Sois de sueño ligero? Os despertáis con que una mosca vuele por la habitación? Porque a mi me despierta hasta le respiración de Pablo, que algunas noches le digo que no respire tan fuerte, y ahí que lo ves al pobre mío, respirando como con miedo. Pero eso ya es cosa del pasado, porque para evitar que la respiración de Pablo nos condujera al divorcio, me acostumbré a dormir con tapones. Y os aseguro que me ha cambiado la vida. Ya puede caer una bomba nuclear a mi lado que ahí está la tía dormida como un angelito. Y digo todo esto porque el hotel de Puerto Princesa, a donde llegamos en un vuelo desde Cebú, era sólo aptos para marmotas o individuos con tapones como yo. Es una pena porque el hotelito está genial, muy limpio, por 23 euros con a/a, wifi y desayuno y unos dueños muy amables que te recogen gratuitamente en el aeropuerto. Pero hay un par de gallos y algunos perros que por la noche despiertan el instinto asesino hasta de las almejas. Pero por lo demás, totalmente recomendable: Sunflower Royal Pensione.
Y
hemos pasado 10 días en la isla de Palawan. Esta isla era la
estrella del viaje junto con nadar con tiburones ballenas, así que
teníamos muchas expectativas. Algunas se han cumplido y otras no,
pero han sido unos días maravillosos. La ciudad de Puerto Princesa
no tiene mucho interés, o al menos nosotros no se lo encontramos,
pero es una buena base para ir a visitar el Río Subterráneo.
Paseamos por las calles del centro y, salvo una catedral bastante
grande, no hay nada de interés.
LA
CATEDRAL DE PUERTO PRINCESA
UNA
CALLE CUALQUIERA
TODOS
MONTADOS EN UN TUKTUK, LOS 5 MÁS EL CONDUCTOR, A PRESIÓN!
El
Río subterráneo ha sido declarado una de las 7 maravillas naturales
del mundo moderno, y eso creo que ha hecho que deje de ser una
maravilla. Para visitarlo tienes que pedir un permiso en la ciudad, y
luego ir a una hora y media desde Puerto Princesa. Nosotros nos
levantamos a las 7,30 para estar a las 8 en la oficina del
ayuntamiento que concede los permisos, porque si se acaban te quedas
sin verlo. Había ya una cola bastante larga, pero conseguimos
hacernos con los 5 papelitos previo pago de 200 pesos por persona (4
euros). Volvimos a desayunar al hotel y a las 9,30 salimos en la van.
Como somos 5 personas, alquilar una van para nosotros solos nos sale
a cuenta, por 3000 pesos (60 euros), acordamos con el dueño del
hotel que nos llevaría a esa hora si conseguíamos los permisos. La
excursión organizada cuesta 1500 por persona (30 euros), por lo que
nos salió más barato hacerlo por libre. Después del desayuno
pusimos rumbo a Sabang. En una hora y media estábamos en el puerto y
os aseguro que la masa de gente que había esperando para coger el
barco no la he visto yo ni viendo la Macarena un jueves santo de
madrugada. Entregas los permisos y los pasaportes, pagas 60 pesos de
impuestos por persona y 700 por el barco para todos, y te dan un
número de turno para coger el barco. Y tuvimos que esperar 5 horitas
a que nos llegara el turno. Si, si, 5 horas, increíble pero cierto.
Que claro, si llegas y pegas pues muy bonito todo, pero si esperas 5
horas la última ya te está arañando las entrañas un gato y te
planteas que o la cueva es para tirar cohetes o te vas a acordar de
todos los antepasados de los que la declararon patrimonio natural. Y
ahí no acaba la cosa, porque cuando por fin llega tu turno y te
subes al barco, tras 20 minutos llegas a una playa en la que vas a
tener que volver a esperar. Cruzas la playa y detrás hay una laguna
con la entrada a la cueva. Este sitio es precioso, una maravilla.
Pero descubres que todos los que han salido delante tuyo en la barca
están ahora ahí!! y tienes que volver a esperar para coger la
barquita de remos que te paseará por el interior de la cueva. En
este caso fueron unos 40 minutos de espera, que sumados a las 5 horas
y los 20 minutos del barco más la hora y media de trayecto hace que
tu nivel de expectativa haya llegado a límites insospechados. Y por
fin nos llegó la hora de entrar en la cueva. Y tengo que decir, y
esto es una opinión absolutamente subjetiva, que no era para tanto.
Es una cueva de varios kilómetros por la que discurre un río
subterráneo. Con la barquita se recorre uno y medio. La cueva está
en absoluta oscuridad y hay millones de murciélagos volando por
todas partes. La cueva es bonita, pero el barquero va iluminando con
la linterna las paredes para enseñarte el huevo frito, la última
cena o la cabeza de ajo. Que cosa más cansina por favor, en todas
las cuevas del mundo igual, a buscarle a las rocas formas de cosas,
con lo bonito que era sólo alumbrar hacia delante y disfrutar de la
cueva en sí misma. Y era bonita, de verdad, pero no muchísimo más
que la cueva del Gato o la de las Maravillas en Andalucía, y por
supuesto, no era para las 7 horas que nos había costado llegar a
verla. Pero a la gente le encanta, eh? Que no os fiéis de mi, que
hay mucha gente que va a verla y le parece maravillosa. Más bonito
me pareció el exterior, con el lago turquesa y la entrada a la
cueva. Una vez que salimos, barco de vuelta y van a Puerto Princesa.
EL
MUELLE DEL QUE SALEN LOS BARCOS
LA
LAGUNA CON LA ENTRADA A LA CUEVA
Al
día siguiente nos fuimos en una van privada a El Nido. La van nos
costó 4000 pesos (80 euros), lo que para nosotros, que somos unos
tiesos, es una pasada. La ventaja es que viajamos con la familia, que
además de no estar tiesos son muy comodones, así que decidieron
pagar la minivan privada mejor que compartirla. Yujuuuuu que
fantástico es ir con la family!!! 5 horitas con parada para comer y
estábamos en el paraíso. Nuestro hotel era el Inngo Tourist Inn,
por 36 euros la noche con desayuno y una wifi bastante mala. El hotel
es nuevo, casi lo estábamos estrenando, pero las habitaciones son
muy oscuras y tienes que encender la luz cuando estás en el cuarto
aunque sean las 12 de la mañana. El precio es una pasada, una pasada
de verdad, pero es lo que hay, el Nido es súper caro y encima
estamos en temporada alta. Aquí hemos pasado varios días en los que
nos ha dado tiempo de descubrir que esto es el paraíso. Realmente
este sitio es de una belleza espectacular, nos ha dejado asombrados
incluso cuando a Pablo y a mi nos cuesta asombrarnos cada vez más.
Es muy bonito, merece la pena venir a verlo. La playa del Nido es muy
bonita, llena de barcos con mucho encanto, pero no es una playa
agradable para bañarse. Lo ideal es coger un tuktuk para pasear por
otra playa cercana que se llama Las Cabañas. Y aquí si que te
quedas con la boca abierta, una playa de palmeras, arena blanca, agua
turquesa transparente y rocas verticales. Es una pasada, y allí
hemos pasado un par de días bañándonos, bebiendo cerveza, jugando
a las cartas y viendo el atardecer. Todo perfecto salvo porque a
Enrique le picó una medusa bastante fuerte y se le ha quedado la
marca en la pierna por unos días.
FELICES EN LA PLAYA
AGUAS DE ENSUEÑO
Y UNAS VISTAS MARAVILLOSAS
UN ALMUERZO DIGNO DE REYES
Aquí,
al norte de Palawan, hay miles de pequeñas islas que no están
habitadas. Es típico contratar una excursión para ir a ver esas
islas. Hay cuatro recorridos que puedes hacer y la excursión de un
día cuesta entre 1000 y 1400 pesos (20-28 euros) depende de si
eliges el recorrido A,B,C o D. Habíamos leído que el A y el C eran
los más bonitos así que fuimos a negociar con un barquero que nos
hiciera dos días de excursión en un barco para nosotros solos.
Acordamos 1000 pesos por persona y día (20 euros), incluyendo
almuerzo, y aparte la tasa de conservación del parque marino de 200
pesos (4 euros), que la pagas para todo el tiempo que estés allí.
El primer día fuimos a visitar lagos escondidos en pequeñas islas a
los que se accede a través de aberturas en la roca o nadando por
lenguas de agua. Fue una maravilla, para mi, el día más bonito de
todos. A uno de los lagos puedes acceder en un kayak que alquilas
allí mismo, es una laguna preciosa y es muy divertido. El barco va
parando para que visites lagunas y playas, y en una de esas, cuando
vuelves, te encuentras con la mesa puesta y unos pescados frescos a
la barbacoa, fruta y ensalada para morirte de rico. Y claro, te lo
comes allí, en ese mar impresionante, rodeado de islas. Es una
experiencia increíble, y estar con la familia lo hacía aún más
especial.
FELICES EN LA PLAYA
El
segundo día fuimos al tour C, el de las playas escondidas. El barco
va parando en playas perdidas a las que sólo puede accederse en
barco, playas perdidas en pequeñas islas en medio de este mar único.
Aunque las lagunas del tour A eran más espectaculares, el snorkeling
que hicimos nos dejó flipados, no tanto por los cientos de peces de
colores que se veían como por los corales, uno de los mejores
snorkelings que hemos hecho en lo que a coral se refiere, una pasada.
Y la comida de ese día fue otro punto a favor, porque nos pusieron
unos mejillones fresquitos que casi me muero de gusto.
Y
así hemos pasado esta semanita en la playa, disfrutando de todo lo
que teníamos por delante en uno de los paraísos del planeta. Pero,
como pasa con todo lo bueno, llegó el fin y tocó la hora de
marcharse. De nuevo una minivan privada de vuelta a Puerto Princesa y
un vuelo a Manila donde nos separamos de la familia. Ellos volaron
anoche de vuelta a España, y nosotros volamos en un par de horas a
nuestro nuevo destino: India. Ha sido genial estar con los nuestros
estos días, lo hemos pasado muy bien y ha sido un chute de amor
familiar tras 7 meses lejos de todos. Nos ha dado mucha pena que se
vayan, y estos días vamos a echarlos mucho de menos. Pero nos
quedamos con el recuerdo de otro maravilloso viaje juntos. Que no
será el último, porque ya están dando vueltas a la cabeza sobre
cuando volver a visitarnos. Os esperamos siempre. Y os queremos.
Gracias por habernos dejado ser vuestros guías. Hasta el próximo
post!
Madre mía! Esas son muchas horas para ver la cuevecita! Me han encantado los paralelismos sevillanos, no se puede ser más gráfica! Gracias por compartirlo y suerte en el siguiente destino!
ResponderEliminarJejeje, a mi (Pablo) también me encanta como escribe Elena con ese tono andaluz que me vuelve loco. Un abrazo y suerte, ya nos contareis como os va!
EliminarQué gozada de playas y vistas. Ahí tengo que ir yo sea como sea!
ResponderEliminarMe alegro de que hayáis disfrutado de los sitios y de la familia.
Besos.