Estar de vacaciones siempre es genial, pero si tus vacaciones van a durar 6 meses, estás con el hombre de tu vida y eres libre como el viento tu felicidad se multiplica por 20. Y así nos sentimos, afortunados en cada momento del día, sin olvidar que somos unos privilegiados por poder vivir de esta manera. Esto me ha quedado un poco cursi pero es que el sentimiento que da el viajar a largo plazo es tan magnífico que uno no puede dejar de repetirse la suerte que tiene. Y así seguimos por Nueva Zelanda, dejando kilómetros atrás y disfrutando del camino y de la experiencia con la caravana.
La caravana... esa gran desconocida que ha llegado a nuestras vidas y que se ha convertido en una más de la aventura. Con sus cosas buenas y sus cosas malas, que también las tiene, por qué no decirlas. Un día en la caravana es relajado, nos despertamos como a las 9 de la mañana y lo primero es deshacer la cama, sencillamente porque si no la deshaces no cabes, no podrías ni vestirse porque toda ella se convierte en una gran cama. Así que hay que doblar y guardar las sábanas, quitar la base central de la cama que es la que se convierte en mesa y poner cada cojín en su sitio. Después viene el cambiarse de ropa, para lo cual no levantamos las cortinitas de las ventanas si estamos en un camping porque nos vería la gente como Dios nos trajo al mundo, y aquí son muy educados y da como cosa. Una vez vestidos y cada cosa en su sitio comienza la rutina de preparar el desayuno. Si estamos en un camping es fácil porque podemos enchufar el tostador y usar el microondas para calentar la leche. Pero lo cierto es que sólo 1 noche de cada 3 nos quedamos en un camping, así que tenemos que abrir el gas y calentar la leche en un cacito de los de toda la vida y tostar el pan con mantequilla en una sartén. Luego tenemos jamón york, colacao, azúcar... en fin, desayuno solucionado. Fregar los cacharros es más complicado porque el grifo no es automático sino que tienes que darle a una manivela para que salga el agua, es fácil y está muy blandito así que no es problema, uno le da a la palanca mientras que el otro friega los cacharros. La caravana trae un tanque de 20 litros de agua, lo que da para fregar 3 veces, ¿no es para plantearse la cantidad de agua que gastamos en nuestras casas inútilmente? Pues si. Luego tenemos un cubo que hay que poner debajo de la caravana para que caiga el agua del fregadero. Ese cubo debe estar puesto siempre porque si te ve la policía tirando agua al suelo te pone 200 € de multa “por contaminar Nueva Zelanda”. Así que ponemos nuestro cubito y luego lo vaciamos en una alcantarilla o en algunos de los lugares destinados para eso, que como este país está muy preparado para las caravanas pues los hay por todas partes. Claro que el que te vea la policía es harto complicado porque en el tiempo que llevamos aquí sólo hemos visto 2 coches de policía en todo el país, y los dos en las dos ciudades grandes que hemos visitado. Ni uno solo más. Y eso que la gente duerme en cualquier parte aunque ponga “prohibido pernoctar”, pero como nadie aparece pues la gente duerme donde quiere. Se ve que son confiados los neozelandeses. Luego nos lavamos los dientes, el agua claro está, debe ir al susodicho cubito. Y una vez hechos todos los menesteres ponemos rumbo al siguiente destino. No solemos hacer más de 250 kilómetros al día que recorremos en unas 3 horas. No se hace nada pesado porque paramos continuamente, a cada momento. Y ese continuamente no os podéis ni imaginar la de veces que es. Porque aquí al señorito Pablo este país le está flipando. Que a mi también me gusta mucho, muchísimo, pero los que me conocen saben que yo soy una mujer de ciudad, y con tanto campo un día si y otro también empiezo a echar en falta un poquito de asfalto. Pero Pablo lo flipa con el paisaje: y que bucólico, y que bonito, y que si por qué no estás haciendo un video por la ventanilla mientras conduzco, que si por qué no estás haciendo fotos... y como yo claro, a las primeras 100 ovejas les hice fotos pero llegó un momento que decidí que no debía acordarme de la cara de todas, paso tres kilos y sólo fotografío cuando hay un paisaje alucinante, pues él va parando la caravana cada 20 minutos diciendo: pero que bonito vamos, es que es precioso, esto es maravilloso. Y a mi me da la risa, porque eso significa que va a hacerle otra foto a unas pocas de ovejas. Y cuando en el campo hay ovejas y vacas juntas... porque normalmente están separadas pero hay veces que están dentro del mismo cercado conviviendo en armonía. Ay amigo que cuando están juntas pablito se vuelve loco diciendo otra vez que qué bucólico, que qué bonito, qué romántico... y fotito al canto. Otro tanto le pasa cuando el césped y los animalitos llegan hasta la orilla del mar: has visto como se une el césped con el mar? Qué bonito y qué bucólico. Hijo, que bonito y qué bucólico te está pareciendo este país.
Y lo cierto y verdad es que el país es precioso. Tengo que reconocer que continuamente te quedas con la boca abierta mirando cualquier río, lago o montaña, estamos los dos flipando. No me extraña que aquí se rodara el señor de los anillos. Que por cierto, esto está lleno de frikis buscando las localizaciones del rodaje de la película. Venden libros con las localizaciones hasta en las gasolineras, y he de reconocer que Pablo ha estado a punto de comprarse uno.
El almuerzo y la cena los hacemos en la caravana siempre: ensalada de arroz, filetes a la plancha con ensalada o verduritas, pescado... pablo se está zampando unos filetitos de esas ovejas tan bucólicas que lo flipas, que suelta una grasita en la sartén que luego no hay quien la quite, y pensar que eso se le está pegando directamente al riñón. Que bucólico, pero sin compasión ninguna. Y luego a montar la cama de nuevo y a dormir. No digo nada de la ducha porque eso sólo se da cuando dormimos en un camping, es decir, que nos duchamos uno de cada tres días. Claro, así ya me he pillado en 10 días una infección de orina, si es que hay que darse un agüita de vez en cuando, que eso no se puede dejá...
Respecto a la ropa la lavamos en los campings, que tienen sala de lavandería en las que cuesta 1 euro la lavadora y otro la secadora, así que es barato mantenerlo todo limpito. Y los pelos? Pues me los quito con la silkepil cuando puedo enchufarla en un camping. Y también en los camping, que están genial pero genial, aprovechamos la cocina que hay más espacio para cocinarnos cosas más elaboradas y meterlas en la nevera para comer un par de días.
Y también hay que hacer mención al tiempo pasado hablando por teléfono. Si, aunque estemos en la otra parte del mundo pasamos mogollón de tiempo al día hablando por el móvil, como un ejecutivo. Y es que mi madre nos llama todos los días pero mi padre... nos llama todos los días dos veces mínimo, que si nos llama antes de acostarse para darnos los buenos días y en cuanto se levanta para decirnos buenas noches. Y eso que en España podría estar sin llamarme durante semanas si no lo llamo yo a diario... pero se ve que estando fuera le da mas cosita de su niña y me llama continuamente al móvil, que nos compramos una tarjeta nada más llegar por 1 euro. Y es nuestro GPS personal porque va siguiendo la ruta por el google, me llama, me pregunta donde estoy y rápidamente lo busca en el google maps, y entonces puede ver exactamente dónde me encuentro, y me pregunta el siguiente destino y me dice los pueblos por los que voy a pasar. Es un crack mi padre.
Por último decir que en los supermercados nos abastecemos de todo. Y la suerte que es hay de todo!! y lo mismo que en España!! que me acuerdo yo en China intentando comprar cosas en un súper para hacernos unos simples bocatas para el tren y fue imposible... Así que compramos comida como para dos días porque más es imposible, sencillamente no cabe en la nevera.
Y esa es la logística de un día cualquiera.
Por lo demás, los últimos días han sido tan bonitos como los primeros. Os dejé la última noche en la Cabo Waipapa, donde pasamos la noche con varias caravanas más bajo el faro. Dejamos el sur para ir subiendo hacia el norte, por Fiordland, la región de los fiordos, hasta Milford Sound. Dos días tardamos en llegar. El primer día hicimos noche en Te Anau, el último pueblo antes de acercarse a Milford. Por el camino encontramos más lagos de colores increíbles, mas ovejas, más vacas. Y por cierto que aquí también hay muchísimos campos de ciervos, que son preciosos y algunos tienen los cuernos inmensos.
Y ya subiendo desde Te Anau hasta Milford Sound hay una ruta preciosa, pero preciosa de verdad. Hay cosas para parar continuamente. Eran 150 kilómetros y tardamos más de 6 horas en hacerlo porque hay muchas caminatas que salen de la carretera para adentrarte por la vegetación y ver una catarata o un lago.
...QUE LLEGABA HASTA UN LAGO PRECIOSO CON UN AGUA CRISTALINA Y HELADA EN LA QUE INTENTAMOS BAÑARMOS PERO QUE SE NOS CORTARON LOS DEDITOS DE LOS PIES AL INTENTARLO.
Llegamos a una zona donde había mucha nieve, por lo visto había pasado un río por allí pero como ahora es verano pues ya se había secado. El caso es que estaba toda la nieve y el agujero que había dejado el río, una pasada la verdad, aunque daba miedo meterse dentro porque se estaba derritiendo y caían gotas por todas partes y claro, quedar sepultados bajo la nieve como que no, que a ver quién nos encuentra en este país.
Por fin llegamos a Milford Sound, allí donde se acaba la carretera, no hay gasolineras y estás a un día de cobertura en el móvil. Creíamos que sería un pueblo pero no es más que un par de hoteles, un restaurante y unos baños públicos. Allí se encuentra el muelle desde el que salen los cruceros para recorrer el Fiordo. Y allí llegamos a las 6 de la tarde listos para coger el primer barco de las 9 de la mañana. Como no había mucho donde elegir nos quedamos a dormir en el parking del muelle, junto a los baños públicos para satisfacer necesidades biológicas.
A la mañana siguiente, a las 9,15 tomamos el barco. El crucerito dura 90 minutos y nos costó, gracias a un descuento que nos dieron al alquilar la caravana, 15 euros por persona. Y en el precio entraba una magdalena gigante y café y té a discreción. Como era muy temprano, en el barco hacía un frío de la muerte. Bueno, si salía el solito se estaba muy a gusto pero cuando lo tapaba alguna nube te quedabas helado. Aún así mereció la pena el viaje, el fiordo era muy bonito. Las paredes de roca y vegetación a los lados, las cataratas, las focas, las montañas, era muy bonito. Además el barco se acercó a una catarata hasta ponerse justo debajo, pero completamente debajo! Era una pasada! El agua nos caía encima y era muy alta! Nos encantó el paseo.
Una vez terminado el paseo en barco cogimos la caravana para hacer el tramo más largo de todo el viaje: desde Milford Sound hasta Queenstown, unos 300 km. Fuimos despacito porque teníamos todo el día por delante, así que salimos a las 11 y media de la mañana y llegamos a las 7 de la tarde, con su siesta por el camino y todo. Por cierto que durante un rato conduje yo, que ya soy toda una experta conduciendo por la izquierda, pero un chulo me adelantó haciéndome por el cristal “la señal del pajarito”. Con lo educados que son aquí. Se ve que los 90 km/h máximo que alcanza la caravana se le quedaban cortos al hombre.
Y así llegamos hasta Queenstown, una pasada de ciudad. Es muy turística, tiene sólo 8500 habitantes y el resto son los cientos de turistas (que según ellos estamos en temporada alta y esto está abarrotado, que digo yo que esta gente no ha visto Sevilla un jueves Santo) que vienen hasta aquí buscando la belleza de su lago, las tiendas y restaurantes y las miles de actividades de aventura que se pueden hacer: bungy jumping (el clásico puenting), barcos rápidos, rafting, surf, barranquismo, paracaidismo, parapente, esquí, escalada, paseo en barco, kayak, paseo en helicóptero... madre mía, lo difícil es aburrirse en ésta ciudad. Claro que como los precios son prohibitivos, no hemos hecho nada más que pasear y relajarnos. Yo cuando vi esa cantidad de asfalto junta me volví loca. Sólo quería pasear por la ciudad, ver a gente... Porque eso si que lo tiene la caravana, es muy solitaria, no da muchas oportunidades de conocer a gente que es lo que a nosotros nos gusta, pasamos horas y horas los dos solos en la caravana sin posibilidad de relacionarnos más que con nosotros mismos. Así que pateamos las calles, nos sentamos en la orilla del lago en el que se bañaban los estudiantes a la salida del cole, paseamos por el precioso parque de la ciudad, nos conectamos a internet y nos comimos una hamburguesa inmensa de ciervo con salsa de ciruelas de la que todavía me estoy acordando.
Los dos siguientes días los dedicamos a acercarnos hacia los Glaciares Franz Josef y Fox. Pasamos carreteras preciosas llenas de vegetación, de lagos y sin cobertura en el móvil.
Llegamos a Fox Glaciar a las 11 de la mañana de un día soleado y sin nubes. Nuestra intención era conseguir volar en un helicóptero para subir hasta los glaciares. En este pueblo, muy muy pequeñito, hay muchas oficinas que ofrecen vuelos en helicópteros de varios recorridos, duración y precios. Después de preguntar en todas partes nos decidimos por el vuelo que nos recomendaban por ser un día tan espléndido: el de 30 minutos que sobrevuela los glaciares Fox, Tasmania y el Monte Cook. Nos costó 110 € por persona y han sido los mejores euros gastados de todo el viaje: vaya pasada!!! básicamente nos acabamos de bajar del helicóptero y estamos flipando! Que cosa más alucinante! Sobre todo porque 30 minutos son muchos y te da tiempo a darte cuenta de todo, subimos las montañas hasta llegar a los glaciares, hemos sobrevolando grandes extensiones de nieve azul casi rozándola! Luego llegamos al Monte Cook, con su cima perfectamente cónica, el cielo con las montañas... que pasada de verdad, y el colega daba giros cerrados y se dejaba caer y nosotros gritábamos como locos. La ida la hicimos sentados detrás pero la vuelta nos pudimos poner delante... increíble. El helicóptero aterrizo arriba, sobre los glaciares, y nos pasamos un buen rato haciendo fotos en el glaciar, gritando y corriendo por todas partes, sin poder creernos que estábamos allí, de verdad, ha sido una sensación maravillosa, nos acabamos de bajar y aún tenemos ganas de gritar, no podemos parar de hablar de lo mismo, ha sido una pasada, otra de esas experiencias que no olvidaremos en la vida. Os pongo algunas fotitos y un video que hice de lo que se veía mientras volábamos VER VIDEO1 y VER VIDEO 2
Respecto a las cosas típicas, aquí lo único típico que hay son los kiwis fruta, que son muy baratos y hay en todos los súper, y los paisajes. Porque aún no hemos visto a ningún kiwi animal ni a ningún maorí. Al animal se ve que es difícil verlo, pero los maoríes deben estar todos en la isla norte porque de momento no hemos visto ninguno, bueno miento, hay alguna gente con rasgos maoríes en la cara pero poco más.
Y para los interesados diré que seguimos esperando los resultados del análisis de mi bicho vietnamita. De momento la raja sigue ahí, curando poco a poco y picando mucho a mucho. Pero mi madre siempre dice que si pica sana, y como al final siempre tiene razón, porque tengo que reconocerlo, pues ahí estoy yo que cada vez que me muero de picor pienso que eso significa que en breve estará cerrada. Como se que sois muy morbosillos pondré una foto de mi pupa, que me encanta enseñarla y aquí tengo una ocasión de oro.
Por último contaros que estamos llenitos de ronchas por culpa de las malditas moscas de la arena que azotan toda la costa oeste. Nos habían dicho que son odiosas y que nos picarían por todas partes, y cuanta razón tenían... nos han comido literalmente, estamos llenos de unas ronchas rojas que se despiertan varias veces al día y que pican insoportablemente. Además parece que duran eternamente, nunca se nos quitan. En fin, gajes del viajero
Bueno os dejamos, vamos a seguir recordando los maravillosos 30 minutos en helicóptero que acabamos de vivir. Besos a todos.
PD: Queremos felicitar a todos nuestros amigos que cumplen años en este mes de Febrero, FELICIDADES!!
PD2: Esta es del tito Pa: A todos mis sobrinos que sepan que los queremos muchos, empezando por Salva “Daegu”, Paula “Reina de las Galas”, Manuel “Pichichi Manu”, Javier “Tiriti”, Carlitos “Tati”, Ana Maria “la princesa”, Fernando “el Porru” y Carmencita. Y tambien a nuestro ahijado Javier “el Enano”. Os queremos mucho a todos. Muchos besos!!!
Acabo de desayunar, pero me dan unas ganas inmensas de irme a buscar una maxihamburguesa de ciervo con salsa de ciruelas.
ResponderEliminar¡Que bonito, que bucólico.....!
Increible lo del helicoptero, que maravilla, subir hasta allí, y lo del agua de los rios turquesa, que bonito! parece de cuentos.
ResponderEliminarHelen a ti te viene de lujo lo de la amburgesa jigante y el helado de chocolate, que te lo tomas como cuando nos vamos los demás de vacaciones 15 dias a no privarse de ná.
Chica que tus vacaciones van a ser casi de un año y medio..... cuidate. Os quiero mucho
La experiencia del glaciar ha debido ser casi tan alucinante como la de la visita a la lava, o igual. ¡Increible naturaleza!. Me necantan las fotos , los videos y lo bien que lo estáis pasando. Disfrutad a tope, os quiero. Besos
ResponderEliminarHola pareja:
ResponderEliminarNos dejáis maravillados y con los dientes largos. ¡ Cómo lo estáis disfrutando! Con leerte Elena nos hacemos idea de lo que es viajar en caravana, nunca lo hemos hecho. Por lo amplias de vuestras crónicas se nota que os sobra el tiempo y lo habéis tomado con calma.
Las fotos son de ensueño.
Buen viaje,os seguimos en cada post.
Un abrazo, Asun y Ricardo
que fregoneta mas churri picha pero pa dormi esta bien los paisajes chulisimos y abe si vais viendo unos cuantos canguros que no se te olvide la foto con uno al lao tuya mojon que me la tienes que manda besitos y cuidaros mucho
ResponderEliminarChulisimo toas las fotos y los videos, ma gustao mucho la del rio debajo de la nieve.
ResponderEliminarAqui esta nevando otra vez por la sierra de Sevilla, hace un frio horrible.
Hoy he visto un documental de Austrlia precisamente. muy interasante por cierto, dice que hay manadas de renos que llevaron alli los Noruegos,pero son muy claritos de pelos, tambien una especie como de perros con el lomo de listas, que dice que los Europeos los extinguieron, porque atacaban a las ovejas y aprovechaban la piel que era mu bonita.
Bueno ya no me enroyo mas, que segais pasandolo ta bien como hasta ahora.
BEZOTESSSSS OS QUIEROOOOO.
Qué pasada de paisajes. Me encanta la foto del río turquesa. Lo del helicóptero también ha debido de ser alucinante.
ResponderEliminarGracias por acordaros de los enanos. Blo, te ha faltado el alias de Carmen: "Patu", "Lochi", "Nenu", "Cocorroca"... tú sabes, evolucionan más que los pokémon :P
Besos.
hola avntureros, soy la pepa.vaya pasada de lagos, de azules turquesas y de blanco nuclear de esos glaciares.
ResponderEliminaros estoy siguiendo primos.
besos y a seguir disfrutando ustedes q podeis.
cuidaros
Hola viajeros !!!
ResponderEliminarmenudo viajecito en helicoptero!!!! todavia estoy alucinando con lo q has contado del helicoptero !! una experiencia pa toda la vida !! Me alegro de que estéis disfrutando y lo q os queda todavía !!!! aqui seguiré leyendo,muy pendiente .
un beso
Susi .de Alcalá City
Jejejej, Los, no se me olvido, lo que pasa es que no sabia en que evolucion estaba!! JAjajajajaja. Besos!!
ResponderEliminarchicos!
ResponderEliminarMirar bien el coche de la relocation antes de llevároslo y de firmar el contrato....que no os pase lo mismo que a nosotros!
Un abrazo
chicos me encanta el blog...seguir asi...me rio muchisimo cada vez q publicais algo.. sois unos fenomenos.
ResponderEliminaradrian(thetravelerz)
A pesar de cualquier inconveniente que hallan tenido, su viaje es muy bueno al igual que lo que publican
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