Cogimos nuestro cochecito de alquiler el día 15 para irnos hacia el aeropuerto de Brisbane. Como íbamos con tiempo decidimos parar en un pueblo que había por el camino y que tenía un mercado de artesanía y comida precioso. De nuevo un sitio muy hippy, con gente de todos los estilos, una gozada. Y claro, como no podía ser menos allí nos volvimos locas con los puestos y nos pasamos un poco de hora.
Así que, como viene siendo costumbre, llegamos al aeropuerto con el tiempo justo. Pablo y Enrique fueron a devolver el coche y nosotras tres nos quedamos con el equipaje esperando que llegara la hora para facturar. Media hora antes del embarque cerraban la facturación y entonces nos fuimos las tres para la chica y nos dice que es muy tarde, que estaban cerrando ya y que sin las dos personas que faltan no podemos facturar. Yo le dije que estaban fuera, en la puerta tomando el fresco, y entonces me dice: pues corre rápido y diles que entren pero si no vienen en 2 minutos os quedáis en tierra. Madre mía, que no aprendo, otra vez igual, si es que me gusta que me suba la adrenalina. Me fui para afuera muy despacito como haciendo tiempo, y la mujer gritándome desde lejos: corre corre que es muy tarde!. Y salí fuera rezando por encontrarme a estos dos bajándose de un taxi en ese mismo momento. Pero no estaban, ni rastro de ellos, ¿y que le digo yo a esta mujer ahora? Que no los encuentro? Así que después de hacerme la loca un par de minutos y decidida a ir para adentro y decirle que se habían perdido, los vi aparecer a lo lejos andando tranquilamente. Les grité como una vil maruja para que se dieran prisa y volví con ellos al mostrador como si efectivamente hubieran estado fuera todo el rato. Uf menos mal, no nos quedamos en tierra, podemos volar rumbo a Cairns.
Llegamos a Cairns, donde teníamos nuestro siguiente intercambio con Pip y Charlie. Nos dijeron que cogiéramos un taxi y nos fueramos al Mantra Explanade, un hotel muy lujoso justo en el centro, en el que ellos poseen un piso. Cuando llegamos nos estaban esperando en la puerta. En el lobby del hotel había una agencia de viaje y nos dijeron que era suya y que si necesitábamos alguna excursión la podríamos contratar allí a buen precio. Y acto seguido nos llevaron al piso. El hotel tiene habitaciones normales y la última planta está dividida en 4 suites y el piso de Pip, el único privado de todo el hotel. Cuando entramos en el piso no podíamos creerlo porque era precioso! Un gran salón comedor con cortinas automáticas, tres dormitorios dobles con tres baños, un lavadero y una terraza con una gran mesa para comer. Todo estaba decorado como de diseño y nos habían dejado una botella de vino de 2002 y una piña natural sobre la mesa. Mi madre le dijo a Pip en perfecto español: Pip me encanta tu casa, es preciosa, si esta es la que intercambias me gustaría ver cómo es en la que vives porque debe ser alucinante. Y este comentario que yo traduje no sin pensar que vaya morro, tendría sus consecuencias posteriores. En cuanto Pip y Charlie salieron por la puerta nos pusimos a dar saltos de alegría por poder estar en esa casa tan bonita los siguientes 5 días.
Cairns no es una ciudad especialmente bonita. No puedes bañarte en la playa porque entre los cocodrilos y las medusas mejor es no acercarse. Pero tiene una playa salada artificial inmensa en la que la gente se baña. Nos habían dejado en la casa muchos folletos de excursiones y todas las cosas que se puede hacer en la ciudad y pronto descubrimos que salía una foto de Pip y Charles con sus hijos en la parte trasera de todos ellos. Ponía: esta empresa pertenece al grupo CAPTA que posee la familia Woodward y la fotito de rigor. Así que entendimos por qué eran tan ricos y poseían el único piso privado en el ático del hotel, porque poseen la mayoría de las empresas de turismo de Cairns así como varios parques naturales de esos a los que se va a ver animales en libertad, otra empresa para hacer rafting... en fin, que estaban montados en el dólar y nosotros sin saberlo.
Lo primero que hicimos fue ir al supermercado a surtirnos de víveres para los desayunos y las cenas y bajar a reservar una excursión a la barrera de coral para el día siguiente. Los precios aquí siguen siendo iguales en el supermercado y las excursiones son súper carísimas, así que si vienes a Cairns debes traer la tarjeta dispuesta a echar humo porque si no, no puedes hacer nada. La excursión a la barrera costó 85 euros por persona con el almuerzo incluido porque ese día había una oferta especial (o eso nos hicieron creer).
A la mañana siguiente a las 10 salía nuestro barco rumbo a la barrera. Nos montamos todos muy contentos pero a los 10 minutos de salir aquello empezó a moverse y allí potó hasta el apuntador, todo el mundo con las bolsitas de papel y los del barco recogiendo y dando bolsitas nuevas porque hubo hasta quien la llenó. Yo me tuve que tumbar en un sillón de la cubierta, cerrar los ojos y hacer un esfuerzo enorme por no largar el desayuno en cualquier momento. Madre mía qué fatiga, y dos horitas tardamos en recorrer los 40 km que separaban la tierra firme hasta la plataforma a la que nos dirigíamos.
Por fin llegamos y nos bajaron a todos en una plataforma justo en la barrera de coral. Allí hay un área determinada por la que puedes hacer snorkel pero de la que no debes salirte. La verdad es que no vimos peces inmensos como tiburones (nota de Pablo: Yo sí que vi un tiburon, un poco a lo lejos pero le pude hacer una foto, jeje), mantas o tortugas, pero los corales eran realmente preciosos y había muchos peces pequeños de todos los colores, había hasta peces nemo!!! Luego comimos en la plataforma de un buffet que no fue nada espectacular. También pudimos pasear por la barrera en una especie de submarino todo de cristal, así que sin mojarte ni nada podías ver todos los corales pasando justo a tu lado. Otra cosa que hicimos allí es dar un paseo en un barco con el suelo de cristal. Así que la verdad es que el día fue muy bonito y pudimos hacer muchas cosas, a pesar de que la pastilla contra el mareo que me había tomado me dejó todo el día muerta de sueño y anduve como un zombi por la barrera. Pudimos hacer muchas fotos porque Enrique y Espe, como agradecimiento por haber preparado el viaje, nos han regalado una funda subacuática para la cámara, así que Pablo pudo dar rienda suelta a su locura y cuando salió del agua había hecho más de 300 fotos.
Al día siguiente decidimos no hacer nada especial más que descansar y pasear. Por la mañana Enrique y Espe se fueron a ver el jardín botánico y Pablo, mi madre y yo, nos quedamos cerca del hotel paseando por el paseo marítimo y viendo a la gente dejarse cientos de euros en el casino. Pablo andaba un poco pachucho de la barriga y no quiso alejarse mucho por si necesitaba un baño de urgencia. Almorzamos todos en la casa unos filetitos de canguro con un arrolito chino y una ensaladota, y nos dormimos una siesta de las de campeonato, uffff eso si que es vida y vacaciones. Y luego por la tarde otro paseito y a cenar y a la cama para levantarnos temprano.
Nuestra siguiente excursión fue con un coche alquilado, un Toyota Corolla por 49 € el día con el que pretendíamos ir hasta el Cabo Tribulación, a unos 150 km al norte de Cairns. Lo bonito de esa excursión es el camino más que el destino. Cairns está al nordeste del país y el clima es tropical. Está rodeada de selva tropical que llega hasta el mar, hasta la orilla del agua, playas maravillosas, ríos y manglares, cocodrilos... es una zona preciosa en la que se pueden pasar varios días sin necesidad de aburrirte. Así que fuimos subiendo y parando en algunas playas de esas de postales. Siempre con precaución porque nos habían dicho que no nos bañáramos porque podíamos encontrar medusas y cocodrilos. Aunque la temporada de estos animales ya está acabando pero bueno, a mi me dicen eso y te aseguro que no meto ni la punta del dedo gordo. Es mas, estoy en la arena y no dejo de mirar hacia atrás no vaya a ser que me salga de la vegetación un cocodrilo hambriento y se tire a por mi muslo.
Desde la carretera también salen caminos de madera para hacer trekking que se meten por la selva y van por entre medio de la vegetación. La vegetación es tan exuberante que te deja con la boca abierta, el olor de los árboles de aquí es bien fuerte y el camino va en alto por encima de las raíces de los manglares, una preciosidad. También puedes ver algún animal inesperado e indeseable, que yo no se cómo se las apaña Pablo pero ve todos los bichos que se nos cruzan.
UNA BICHA QUE SE NOS CRUZÓ POR EL CAMINO, ERA NEGRA POR ARRIBA Y TENÍA EL LOMO AMARILLO, VIMOS UN PAR DE ELLAS.
Llegamos con el coche hasta el río Daintree. La carretera hacia el norte desemboca aquí y, si quieres continuar, debes cruzar el río con el coche y todo en un ferry y luego seguir tu camino. Este río es una preciosidad, tiene selva tropical en las dos orillas y está llenito de cocodrilos. Por eso allí, junto al ferry que te cruza, podías coger un barquito que te lleva río arriba para que veas la vegetación y, si tienes suerte, algunos animales. Decidimos montarnos en uno, a 15 € por persona durante una hora y media. El paseo fue de lo más bonito de todo el viaje, porque vas viendo selva a ambos lados, y en algunos momentos el río se estrecha bastante. Y tuvimos suerte porque pudimos ver 3 cocodrilos inmensos, de 4,5 metros de largo, y varias crías tomando el sol en las ramas. Como aquí está entrando el invierno (aunque en Cairns, como es tropical, no hace frío) los cocodrilos están mas tiempo fuera del agua tomando el sol y están más inactivos por lo que era más fácil verlos. También vimos una serpiente en una rama, la piel de otra que la había mudado, varios pájaros preciosos, una araña con una red gigante... vamos que el paseo fue productivo y a todos nos encantó, fuimos todo el rato con la boca abierta.
Después del paseo cruzamos en el ferry y seguimos rumbo al norte. Tal y como nos había recomendado la chica que nos vendió los tickets del barco, nos paramos en una tienda de helados donde los hacen artesanalmente con pulpa natural de frutas tropicales. Era un sitio precioso con un jardín lleno de palmeras donde comimos helado de cuatro sabores: fruta de la pasión, banana, sapote negro y otra cosa que no se cómo se llama pero que sabía como a café. (Nota de Pablo para sus hermanos: ¿Os suenan los sapotes? ¿A cuanto estaba la docena? Que grande era Groonan... :-P) Otra cosa curiosa de este lugar es que se supone que hay cassowaris por todas partes. Y qué es eso? Me hubiera preguntado yo antes de venir aquí? Pues un pajarraco inmenso tipo pavo real pero de 30 kilos. Todo el camino está lleno de carteles para que tengas cuidado y no atropelles a ninguno pero, a pesar de no parar de mirar todo el rato para ver si lo veíamos, no lo conseguimos.
Llegamos hasta la última playa que había junto al cabo tribulación, una playa preciosa con manglares a pie de mar y en la que había un cartel inmenso en el que ponía que en temporada de medusas (de noviembre a mayo) no debes nadar en el mar y, si lo haces, siempre dentro de las redes para tal fin. Y acompañando al cartel un bote de vinagre para que lo eches en las picaduras que, por lo visto, duelen para morir. Al lado de este cartel había otro igual pero de cocodrilos, vamos que es como para bañarse aquí.
Y así pasamos el día con nuestro cochecito visitando lugares muy bonitos. Volvimos a casa muy tarde y muy cansados con 300 km recorridos así que del tirón a la cama. Por cierto que esa misma tarde recibimos una llamada de Pip informándonos de que al día siguiente nos invitaban a cenar una barbacoa en su casa: objetivo conseguido, podremos ver la casa de los muy conocidos en cairns Pip y Charles.
El último día hicimos una excursión a un pueblo llamado Kuranda. Lo bonito de ésto no es el pueblo en sí, que es completamente turístico y está lleno de restaurantes y tiendas de souvenirs. Lo bonito de verdad es el camino para llegar allí, ya que la ida se hace en un teleférico que atraviesa toda la jungla durante una hora de recorrido. Se ven los árboles inmensos, cascadas, ríos... es un camino precioso, realmente precioso, estábamos todos alucinados. Son 9 kilómetros los que se recorren y se hacen dos paradas por el camino para visitar unas cascadas y dar un paseo por la selva. Espe se marea en estos cacharros y la pobre se pasó la primera parte del trayecto sentada en el suelo y con los ojos apretados sin atreverse a moverse. Pero se animó y los dos siguientes tramos fue más despierta que nadie y haciendo fotos como una loca.
La vuelta del pueblo se hace por una ruta escénica en un tren histórico precioso. Tanto la estación de tren como el tren en sí son reproducciones de los antiguos y resultan muy bonitos. Desde el tren se atraviesa la selva y se ve el mar de lejos con la ciudad de Cairns. Nos encantó el paseo y el día mereció la pena aunque el billete de ida en teleférico y vuelta en tren costó 70 euros por persona.
Llegamos a casa temprano, como a las 5, y Pip había quedado en que su hijo nos recogería a las 7 menos cuarto. Compramos en el súper y nos fuimos a la casa para preparar dos tortillones de patatas para llevar a la cena y aportar algo español. Nos duchamos y nos fuimos al lobby a esperar que vinieran a recogernos.
Vino a recogernos Ben, el hijo de Pip, en una gran minivan de la empresa. Por el camino pasamos a recoger a Ricky, su novio, un chico de Inglaterra que hablaba, por suerte, un perfecto español. La casa de Pip y Charlie era preciosa, en la ladera mirando a las montañas y al mar, con una piscina mirando al paisaje, pistas de tenis, mesa de billar y un porche maravilloso en el que había preparado una mesa redonda y una barbacoa haciendo carne. La familia resultó ser encantadora. Tenían las paredes de la casa llena de objetos de deportes originales y firmados por sus dueños, como la raqueta con la que Agasi jugó el open de Australia. Además Charlie es amante de los vinos y tiene una bodega tan tan alucinante que pasamos allí un buen rato viendo su colección de cientos de botellas, las tenía hasta del 84! una pasada. Y la cena fue deliciosa, patatas y batatas gratinadas, ensalada y carne de barbacoa. Pasamos una noche muy agradable charlando con ellos, la temperatura era perfecta y nos encantó conocerlos. Por lo visto en Cairns son una familia muy conocida y se portaron muy bien con nosotros.
TODO EL GRUPO: DE IZQUIERDA A DERECHA RICKY, VEN, PIP, MI MADRE, ESPE, CHARLIE, YO, PABLO Y ENRIQUE ABAJO.
Esta mañana, Ben vino a recogernos al hotel a las 9 de la mañana para llevarnos al aeropuerto para, en 2 horas 45 minutos, encajarnos en Sydney donde tenemos nuestro último intercambio. En Cairns lo hemos pasado realmente bien y esperamos que en Sydney no sea menos. Os mandamos muchos besitos a todos
Jo, jo y jo... que envidia (de la buena) y que bien lo contais siempre... haceis que abra una ventana de la ofi mientras os leo y que pegue un salto a ver si llego a esas playas y esos lugares... pero nada... la realidad está entre cuatro paredes...
ResponderEliminarGracias por vuestras crónicas... seguid disfrutando....Besos
Rober
Jajajajajaja, ¡me parto con lo de Groonan! ¿Habré errado? :D
ResponderEliminarMe han encantado las fotos de la selva sobre todo. Qué envidia. Me alegro de que lo estéis pasando bien.
Besos.
Alucinante las vista de las playas y de la selva, las cascadas, los cocodrilos, el atolón de coral...¡Qué Guayyyyyy!. Y sobre todo el "chabolo tan impresionante de Pipi". Jolín, que colofón de aventura más maravilloso. Seguid disfrutando. Miles de besos.
ResponderEliminarQue envidia y que chulada de viviendas, de revistas vamos y los paisajes una preciosidad, cuantas cosas estamos viendo a traves de vosotros, me encanta, cuando llegueis los voy a echar de menos.
ResponderEliminarElena no te creas que era tan cara la escursion, pos en cualquiera que te ofrecen en el inserso, con comida incluida, viene a costar mas omenos eso.
Muchos besitos.
Yoliiiiiiiiiiii,jajajjja,que te seguimos,te estas haciendo universal,que apenas tenemos tiempo de nada,estoy de los melocotones hasta el moño!!.
ResponderEliminarDisfruta y pasatelo bien que de que te des cuenta estás de vuelta en el avión,vaya lujo de apartamentito,que envidia me dais!!.
Muchos besitos para todos y cuidadin con los canguros!!
Ana
se os ve genial. debéis de estar hartos de tanto viaje, jeje, me cambio cuando queráis con vosotros. muchos besos!!
ResponderEliminarJo qué bien lo pasáis, os sigo cuando puedo, a un mes de las opos no tengo mucho tiempo, pero cuando no os leo veo las fotos y me encanta. Besotes y a seguir disfrutando.
ResponderEliminarHola chicos!! menuda maravilla de viajes que hacéis! Di con vuestro blog en un foro (no me acuerdo muy bien como se llama) porque estaba mirando cosillas para irme a EEUU de beca de idiomas en octubre. Hace muy poquito que tengo un blog, así que aún ando perdida.
ResponderEliminarEspero que os lo paséis de maravilla!! y ya tenéis otra seguidora-fan :D
Saludos!!
P.d.: mi otro destino preferido para la beca era Australia...qué envidia me estáis dando...(de la sana eh!!)
Hola pareja!
ResponderEliminarNos alegramos de veros en plena forma y disfrutando de nuevas y maravillosas aventuras!
Y ademas en buena companyia.
Seguir disfrutando tanto,
Saludos
Chicos que bueno todo lo que cuentan. somos una pateja de ategentinos que nos sirvio mucho sus comentarios ya que vamos a viajar a Cairns y teniamos ganas de hacer algo similar a lo que ustedes hicieron y nos alentaron a hacerlo!!! Muchas gracias!!
ResponderEliminarNatalia y Sebastian