Cosas que ver en Potosí y Sucre



Desde Tupiza vinimos en un autobús conducido por Chip y Chop, lo digo porque el conductor y su ayudante parecían dos ardillas con uno de los mofletes completamente lleno de hojas de coca. Escupe un poquito hijo, que te va a reventar la cara si sigues metiendo hojas ahí... Después de 8 horas por caminos de tierra para recorrer unos 300 km llegamos a Potosí en un autobús de miedo. Entrar en la ciudad fue un poco chocante, porque los barrios de las afueras tienen una estructura caótica y están formados por casas de una planta de ladrillo sin enfoscar, con la imagen que eso da, y muy pero que muy sucio. Era viernes santo y las afueras estaban llenas de miles, y no exagero, miles de niños volando cometas. Resultaba muy bonito ver todas las cometas flotando en el cielo. El autobús nos dejó en la nueva estación de autobuses conocida como el Ovni.

Nos fuimos para el centro en un taxi (50 céntimos por persona) y yo esperé en la plaza mientras que Pablo buscaba un hostel donde afincarnos por unos días. Llegar al centro fue maravilloso después del duro día de autobús y de la primera impresión de la ciudad. Potosí es, sencillamente, maravillosa, llena de historia, de arquitectura colonial... ambos tuvimos un flechazo inmediato. Nos alojamos en el Hostel Compañía de Jesús, por 10 euros la noche una habitación doble con baño y desayuno pero sin wifi. El hostel no estaba mal, nada del otro mundo pero correcto y limpio.
LA HABITACIÓN DEL HOSTEL
Potosí... qué se puede contar de Potosí. Esta ciudad se fundó en la falda del Cerro Rico, un cerro en que el en 1542 se encontró plata, esa plata que llenaría las arcas españolas durante toda la época de la colonia. Según Eduardo Galeano en su libro “Las venas abiertas de América Latina”, que me estoy leyendo, con toda la plata que se envió a España desde Potosí se podría haber construido un puente que uniera los dos continentes. También se dice que un año por el Corpus se adoquinó la calle principal con adoquines de plata. Hay muchas leyendas que reflejan la riqueza del cerro y la cantidad de plata que cruzó el océano rumbo a España. De ahí la frase de “vale un potosí”. Esta frase se usa más en potosí que en España, siempre que dan un reconocimiento a alguien le entregan una placa con esta frase.

Desde hace casi 500 años se está explotando el cerro, y lo sorprendente es que los expertos consideran que el cerro contiene minerales para otros 500 años de explotación. Potosí nació como ciudad minera y, hoy en día, sigue siendo ésta la principal ocupación. Hay unos 15.000 mineros trabajando dentro del cerro, niños y adultos (cuando les preguntas ellos dicen que sólo niños mayores de 12-13 años), y 5000 mujeres trabajando fuera rompiendo piedras a martillazos para buscar restos de minerales en ellas. La vida de toda la ciudad gira en torno al cerro y sus minas. El cerro preside la ciudad, con sus miles de tonalidades, precioso, testigo de tanta historia, y se ve desde casi todas las calles, no se concibe Potosí sin el cerro.
UNA DE LAS CALLES CON EL CERRO AL FONDO
Pasear por la ciudad es una gozada. Se divide en el centro colonial, con su trazado en cuadrícula y sus casas preciosas de colores con balcones de madera, y la ciudad indígena, con su caótico trazado y casas de ladrillo, como ya dije. El centro colonial es realmente maravilloso. Mantiene muchas casas con portadas espectaculares, edificios increíbles, balcones y rejas de ensueño. Aquí os pongo algunos ejemplos:



CALLES Y PLAZAS DE POTOSÍ
LA FACHADA DE LA IGLESIA DE LA MERCED
FACHADA FINAMENTE TALLADA EN PIEDRA DE LA IGLESIA DE SAN LORENZO
 
MADRE MÍA, ESTO CONFIRMA QUE LOS CHINOS ESTÁN EN TODAS PARTES...
Luego hay algunos edificios que destacan más que otros. En la plaza central, en cuyo centro hay, sorprendentemente, una Estatua de la Libertad en pequeñito, se encuentran el Ayuntamiento, la Catedral, el Palacio de Justicia, la policía... pero el edificio más espectacular es la Casa de la Moneda, en la que entraba la plata que salía del cerro, después de ser refinada en los ingenios, para acuñar las monedas que irían para España en grandes cofres, a lomos de Llamas hasta Argentina, y de ahí a la metrópolis en grandes barcos cargados de este metal. En Potosí tienen muy presente que toda esa plata se la llevaron los españoles, a pesar de que fueron los indígenas los que la arrancaron del cerro a costa de sus vidas. Lo que igual no saben es que poca de esa plata se quedó en España, la mayoría salía para Europa para pagar las deudas de un mal gestionado imperio. Como decía, que me voy por las ramas, el edificio de la antigua casa de la moneda, hoy convertido en museo, es impresionante. Tanto la fachada como el interior, en el que se conservan las inmensas máquinas que laminaban la plata, que llegaron directamente desde Cádiz, así como las distintas dependencias en las que se llevaban a cabo las diferentes tareas de acuñación.
LA PLAZA PRINCIPAL CON LA ESTATUA DE LA LIBERTAD DETRÁS DE PABLO
EL EDIFICIO DE LA POLICÍA
LA FACHADA DE LA CASA DE LA MONEDA
EN INTERIOR DEL EDIFICIO
El Mercado Central es otra visita obligada en la ciudad. Es un gran edificio en cuyo interior están divididas en diferentes sectores verduras, frutas, carnes, droguerías... En Potosí no hay supermercados, todo se compra en el mercado. Un paseo por allí siempre se hace más largo de lo que esperabas porque te quedas embobado viéndolo todo:
EL EDIFICIO DEL MERCADO
UNA CARNICERÍA
FRUTAS Y VERDURAS EN LA CALLE DE LA CARNE
UN PUESTO DE “SAHUMERIOS”, OFRENDAS PARA LOS DIOSES, SE PUEDEN VER A FONDO LOS FETOS DE LLAMA QUE SE USAN COMO OFRENDAS TAMBIÉN
Una visita que nos gustó mucho fue la del convento de Santa Teresa, un convento de monjas carmelitas fundado en el siglo XVII con dinero de dos matrimonios vascos. Se creó para alojar a 21 niñas ricas, segundonas todas. Una vez que las niñas, a la edad de 15 años, atravesaban la puerta de entrada, nunca más volvían a ver el exterior. Hoy en día sólo quedan 10 monjitas carmelitas dentro pero han convertido una gran parte del convento en museo y es una absoluta preciosidad, muy bien conservado, con todas las dependencias, y un tour muy completo de una hora y media y bien explicado. Por 2 euros la entrada merece la pena sin duda, uno de los conventos más bonitos que hayamos visto nunca.
 
LA FACHADA DEL CONVENTO DE SANTA TERESA
EL PATIO PRINCIPAL DEL CONVENTO
De la gastronomía boliviana nos sorprenden dos cosas: una es que la comida tradicional es picante, no lo sabíamos, nunca lo habíamos oído. Platos como el picante de pollo son algo muy normal en la dieta. Y la otra cosa ha sido el descubrimiento del tumbo, una fruta que nunca habíamos visto, por fuera es como una patata verde, y cuando lo abres por la mitad es algo así como una granada, y terriblemente ácido. Pero su zumo mezclado con azúcar es delicioso. Nunca antes habíamos visto esta fruta y ahora casi todos los días regamos el almuerzo con su zumo.
PABLO LISTO PARA COMERSE UNA GIGANTESCA PIZZA POR 3,5 EUROS EN UN LUGAR CON UN HORNO DE LEÑA
Respecto a la población, como ya dije Bolivia tiene un alto porcentaje de población indígena. A las mujeres indígenas que visten la ropa típica se las llama cholitas. Van con sus dos largas trenzas negras, su falda típica y el pañuelo en la espalda con su mercancía para vender o el bebe. Algo muy curioso es que los trabajos de jardinería o barrendera lo llevan a cabo cholitas y el uniforme de estas refleja el vestido tradicional.

ALGUNOS EJEMPLOS DE CHOLITAS
 
Y UN CHOLITO CON PINTA DE PAPA PITUFO
UNA CHOLITA BARRENDERA CON SU HOJA DE PALMA COMO ESCOBA
 
UNA CHOLITA JARDINERA, TAMBIÉN CON EL TRAJE TIPICO PERO EN VERDE
Pero la visita estrella de Potosí es la de las minas. La mayoría de las agencias ofrecen un tour a los turistas en el que los llevan a una mina y entran en su interior hasta donde los hombres están trabajando. El turista llega tan profundo como él decida. Estos tours son privados, nada que ver con la oficina de turismo, y no se hacen cargo de tu seguridad, de hecho tienes que firmar un papel en el que asumes toda responsabilidad en caso de un accidente. Pero bajar a una mina es algo muy peligroso, y si no que se lo pregunten a los miles de mineros que mueren en las minas cada año. Y lo peor es que estos tours incluso hacen detonaciones en el interior de la mina para que las vean los turistas. Nosotros desde el principio teníamos claro que no queríamos ir a un tour de esos. Teniendo en cuenta que es un trabajo extremadamente duro y peligroso, en el que trabajan niños, cuya esperanza de vida es muy corta... cómo podría convertirse eso en una atracción de feria? Con que cara me presento en el interior de la mina, vestida con el mono y el casco de minero y mi cámara al cuello y fotografío uno de los trabajos más duros del mundo? No estábamos de acuerdo con eso y decidimos no bajar. Pero nos hablaron de que una de las minas más antiguas había habilitado uno de los túneles originales, ya completamente explotado y abandonado, en un museo minero. Eso ya era otra cosa, nos interesaba conocer el museo y nos animamos a visitarlo. Subimos al cerro en un minibús colectivo, hasta la bocamina de Pailaviri. Allí está la oficina del museo Diego Huallpa, el nombre del indígena que, según la leyenda, descubrió la riqueza del cerro. La entrada al museo cuesta 7 €, muchísimo contando con que estamos en Bolivia, pero aún así nos animamos a entrar. Yo pensé que era un museo en un edificio como los de toda la vida. Pero nos hicieron ponernos el mono, el casco, las botas y la linterna. Entonces nos explicaron que el museo está construido en una de las galerías del interior de la mina, de las más antiguas, que ya había sido explotada completamente y hoy en día está abandonada. Pero para llegar a esa galería tienes que entrar por la misma bocamina que los que trabajan allí dentro, mucho más profundo o en pisos inferiores o superiores. Pero todo el mundo, los 5000 mineros de esa mina, entran por esa boca. Ya me impresionó ver la bocamina, con los edificios que la rodeaban todos muy pobres, el suelo de barro medio encharcado... el guía nos dijo que teníamos que andar con cuidado porque el suelo resbala, por los raíles por los que salen los carritos llenos de mineral, pero teniendo mucho cuidado con un cable gordísimo que recorre todo el túnel por arriba porque es un cable eléctrico y si lo rozas te quedas inmediatamente pajarito. Pero el cable colgaba por algunos sitios por debajo de mi cabeza porque lo que había que andar cuidando de no resbalar y de esquivar siempre el cable. En uno de los lados hay manojos de tubos que son los que meten el aire comprimido a la mina para que trabajen los perforistas con las máquinas perforadoras. A mi me resultó todo bastante fuerte. Tuvimos que entrar medio kilómetro mina adentro hasta alcanzar la galería del museo. En ese camino nos cruzamos con mineros que salían de su jornada laboral y otros que entraban. A mi me dio mucho apuro, como que qué pinto yo aquí con estas pintas, y los saludé amablemente. Pero ni contestaron, ni me miraron, con las caras de agotamiento iban hacia la salida mascando coca. Para mi fue muy fuerte y algo terrible, el agobio de ir perdiendo de vista la salida de la mina, la oscuridad, las luces de los mineros acercándose poco a poco por el túnel. No podré olvidar nunca la sensación.
El museo está muy bien montado. Por toda la galería hay muñecos que simulan los distintos trabajos de la mina para que te hagas una idea. Además puedes ver los utensilios con los que trabajan, y el guía te cuenta cómo es el trabajo allí dentro ahora y cómo era durante la colonia. Acribillamos al guía a preguntas sobre los niños que trabajan allí dentro (según ellos no menores de 13 años más o menos, nunca niños pequeños), los salarios (entre 100 y 240 € al mes más o menos), las condiciones (cada minero debe comprar sus herramientas de trabajo, así que sólo tienen lo básico, nada de material de seguridad, sólo unas botas de plástico, el casco, la linterna y unos pantalones cortos, porque dentro de la mina pueden llegar a 40 grados)... Más de dos horas estuvimos allí dentro y nos contaron muchas más cosas, pero no las puedo contar todas, así que quien quiera saber algo más tendrá que ser delante de un café. Una curiosidad es que en toda galería hay un Tío, una especie de deidad de la mina. Según sus creencias el cerro es femenino. Por eso no permiten que ninguna mujer entre ni trabaje en la mina, el cerro se pondría celoso y no mostraría sus vetas. Claro que ahora entran las turistas, o entramos, porque yo también fui una intrusa. El tío es una especia de dios masculino al que rinden culto y hacen ofrendas para que fecunde al cerro y haya muchas vetas. Pablo se hizo una foto con un tío allí en las entrañas de la tierra. Le llaman tío porque los españoles le llamaban Dios pero ellos no sabían pronunciarlo y decían “tios”, de ahí que al final se le quedó el nombre de Tio. Al Tio le hacen los mineros ofrendas de alcohol, cigarros y hojas de coca. Dos horas más tarde salimos de la mina por el mismo camino por el que habíamos entrado, teniendo muchísimo cuidado con el maldito cable y cruzándonos con mineros extenuados. Allí terminó una visita que para mi fue muy especial, entrar dentro del cerro, oler la mezcla de polvo y pólvora que sale de las galerías, sentir cómo se aleja la luz para entrar en la más absoluta de las oscuridades, la oscuridad del interior de la tierra. Fue un momento único que no olvidaremos sin duda.
EL CERRO, POR TODAS PARTES HAY GENTE TRABAJANDO Y LA TIERRA ES DE MIL COLORES POR LOS MINERALES.
YA VESTIDOS CON LOS MONOS LISTOS PARA ENTRAR
LLEGAMOS A LA BOCAMINA, E IMPRESIONA BASTANTE
AQUÍ PODEIS VER EL CABLE ELÉCTRICO, LOS TUBOS DEL AIRE Y LA OSCURIDAD MÁS OSCURA
A VER QUIÉN PUEDE MAS...
PABLO CON EL TIO, CASI QUE SE HICIERON COLEGAS
Con todo el dolor de nuestro corazón tuvimos que marcharnos de Potosí, una ciudad que nos ha llegado muy adentro, de esas con las que estableces un lazo especial. Nuestra siguiente parada era Sucre, la antigua capital del país. Sólo hay 3 horas de autobús entre Potosí y Sucre por carretera asfaltada pero a mi se me hizo eterno. Los asientos eran muy estrechos, el chico de delante echó la cortina por lo que me quedé completamente encajonada. Además el conductor iba como un loco cogiendo las curvas, con lo rápido que yo me mareo en los autobuses y con esas condiciones lo tenía chungo. Mi única solución fue coger el MP3 y ponerme música a todo volúmen para desaparecer de aquél autobús y no potar encima de Pablo.
Sucre es una ciudad muy bonita, y toda blanca. Aunque a nosotros nos gustó más Potosí, por eso de que Andalucía es tan blanca como Sucre, por lo que nos impresiona menos. Pero es una ciudad preciosa, con muchas cosas para visitar y muchísima vida, llena de facultades, de estudiantes, de eventos culturales... Aquí se firmó el acta de Independencia de Bolivia en 1825, en la casa de la libertad, en la plaza central. Hay que decir que Sucre cuenta con un museo antropológico impresionante. En esta ciudad se ve un nivel más alto, menos indígenas y mayor poder adquisitivo. Aunque también por ser una gran ciudad se ve mucha gente pidiendo, y eso te rompe el alma. Pero los niños ya van al cole con mochila de Dora la Exploradora y creo que eso es muy significativo, no creéis? Hemos visitado muchos lugares en la ciudad, aquí van algunos ejemplos:
EL AYUNTAMIENTO Y LA CATEDRAL AL FONDO
EL MONASTERIO DE LA RECOLETA
LAS VISTAS DE LA CIUDAD DESDE LA RECOLETA
 
EL CASTILLO DE LOS PRÍNCIPES DE LA GLORIETA, UN MATRIMONIO DUEÑO DE UNA MINA Y MUY RICOS QUE CONSTRUYERON MUCHAS CASAS DE NIÑOS HUÉRFANOS, POR ESO EL PAPA LES CONCEDIÓ EL TÍTULO DE PRÍNCIPES A FINALES DEL SIGLO XVIII
Nos gustó mucho también el cementerio, y el mercado, dividido por zonas: puestos de flores, de quesos, de carne, de verduras, de jugos de frutas naturales, de artículos de limpieza... de todo. Con una zona de comidas muy grande dividida en comida tradicional y comida rápida. Claro que en el mercado no hay agua corriente, así que lo que llevan son grandes ollas con la comida, barreños con agua para enjuagar el plato y ponérselo al siguiente comensal y mesas corridas con bancos. Pero nos encantó visitarlo:
LOS PUESTOS DE VERDURAS
COMIENDOME UN CACHARRO LLENO DE FRUTA NATURAL CON YOGUR POR 60 CÉNTIMOS QUE NOS SUPO A GLORIA
Pero no sólo fuimos al mercado central, sino que también fuimos al mercado campesino, más grande, muchísimo más grande porque los puestos se extienden por las calles que rodean al edificio del mercado. Allí compramos hojas de coca en un puestecito y nos decidimos a probarla y convertirnos en chip y chop. Tan y como ns habían contado tiene un poco de efecto anestésico y la boca se te queda un poco dormida. Pero yo no se por qué pero a medida que me metía más hojas en la boca y pasaba el tiempo empecé a sentirme un poco mareada y agustito, como cuando te tomas dos cubatitas, que risita más tonta que me entró. Aunque igual fue sugestión, no se si es un efecto normal pero la verdad es que me lo pasé muy bien.
UNA FOTO DEL MERCADO DESDE ARRIBA
COMPRANDO LA COCA
PRUEBA FEHACIENTE DE QUE LA PROBÉ. NO SE MASTICA SÓLO SE VA ACUMULANDO EN EL MOFLETE PARA QUE CON LA SALIVA VAYA SOLTANDO EL JUGO. FINALMENTE SE ESCUPE.
Y también hemos ido a comer a distintos sitios de la ciudad que nos habían recomendado:
COMIENDO SALTEÑAS (COMO EMPANADILLAS) EN LAS FLORES, DELICIOSAS, A 60 CÉNTIMOS LA UNIDAD
COMIENDO CHORICITOS EN DOÑA NATY, A 3 EUROS EL PLATO DE 3 CHORIZOS CON ENSALADA
COMIENDO MASAS EN LA CASA DE TE LAS DELICIAS, AQUÍ CON UN MASACO DE YUCA Y CHARQUE (CARNE SECA DE LLAMA) Y EL PALO QUE ESTOY MORDIENDO QUE ES UNA MEZCLA DE LECHE, QUESO, YUCA Y NOSEQUÉ Y AL FUEGO... A 40 CÉNTIMOS CADA PASTELITO SALADO DE ESTOS
Conocimos en Potosí a una pareja española, Javi y Marichu. En Sucre volvimos a coincidir con ellos y hemos pasado algunos ratos juntos. La verdad es que es una pareja muy interesante con la que nos ha gustado mucho charlar. A ver si volvemos a cruzarnoslos en nuestro camino. Un beso chicos!
CON JAVI Y MARICHU TOMANDO UNOS JUGUITOS
Y así hemos pasado los días. En dos ocasiones hemos ido al cine. En Potosí fuimos al estreno de “También la Lluvia”, magnifica película hispano-boliviana que nadie debería perderse, una lección de la que deberíamos aprender. La entrada costó un euro. En Sucre hemos vuelto a ir para ver una película 100% boliviana llamada “Alas de Papel”, mala malísima, a la media hora ya no quedaba nadie en el cine, sólo nosotros dos aguantando estoicamente hasta el final. Madre mía que cosa más mala. Pero igual nos gustó la experiencia.
Y en estas dos ciudades hemos pasado unos 10 días tranquilos, disfrutando de todo, pero sobre todo de los bolivianos, que vuelvo a repetir que son gente encantadora y alegre. Su habla es un poco peculiar, y esto va para mi cuñao Carlos. No pronuncian las erres de forma normal, sino como ds, no sé cómo explicarlo, como un niño son frenillo, y nos resulta gracioso, siempre estamos imitándolos. En cuanto a las palabras, son mucho más parecidas a las nuestras que en Argentina o Chile, pero el tono es muy peculiar, y hablan muyyy despacio, al menos para mi que hablo muyyyy rápido. Pero en general Bolivia está resultando una sorpresa muy positiva, nos resulta segura y nos sentimos cómodos aquí. A ver cómo nos va en los siguientes destinos. Pero antes de despedirnos os envío una foto del mojón, y una receta, por si alguien se anima a prepararla y a comentarnos luego cómo le ha salido. Estaba en una feria de agricultura, colgaron recetas con productos de la tierra y todo el mundo se afanaba en copiarla. Nosotros les hicimos una foto a muchas de ellas así que podemos poner más si es interesante. Aquí va la primera, besos a todos!
La aventura de Pablo y Elena Web Developer

11 comentarios:

  1. Geniales vuestros posts, como siempre! Un saludo from Málaga!!!

    ResponderEliminar
  2. FANTASTICO REPORTAJE. Incluso he tenido tiempo de leerlo.
    Un beso a los dos.

    ResponderEliminar
  3. Me alegro como siempre de que lo estéis pasando tan bien, me encantan tus lecciones de historia cuñá. Cuando volváis yo sí quiero ese café para que me cuentes más sobre las minas. Besos mil a los dos.

    ResponderEliminar
  4. Muchas gracias por contarme un poco sobre el habla de Bolivia, cuñá.

    Lo de las minas es lo que más me ha gustado esta vez. Me ha recordado la historia de los mineros chilenos.

    Veo que hay mucha idolatría por esos lugares, me sorprende que incluso vendan ofrendas.

    Muchos besos.

    ResponderEliminar
  5. Joer, que ganas nos entra de que ya sea Junio para estar por esas ciudades,leyendo vuestro relato,creo que Bolivia nos va a sorprender muchiiiisimo.
    Esta semana Deborah ha conocido aqui en Las Palmas una chica de Sucre y la hemos bombardeado a preguntas,no veas la cara de satisfacion al saber que visitabamos su pais.
    Nos hemos apuntado la visita obligada al convento de Santa Teresa.
    Bueno pareja seguimos pendientes de todo.
    Un fuerte abrazo desde Gran Canaria
    Javier Y Deborah

    ResponderEliminar
  6. JOSEVI (Ahora en Tenerife)2 de mayo de 2011, 16:27

    Estupendo vuestro cuaderno de bitácora, como siempre. Ha sido un placer leerlo. Ya iréis contando...

    ResponderEliminar
  7. Muy interesante todo lo que cuentas, Elena, como siempre.
    Yo no sabia de que venia, lo de vales un potosí, ahora me entero, que inculta soy!!!!! jejeje.
    Estabais muy graciosos en la foto con los monos y to el equipo.
    Bueno pareja hasta la proxima.
    Besitos pa los dos.

    ResponderEliminar
  8. Hola chicos;

    Tres cosas a comentar de este post...

    Primero; Vosotros no olvidaréis la visita a las minas pero nosotros ya no seremos capaces de quitarnos de nuestra mente vuestra imagen con los monos y los cascos... Lamentable!!

    Segundo; ¿Os imagináis la "Hora de los Tontacos" mascando hojas de coca?... Lamentable también.

    Y tercero; Nos gusta Potosí... Gracias a vosotros.

    Muchos besos desde Cuzco.

    Bea y Jordi.
    http://www.lavueltaalmundodebeayjordi.com/

    ResponderEliminar
  9. Jajaja
    Esto es insuperable,unos en Cuzco,otros en La Paz y otros en Canarias.Uno lo cuenta y lo dan por loco,jajaja.
    Bueno pareja,nos hemos apuntado el Hostal de Potosi,nosotros tenemos reservado en La Casona pero las ultimos comentarios no lo pintan muy bien.
    Espero que nos podais aclarar como visitar Tiwanaku (transporte,entradas,etc).
    Seguimos pensando que seria increible vernos por Peru.
    Un fuerte abrazo.
    Javier y Deborah

    ResponderEliminar
  10. Hola chicos,
    Como siempre, vuestros relatos son refrescantes y con muchos detalles. Yo estuve en ambas ciudades hace 4 años y parece que no ha pasado el tiempo.

    Potosi: la visita que hicisteis a las minas es más o menos la que te hacen cuando contratas cualquier tour en agencia...no obstante, ahora estoy completamente de acuerdo con vuestra opinion al respecto, pero la visita es "obligada", aunque solo sea al Tio.
    En cuanto al alojamiento, Javier y Deborah, os recomiendo el Hostal Carlos V (http://www.potosy.com.bo/hotelesfotos.php?idioma=ESP&ih=3) barato (unos 60 pesos/persona), centrico (al lado de la Plaza principal) y limpio.
    Sucre: el mercado central es precioso, de los mas coloridos y autenticos, por lo menos a mi me encantaron sus juguitos y sus empanadillas.
    Un abrazo chicos, y a seguir carretera.
    lapatri00.

    ResponderEliminar
  11. Genial todo lo que cuentan, me encantó.... y es tal cual anduve por esos mismos lugares el año pasado. La verdad uno no se imagina que puede encontrar tantas cosas bellas e interesantes en Bolivia.

    ResponderEliminar