Esta semana ha sido muy intensa, de las buenas de verdad, de las que nunca se olvidan. Yo siempre digo que cada destino es como un regalito que está por abrir. No sabes cómo será, qué te encontrarás allí... todo es desconocido. Llegar allí es como abrir el regalo, descubrirlo, nunca más podrás abrirlo por primera vez y llevarte la sorpresa, ese momento es único en cada lugar por el que pasas en el mundo. Y la Isla de Pascua era uno de esos regalos grandes que ya sólo el tamaño te vuelve loca. Y esta semana se ha cumplido ese sueño, hemos abierto el regalo de Isla de Pascua, desde ahora, cuando alguien nos hable de ese lugar o veamos un reportaje sabremos cómo es ese regalo.
Dicen que es el lugar más remoto habitado en el mundo y el aeropuerto más alejado. Está en medio del océano Pacífico, a 3700 km de Chile y a 4000 de la Polinesia Francesa. Para llegar aquí tienes que pasar 6 horas en un avión desde Santiago de Chile. La única ciudad, por llamarla de algún modo, de la isla se llama Hanga Roa. Pero no hay edificios ni nada, sólo casas dispersas por calles llenas de palmeras, aguacatales, plataneras y árboles de papayas. Unas 4000 personas habitan la isla sin contar a los turistas que llegan en días alternos en un único vuelo de Lan Chile. Al estar perdida en el océano la contaminación es mínima, además de que hay muy pocos coches, y el mar rompe blanco y limpio sobre las rocas que bordean toda la costa.
Nosotros, para llegar hasta este paraíso, tuvimos que volar primero desde Lima hasta Santiago de Chile casi 4 horas. Llegamos allí un viernes a las 5,30 de la tarde y en el aeropuerto nos estaban esperando Manoli y Daniel, los catalanes que viven y trabajan allí y a los que conocimos cuando estuvimos aquí en febrero con Bea y Jordi, os acordáis que nos bañamos en el magnífico jacuzzi de la azotea de su edificio y cenamos una barbacoa? Pues ellos mismos, que son dos cielitos, nos estaban esperando para alojarnos en su casa, porque hasta la mañana siguiente no salía nuestro vuelo hacia la Isla.
Como en la isla de Pascua es muy caro comer y ya nos habían avisado de que lleváramos comida para toda la semana, paramos en el súper para hacer la compra: varios sobres de comida preparada, de arroz y de pasta, mantequilla, café, colacao, salchichón, jamón jork, magdalenas, puré de patatas, salchichas... comida basura pero fácil de transportar y no perecedera para comer durante todo el tiempo. El pan, la leche y el agua tendríamos que comprarlo allí. De ahí nos fuimos para casa de Manoli que, bajo pedido, tenía preparados todos los ingredientes para hacer una tarta de queso y un salmorejo. Y de regalo ella nos había preparado una tortilla de patatas con cebollita, era como un sueño!! así que llegamos a casa y preparamos la cena entre colada y secadora que tuvimos que poner. La comida estaba deliciosa y la compañía fue de lo mejor, charlar con españoles después de tanto tiempo siempre es una alegría, y más con Manoli y Dani, que son dos encantos. Nos fuimos a la cama muy tarde y a las 5,30 sonó el despertador para volver al aeropuerto. Dani se ofreció a llevarnos aunque insistimos en irnos en taxi. Desde aquí les damos las gracias a los dos por acogernos con tanto cariño y ponernos las cosas tan fáciles, sin duda les debemos una.
MANOLI Y DANI CON PABLO. MIRAD QUE MESA, SI ES QUE NO SE PUEDE AGUANTÁ!!