Hola
a todos! Aquí Pablo, encantaro de saludaros a todos de nuevo. Elena
no tiene muchas ganas de escribir hoy así que me toca a mí esa
tarea.
Empezamos
este post con una curiosidad: todos sabemos como son los cementerios
católicos, seguramente muchos sepáis cómo son los cementerios
musulmanes e incluso los habrá entre vosotros que sepa como son los
cementerios judíos. Lo que seguro seguro que no sabéis es cómo es
un cementerio chino! Si amigos, aunque todos creáis que los chinos
no mueren o que nos los comemos en forma de rollito de primavera o de
cerdo agridulce en los restaurantes chinos, no es así. Al menos no
en el sudeste asiático, que lo que ocurra en Sevilla y otros lugares
de nuestra España seguirá siendo un misterio.
Las tumbas son semicirculares, con su lápida escrita en perfecto chino y alicatadas hasta el techo como un cuarto de baño. Y como aquí en Malasia hay tantos chinos pues hay cementerios regados por toda su geografía. Por cierto hay “chinos” pero no “chonis”, será inversamente proporcional? Para que los aún incrédulos os convenzáis, os dejamos una foto de cómo son.
Las tumbas son semicirculares, con su lápida escrita en perfecto chino y alicatadas hasta el techo como un cuarto de baño. Y como aquí en Malasia hay tantos chinos pues hay cementerios regados por toda su geografía. Por cierto hay “chinos” pero no “chonis”, será inversamente proporcional? Para que los aún incrédulos os convenzáis, os dejamos una foto de cómo son.
Desde
que nos bajamos del barco no parábamos de darle vuelta a la cabeza
de si habríamos hecho bien o no, y la verdad es que estos días nos
han hecho ver cada vez más claramente que sí, que hicimos muy bien,
sobre todo viendo lo que hicimos durante los primeros días nada más
bajarnos: NADA-R. Literalmente, nada y nadar, ya que estuvimos muy
listos al buscar hotel en Langkawi. Nos quedamos en el Barón motel,
una habitación con wifi y baño privado por 70 Ringgits (17,5€),
eso sí, sin desayuno, que en Malasia cuesta más encontrar una
habitación con desayuno que al pequeño Nicolás en un mitin de
Podemos. Y digo que estuvimos muy listos porque ya habíamos visto
que a pocos metros del Barón Motel estaba el Barón Resort, un
hotelaco con un piscinon magnífico, así que preguntamos en la
recepción de nuestro motel que si el dueño era el mismo, y nos
dijeron: “Sí señor, es el mismísimo Barón”. Y es ahí donde
mi Elenita pone su carita de gatito de Shrek y le pregunta a los de
la recepción: “Entonces, si es el mismo dueño, ¿podemos usar la
piscina del Resort?” Y claro, con esa carita, esa vocecita de
cordero degollado y los goterones de sudor que nos caían a los dos
por la cara abajo, cualquiera le dice que no! Y ahí nos veis a los
dos que durante cuatro días no hicimos otra cosa que dormir, comer,
y bañarnos en la piscina de nuestro amigo el Barón.
EN
LA PISCINA DEL BARÓN. FIJAROS CÓMO SE BAÑAN AQUÍ
Un
día alquilamos una motito que sabéis que nos encanta para ir a ver
las playas de Langkawi. La verdad es que no merece mucho la pena
venir hasta aquí para ver las playas, ya que en el mismo país pero
en la otra costa las playas son de catálogo del corte inglés, pero
bueno, fuimos y las vimos, y ahora podemos opinar, jeje. Estaba llena
de guiris bebiendo cerveza y haciendo de todo tipo de deportes
acuáticos habidos y por haber, motos de agua, parasailing, el típico
“plátano” hinchable tirado por una barca, etc. Nosotros nos
dimos un bañito con un poco de agobio porque nos habían dicho que
había muchas medusas e incluso había carteles que lo advertían,
pero no nos picó ninguna, así que con nuestra motito nos fuimos a
recorrer la isla que es lo que nos gusta. Comimos al lado del
aeropuerto en un puestecito callejero donde una señora nos preparó
una comida deliciosa y un coco para beber, y todo esto con unas
magníficas vistas al mar y algún que otro Boeing 747 aterrizando a
nuestras espaldas.
Y
con poco más que ver de Langkawi, decidimos irnos al siguiente
punto, las Cameron Highlands, no sin antes pernoctar otra noche en
George Town que es donde el ferry de Langkawi nos dejaba. Allí
aproveché para cortarme el pelo en una peluquería con un hindú que
nos miraba con cara de sospecha, pero que fue muy pero que muy
amable. Le dije que me metiera la maquinilla al 6, y le parecía que
estaba cortando poco, y a la mitad del pelado me dice que si le pone
el 4 a la maquina, y yo que no, que está bien al 6, y nada, le
pareció poco así que cogió las tijeras y me terminó pelando como
le dio la gana, eso sí, mu bien que he quedao, o al menos eso es lo
que me ha dicho mi Elena.
AQUÍ
LOS MUSULMANES CON BURKA TAMBIÉN HACEN DEPORTES DE AGUA
LA
PLAYA DE LANGKAWI
NUESTRO
ALMUERZO MIRANDO AL MAR Y AL AEROPUERTO
EL
FERRY HACIA PENANG
EL
HINDÚ MIRABA A ELENA CON CARA DE SOSPECHA CUANDO HACÍA UNA FOTO,
ESO SÍ, LE HABÍAMOS PEDIDO PERMISO ANTES Y NOS DIJO QUE SÍ
LA
CENA EN NUESTRO SITIO FAVORITO, EL YEAP NOODLES
Las
Cameron Highlands es una zona montañosa en el centro del país donde
un día un inglés llegó, plantó té y fresas, y gracias a él
nosotros y hordas de guiris del mundo entero vamos hasta allí para
ver en qué se ha convertido la zona. Es una región rica en
agricultura, sobre todo fresas y té. Nosotros íbamos pensando en
hacer una escapada “rural” y algún que otro trekking a la vez
que para quitarnos un poco del calor sofocante que hace en Malasia,
ya que al ser montaña las temperaturas son más bajas. Lo que nos
encontramos al llegar nos dejó flipados: innumerables puestos y más
puestos de souvenires de todo lo que te puedas imaginar relacionado
con fresas: peluches, cojines, gorras, camisetas, llaveros... Y era
flipante ver a los chinos malayos comprando estas horrorosidades
compulsivamente. Ni íbamos a tener una escapada rural ni na de na,
pero ya estábamos allí, así que nos fuimos a buscar hotel, y nos
quedamos en el TJ Lodge, que por 65 Ringgits (16€) tenía muy
decentes habitaciones dobles con baño compartido, pero en nuestra
planta nuestra habitación era la única sin baño, así que el baño
era para nosotros solos.
LAS
CAMERON HIGHLANDS, ZONA DE FRUTA Y VERDURA
UN
MERCADILLO AL LADO DE NUESTRO HOTEL
NUESTRO
HOTEL DESDE LA CALLE
El
primer día hicimos un trekking por la montaña, ya que hay varios
caminos que salen del pueblo. Nada del otro mundo, pero nos gustó.
Al día siguiente alquilamos una moto para ir a ver el plato fuerte
de aquí: los campos de té. Y la verdad es que nos encantó! Nunca
habíamos visto plantaciones de té, y nos gustó muchísimo, todas
las montañas con los arbustos de té, todo tan verde, era una
pasada. Paramos a hacernos fotos mil veces porque no podíamos dejar
de mirar para todos lados. Incluso vimos unos novios haciéndose
fotos en las plantaciones de té, debe ser algo típico de aquí.
Pero lo mejor fue cuando el fotógrafo nos dice: “Queréis una foto
juntos?” Y le decimos: Sí!! Y allá que va el fotógrafo y grita:
“por favor, reflectores!!” y nos va diciendo cómo ponernos
mientras el chaval del reflector nos ilumina para que la foto salga
mejor, jeje. Casi nos hace un book el colega!
Seguimos
con la moto hasta llegar a un bosque en el punto más alto del país,
según los de las agencias de viajes que te quieren vender el tour
“es un bosque como el de la peli Avatar”. La verdad es que no se
si era como el de Avatar porque no me acuerdo de la peli muy bien,
pero nos gustó mucho el paseito por aquí, los árboles llenos de
musgo y todo muy peliculero la verdad.
NUESTRA
MOTITO QUE CASI SE QUEMA DE SUBIR CUESTAS
LOS
CAMPOS DE TÉ SON PRECIOSOS
EL
BOSQUE DE AVATAR
Y
de ahí nos hemos venido otra vez a la selva, esta vez la que dicen
que es la más antigua del mundo. Pero eso os lo contaremos en el
próximo post. Un saludo!!
Qué bonitos los campos de té.
ResponderEliminarQue chulo el viaje!! Nosotros queremos hacer lo mismo pero al reves, de Taman Negara a Cameron Highlands y de alli a Penang, que medio de transporte usasteis para ir a los sitios? Sabeis horarios y precios? Estaria bien saberlo para fijar bien la ruta. Gracias!
ResponderEliminarHola! Pues a ver, del Taman Negara a las cameron highlands tendreis que ir en minivan y podeis bajar el río en barca hasta el pueblo desde donde salen las minivan, que cuesta 7,5€ por persona, y de allí a Penang (Georgetown) hay bus. En los dos sitios hay mil agencias de viajes que te lo venden y todas cobran más o menos igual.Ya nos contareis, suerte!
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