Que
cómo nos va por aquí? Pues bien, bueno mal, bueno bien... yo no se
ni qué contestar a esa pregunta. Porque esto está resultando ser
mas chungo de lo que me pensaba. Digo lo de aprender alemán, porque
por lo demás la verdad es que todo bien. Pero lo del alemán...
madre mía, no tengo palabras. Como ya os dije las clases son de 8,15
a 3,15 del medio día. Eso significa 7 horas de alemán explicado en
inglés y traducido por mi cabeza al español. Y yo veo que a medida
que pasan las horas mi cabeza empieza a echar humo, que me empiezo a
sentir como con fiebre, vamos que me pongo mala como un perro.
El
ritmo de las clases es frenético. Está programado para que dentro
de 4 meses, es decir, a finales de octubre, hayamos alcanzado un
nivel B2. Sabéis lo que es aprender un idioma del que no sabes decir
ni hola en 4 meses? Yo lo veo imposible de los imposibles. Pero el
ritmo es fuerte, el profe explica y explica, y sigue explicando, y yo
no me acuerdo ni de lo que dijo hace 10 minutos. Y el hombre habla en
inglés y en alemán, y os juro que llega un momento que yo no se si
el profe está hablando en inglés o en alemán, en serio, sólo
escucho una especie de “guau-guau, guau-guau, guau-guau” algo así
como el perro de los Simpson.
Y el hombre me pregunta algo en alemán para que le responda y yo le miro con los ojitos del gato de Shreck durante un ratito y no se si al cabo de unos segundos me voy a caer desmayada al suelo o voy a salir llorando como un dibujito animado japonés. El caso es que como puedo entono una respuesta con voz débil que casi que no me sale del cuerpo y el profe, benevolente el hombre, me va corrigiendo con paciencia y pasa al siguiente. Y yo doy un suspiro que creo que voy a acabar con el aire del mundo. Y así se van desarrollando las clases cada día, que chupan toda mi energía y llego a casa a las 3,30 que entre la mala leche que me entra a mi cuando tengo hambre y el desgaste energético no soy persona.
Y el hombre me pregunta algo en alemán para que le responda y yo le miro con los ojitos del gato de Shreck durante un ratito y no se si al cabo de unos segundos me voy a caer desmayada al suelo o voy a salir llorando como un dibujito animado japonés. El caso es que como puedo entono una respuesta con voz débil que casi que no me sale del cuerpo y el profe, benevolente el hombre, me va corrigiendo con paciencia y pasa al siguiente. Y yo doy un suspiro que creo que voy a acabar con el aire del mundo. Y así se van desarrollando las clases cada día, que chupan toda mi energía y llego a casa a las 3,30 que entre la mala leche que me entra a mi cuando tengo hambre y el desgaste energético no soy persona.
Y
es que el alemán es chungo tela. Lo primero y peor de todo es que
los géneros de las palabras no son como los nuestros, de forma que
tengo que interiorizar que es “el cuchara”, “la tenedor” o
“lo libro”. Luego el artículo de cada género se escribe de una
forma distinta según el sustantivo sea sujeto, objeto directo,
indirecto o genitivo. Vamos que yo de eso no me acuerdo ni en
español. Y cuando digo una frase tengo que pensar con cada palabra:
esta palabra es masculina o femenina? Y está en el sujeto, o en el
complemento directo? Vamos que si voy a pedir pan en la panadería
cuando termine de pedirlo la señora ha cerrado y se ha ido. Y luego
el orden, vosotros veis normal tener que decir: yo he en mi casa un
libro leído? Vamos que es que ni Yoda el de la Guerra de las
Galaxias habla así!!!! De forma que voy a tener que cambiar toda la
estructura mental que me subyace y asimilar otra que no entiendo ni a
la de tres. De verdad, esto es como los martirios chinos, y a estas
alturas preferiría que me clavaran palitos por debajo de las uñas a
tener que ir a clase un día mas.
Lo
bueno es que los viernes no hay clase, es día para estudiar en casa.
Y la última semana de cada mes tampoco, por que los médicos van al
hospital a ir aprendiendo cosas de su futuro puesto de trabajo. A mi
me viene de muerte porque aprovecho para estudiar a saco. Y os
aseguro que estudiamos los 7 días de la semana, es la muerte a
pellizquitos. Yo siento mucha presión porque veo que el grupo avanza
y yo no. Y es que a mi nunca se me dieron bien los idiomas. Y hay
días que lo llevo fatal. Con deciros que el otro día salí llorando
y todo como una tonta en el descanso. Pero es que no me veo capaz.
Estoy intentando relajarme, tomármelo con más calma y pensar que yo
no me tengo que sacar un B2 en 4 meses, que puedo tardar un año, que
puedo ir a mi ritmo. La verdad es que esto es una oportunidad muy
grande. Estos cursos tan intensivos son muy caros y a nosotros no
sólo nos lo dan gratis sino que nos dan piso y 800 euros al mes, que
más se puede pedir? Así que me siento afortunada y voy a aprovechar
al máximo. Lo demás ya se verá.
PABLO
EN LA PUERTA DE LA CLASE CON SERGIO Y GLORIA. ES ESE LOCAL COMERCIAL
QUE SE VE DETRÁS.