Mucha
gente nos ha escrito preguntando cómo fue la despedida de la
Fundación. Y la verdad es que los últimos días fueron tan
intensos, y la salida fue tan emotiva y triste a la vez, que no me
había sentado a escribir nada de aquellos días. Y no os creáis que
ahora escribo porque ya lo he superado. Os aseguro que me sigo
acordando a cada momento, incluso sigo soñando que sigo allí. Ha
sido un año maravilloso, con lo bueno y con lo malo, y dejarlo atrás
cuesta bastante.
Los
últimos días fueron de despedida tras despedida. La primera fue en
los talleres. Fui a cada uno de los talleres donde trabajan nuestras
mujeres haciendo todos los productos de artesanía que vendemos en la
tienda de Anantapur y en España. Despedirme de ellas fue muy
triste. Son muy cariñosas, sonrientes, y en cada taller me habían
preparado un regalito. Lloré como una magdalena aquel día. Fue uno
de los más tristes.
DESPEDIDA
DEL TALLER DE YUTE. ME HAN REGALADO UN BOLSO PRECIOSO
DESPEDIDA
DEL TALLER DE PAPEL MACHE Y RECICLADO. TAMBIÉN SALÍ CARGADA DE
REGALOS.
Tocó
despedirse también de la gente de la oficina. Esto quise hacerlo un
poco rápido porque me resultó duro. Sobre todo despedirme de Safia,
mi jefa India, de la que he aprendido un mogollón este año.
SHAMEEM
ES LA CHICA A LA QUE HE ESTADO ENSEÑANDO EL ÚLTIMO MES Y QUE SE
QUEDA TRABAJANDO EN MI LUGAR. ME LLEVÓ UN REGALO DE DESPEDIDA. LE
DESEO LO MEJOR Y SE QUE LO VA A HACER MUY BIEN.
SILVIA,
MI JEFA ESPAÑOLA, QUE COMO SE FUE DE VACACIONES HACE UN MES NO HE
PODIDO DESPEDIRME DE ELLA AHORA, PERO LA VERÉ EN ESPAÑA. AQUÍ CON
LA AKKA QUE LIMPIA LA TIENDA A DIARIO
Terminadas
mis despedidas comenzaron las de Pablo. En su hospital le hicieron
una formal con todo el hospital, y otra en el departamento. La verdad
es que fue muy divertida: una tarta de despedida y muchos regalitos.
Lo pasamos muy bien aquel día, con la cara llena de tarta como manda
la tradición.
LISTOS
PARA CORTAR LA TARTA
CON
EL DIRECTOR DEL HOSPITAL, DR. SUDHEER
CON
TODO EL EQUIPO Y EL REGALO DE DESPEDIDA, UN CUADRO CON KRISHNA Y
RADHA.
Pero
hay más gente que dejamos atrás y de la que nos ha dado mucha pena
despedirnos. No tengo fotos de todas por desgracia, pero no me olvido
de nadie...
SASI
EL TRADUCTOR
LAS
TRADUCTORAS SHIVA Y SUJATA
NARMADA,
OTRA TRADUCTORA
SHARMILA
Y SU MARIDO EL COSTURERO QUE NOS HA HECHO TANTA ROPA A TODOS LOS
VOLUNTARIOS
Cuando
ya ambos nos habíamos despedidos, nos dedicamos a prepararnos para
la marcha, para celebrar los cumples, recogerlo todo en casa y hacer
alguna visita que nos faltaba. Como la del templo de Vicente Ferrer.
Hay un templo dedicado en exclusiva a el! Está un poco lejos de
Anantapur pero no queríamos marcharnos sin visitarlo. Es una
absoluta frikada pero mola mogollón, os pongo fotos para que
flipeis.
El
día de mi 40 cumpleaños cayó en sábado y aprovechamos para hacer
una fiesta de cumple conjunta y la fiesta de despedida. Como manda la
tradición, cenamos todos juntos en la cantina, pizza cortesía de
las Akkas, y apagamos las velas en una tarta que nos había hecho
nuestra gran amiga Arancha.
A
continuación hicimos el mercadillo de ropa. Es tradición que los
voluntarios, cuando se marchan, regalen todo lo que no se llevan de
vuelta: casi toda la ropa, cosas de baño y alguna cosilla que hayan
comprado para la vida en el campus y que dejen a los que vienen
detrás. En el mercadillo las cosas se van sacando una a una y
levantan la mano los que la quieren. Si hay varios interesados
tendrán que explicar sus motivos y el dueño elegirá a quién se lo
da y por qué.
Luego
viene el momento poesía. Carmen es una voluntaria que lleva más de
un año trabajando en la Fundación como profesora de francés. Es
jubilada y se lo pasa bomba. Ella dice que no se va, que la van a
tener que enterrar junto a Vicente. Es tradición que escriba una
poesía a la persona que se marcha y que la lea en voz alta después
del mercadillo. Nosotros queríamos tener la nuestra, por supuesto, y
fue muy emotivo que nos la leyera.
Por
último llega el momento de la fiesta. Los voluntarios tenemos una
sala para nuestro uso. Allí se hacen diferentes actividades, pero
sobre todo fiestas, con música y alcohol hasta altas horas de la
madrugada. Allí Pablo me puso un vídeo con mensajes de muchos
amigos y familiares. La verdad es que me encantó y no me lo
esperaba, pedazo de regalo de cumple. Y nuestros amigos nos regalaron
una camiseta a cada uno bordada por las chicas de los talleres.
Así
pasó mi cumpleaños, el sábado día 8 de abril. El 9 de abril es el
cumpleaños de Vicente. Aunque realmente no es la fecha de su
cumpleaños, a mi me emociona que cumpla ese día entre el de Pablo y
el mío. Él no sabía qué día había nacido, así que eligió esa
fecha que es el día previo al cumpleaños de Anna Ferrer. El día
del cumpleaños de Vicente fue un día muy bonito. Estábamos muertos
porque nos habíamos acostado muy tarde, pero mereció la pena
levantarnos. La Fundación tiene un proyecto que se llama India For
India. Este proyecto lo creó Vicente porque pensaba que los indios
tenían que tomar conciencia de la importancia de ayudar a los más
pobres. Repartió huchas a todas las familias y dijo que, si cada
familia podía poner una rupia al día (como 1,5 céntimos de euro),
con ese dinero se podrían hacer grandes cosas. Efectivamente, cada
familia y negocio de Anantapur tiene una de estas huchas. El día del
cumpleaños de Vicente, el pueblo se reúne en la casa comunitaria,
se corta una tarta en honor a Vicente de la que todos comen, y luego
abren todas las huchas. Se cuenta el dinero y se entrega a la
Fundación. Con este dinero recogido de los propios indios se
financian los orfanatos de la Fundación. Es un proyecto precioso y
estar presente en la apertura de las huchas nos encantó. Aunque
tuvimos que comer de las tartas de los dos pueblos a los que fuimos,
tartas de nata que estaban a 50 grados y llenas de moscas. Todos
pensamos que no salíamos de esa sin una buena diarrea, y así fue...
PRIMERO
LE PUSIMOS UNA CORONA DE FLORES A LA ESTATUA DE VICENTE
LUEGO
DIJIMOS UNAS PALABRITAS CADA UNO Y CORTAMOS LA TARTA, CADA UNO CORTÓ
UN CUADRADO Y UN NIÑO TE LO DA DE COMER
AQUI
LAS MUJERES CON LAS HUCHAS
MOMENTO
DE ROMPERLA Y CONTAR EL DINERO
Ese
mismo día, por la tarde, se hace una ceremonia en la tumba de
Vicente. Leen cosas en telugu, cantan canciones, Ana Ferrer y las
nietas cortan la tarta... Para nosotros fue muy emotivo porque era la
tarde antes de irnos, así que fue nuestra despedida de Vicente, la
última vez que lo visitamos. Por la noche cenamos de despedida con
la gente de Bathalapalli, que también habían preparado un vídeo y
nos dio mucha pena despedirnos, compañeros de batallas (palli)!
Y
llegó el día 10 de abril, el día de la marcha y el del cumpleaños
de Pablo y de Anna Ferrer. Casualidad? No lo creo. Como diría ella,
debe ser la providencia el hecho de que los 4 cumplamos a la vez. La
mañana del día 10 la dedicamos a recogerlo todo y dejar la casa
limpia y vacía. Eso fue triste, nuestra casita en la que hemos sido
tan felices. A las 4 de la tarde nos recogió el coche para llevarnos
al campus principal. Anna Ferrer cumplía 70 años y quiso hacer una
celebración especial en el auditorio, con mogollón de indios y casi
todos los españoles. Nos fuimos ya con las maletas, porque nos daría
tiempo de poco más. A las 5 empezó la celebración en la que
Moncho, su hijo, dijo unas palabritas y se proyectaron fotos y una
canción compuesta para Anna. Por último salió Anna al escenario y
contó un poco su historia. Cómo llegó a la India con 16 años para
no marcharse nunca jamás. Y cuando llegó la hora de cortar la tarta
eran las 6 de la tarde, hora a la que salía nuestro coche para el
aeropuerto. Anna llamó a Pablo, y a otra voluntaria que cumplía
también el día 10, para que subieran al escenario a cortar la tarta
con ella. Pablo subió, cortaron la tarta, la comieron, se hicieron
algunas fotos y en el escenario mismo le dijo a Anna que nos teníamos
que ir, que el coche nos esperaba para llevarnos al aeropuerto. Así
que se bajó, salimos del auditorio y nos montamos en el coche. Y
tengo que decir que yo salí del auditorio llorando como una
magdalena, y que tres horas después en el aeropuerto seguía
llorando.
La
verdad es que los tres últimos días fueron muy emotivos, y la
despedida muy triste. Que coincidieran los cumpleaños, salir del
auditorio para irnos corriendo. Fue muy triste, ver a todo el mundo
allí reunido y tener que marcharnos. Pero así es la vida, y unas
etapas se cierran para dar paso a otras nuevas. Y en esas estamos, en
la transición entre la pena de habernos ido y lo nuevo que se abre
ante nosotros.
Sea como sea, siempre estaremos agradecidos a la
Fundación por este año inolvidable. Y quien sabe, a lo mejor la providencia nos depara una vuelta por allí...
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