anima a pensar que poco a poco uno consigue algo.
Lo que pasa es que yo lo tengo raspado y Pablo con casi la máxima
nota. Tampoco es que el nivel B1 sea una cosa para tirar cohetes,
pero ahí estamos. A finales de octubre se examina Pablo del B2. La
verdad es que yo lo veo chungo porque es muy difícil. Nuestro amigo
Miguel, el sevillano, se presentó una vez y suspendió, y eso que
habla Alemán que te quedas flipado, pero es que el nivel es muy
alto. Así que yo lo veo chungo, yo creo que la mitad de la clase no
va a aprobar pero bueno, siempre queda la posibilidad de un soborno
al tribunal, que nunca se sabe. Yo si hay que poner algún billetito
por ahí lo pongo eh? Que por méritos propios de momento no va a ser
posible. Pero no tengo prisa, creo que aunque Pablo apruebe yo puedo
seguir asistiendo a las clases de los médicos, así que seguiré
dando caña.
De momento lo mejor que nos ha podido pasar aquí es que nos hayamos encontrado con Miguel, Teresa y Miguelito, el bebe de 1 añito. La verdad es que nos da la vida tenerlos por aquí y quedar los fines de semana para poner el mundo del revés. Y nos reímos tanto tanto que acabo con dolor de barriga y mandíbula, en serio, es genial que nos riamos tanto. Pero es que Pablo y Miguel se ponen a decir burradas y no paran. La pena es que son enemigos íntimos de los medios internautas, así que no tienen facebook y nos han prohibido totalmente que les saquemos en el blog. Pero hemos estado en su casa un par de domingos, uno para ayudarlos a pintar la casa y otra para hacer una barbacoa, que no todo va a ser trabajar... y este finde que hemos ido por el centro de Lüdenscheid a dar un paseito y a comer. En fin que son nuestra vida social y estamos encantadísimos.
Por
otro lado tengo que hablar de los panes alemanes. Madre mía los
panes que hay por aquí... y que conste que yo vengo de un pueblo
famoso por el pan al que llaman Alcalá de los Panaderos, así que mi
listón está bastante alto. Pero tengo que reconocer que los panes
de aquí están para morirse. Eso si, no encuentro ni bollos (de los
andaluces, no de los del norte que llamais bollos a los pasteles), ni
picaitos, ni roscos. Pero probando los cientos de tipos de panes que
hay por aquí voy encontrando los que más me gustan. De momento para
desayunar en clase nos llevamos uno que tiene por dentro pipas de
calabaza, por debajo pegada una capa de pipas de girasol y por arriba
semilla de amapola y sésamo. Y para almorzar depende de lo que le
apetezca a Pablo: pan de patata, pan negro, con pipas de esto o
semillas de lo otro. En fin un gustazo. Pero el gustazo mayor del
reino es la máquina cortadora de panes del Lidl, eso sí que me
gusta. Tu coges el pan de un expositor gigante lleno de cestos con
panes. Como algunos panes son gigantes pues lo metes en el cortador y
te lo corta a rodajitas. Es una cagada pero siempre nos peleamos por
colocar el pan y darle al botón jejeje. El caso es que estoy rellena
de pipas, que se que está feo que lo diga pero que el otro día...
bueno mejor no lo digo que luego me dice mi madre que soy muy
escatológica y doy muchos detalles.
También
hemos organizado en la clase un encuentro culinario multicultural.
Que aunque suene muy rimbombante se trata de quedar un día para
cenar todos en casa de uno y que cada uno lleve algo típico de su
país para comer. Nosotros, claro está, llevamos el gran tortillón
de papas. Muy típico pero preguntamos y nadie lo conocía. El griego
una ensalada griega, los letones una ensalada de pescado y col roja
que fue la delicia más deliciosa, los búlgaros llevaron musaka, la
peruana llevó papas a la Huancaina y las profes alemanas llevaron...
salchichas de paquete directamente en el plato, vamos que ni puestas
al microondas, que eso no lo he hecho yo ni en la época adolescente
vamos, vaya fatiga. Ese era el menú y nos pusimos púos. También
hubo dos tartas, una de nutella y crema de vainilla y otra de fresas.
Deliciosas las dos. Fuimos todos, con mujeres y niños incluidos. Y
las cosas que pasan cuando se une gente de tantas culturas
diferentes. Que le pregunto a la búlgara si quiere cocacola y me
dice que si con la cabeza, me voy para la botella y me grita diciendo
que si, empiezo a echarla y me sigue gritando diciendo que si... que
yo pensaba que a la mujer le estaba dando un ataquito o algo porque
no era normal, hasta que llego a la conclusión de que en Bulgaria
que no se dice que si y al revés, que la mujer movía la cabeza de
arriba abajo y quería decir que no. Y como cada uno habla un idioma
y tampoco nos entendemos porque algunos no hablan inglés y alemán
de momento cortito... pues ahí que estaba yo echándole la cocacola
y preguntándome qué le pasaba a la mujer que me estaba gritando. Al
final no reímos un montón.