Visitar Rurrenabaque, la selva boliviana, y Copacabana en el Lago Titicaca


Vaya días más increíbles que hemos pasado. En la Paz cogimos un avión hasta Rurrenabaque. El avión era un avión de hélices de las Fuerzas Armadas. En él, congeladitos de frío, íbamos un par de australianos de los de libro, 50 israelitas y nosotros dos. Uf madre mía, eso nos dio mal rollo, probablemente Rurre estaría lleno de israelitas armando jaleo.
 
EL AVION DE LAS FUERZAS ARMADAS
Después de 50 minutos de vuelo aterrizamos en otro mundo, bajarnos del avión fue maravilloso! Después de tantos meses de frío y montañas llegamos al calor húmedo tropical, las palmeras, todo verde, tierra roja, olor a tierra y vegetación mojada y mujeres en pantalón muy corto y chanclas. Uf vaya subidón que nos dio a los dos! Un microbús de la compañía nos dejó en el centro, bueno el centro partiendo de que Rurre son dos calles, y nos alojamos en un hotel llamado Pahuichi, donde una habitación bastante cómoda con baño, sin internet y sin desayuno, costaba 10 € (100 Bobs). Había otros a 8 euros pero esos suelen estar hasta arriba de israelitas así que pensamos que en este, por ser un poco más caro no habría ninguno... craso error, pronto descubriríamos que no era así porque aquella noche no nos dejaron dormir los 8 israelitas que se instalaron en las habitaciones de la planta de arriba, dando portazos y con la música a máximo volumen hasta las tantas. Menos mal que los tapones hacen milagros...
LA HABITACION DEL HOTEL PAHUICHI
Rurre es un pueblo con mucho encanto, con calles asfaltadas y otras de tierra, rodeada de pura vegetación y a la orilla de un río de esos que van llenitos de agua, con mucha fuerza y marrón. En la otra orilla se ven algunas casas, pero hacia arriba y hacia abajo lo que se ve es puro verde. Y hay animales, gallinas, perros... por todas partes. Hay varios restaurantes para turistas, con su carta en israelita y en español, y comedores para locales. Los taxis son motos que te llevan a cualquier parte, claro que aquí cualquier parte no puede ser muy lejos.
UNA CALLE DE RURRENABAQUE
LA IGLESIA EN LA PLAZA PRINCIPAL
Ese día lo dedicamos a visitar todas las agencias que ofrecen tours para contratar el nuestro en la que nos diera mejor feeling. Y todas ofrecen lo mismo, con algunas diferencias: tour a la Pampa o tour a la Jungla. Es complicado decidirte pero son dos tours muy diferentes. El tour de la pampa no entra en la selva, te llevan a la Pampa que en esta fecha está entera anegada y con agua que casi no corre. Todo el tiempo vas en barco porque casi no hay tierra seca y se ven muchísimos animales, como hay pocos espacios secos, en ellos se concentran todos los animales: cocodrilos, anacondas, capibaras, monos, aves, hay delfines rosas en el río... y te garantizan que los verás todos, sobre todo porque al no haber vegetación casi no tienen donde esconderse. La excursión a la selva es muy diferente. Te llevan al interior del Parque Nacional Madidi, uno de los parques con mayor biodiversidad del planeta. Son casi dos millones de hectáreas de amazonía boliviana, pura selva y ríos caudalosos. El problema es que aquí es muy complicado ver animales, la vegetación es tan densa y el parque es tannnn grande que los animales tienen donde esconderse y es muy raro que se topen contigo. Eso si, te meten en pura selva, aquí ves más plantas que animales, ves cómo vive la gente allí dentro... son dos tours completamente diferentes. Después de pensarlo mucho nos decidimos por la selva. Al fin y al cabo puedes ver animales en el zoológico pero hay pocas posibilidades de entrar en la selva, nos pareció una experiencia mucho más interesante, aunque también más dura, como nos advirtieron por adelantado.
Después de preguntar en todas las agencias nos decidimos por Mashaquipe Tours porque habíamos leído comentarios buenos sobre ellos, y porque nos gustó el tipo que nos lo vendió. Se trata de una empresa montada por gente de la selva, familias de dentro que entre todos construyeron el albergue cerca de su comunidad y del que se benefician muchos locales de la selva, y porque nos daban muchas facilidades para, una vez estando dentro, hacer lo que nos apeteciera en todo momento. Además era un poco más caro, si normalmente cuesta 70 € los tres días de tours ellos lo venden a 90 €, eso nos garantizaba que no habría israelitas, que siempre van a lo más barato, y además el motivo es que pagan sueldos mejores a los trabajadores y tienen una política respetuosa con la naturaleza, lo que les genera más gastos. Además nos ofrecían una cabaña doble para nosotros solos, no tendríamos que compartir cabaña comunitaria con el resto del grupo. Por todo eso decidimos viajar con ellos. Pagamos los 90 € por cabeza que nos descuadran el presupuesto y que habrá que recuperar por otro lado, y nos fuimos a preparar una mochilita con el mínimo equipaje para salir a la mañana siguiente.
A las 8,30 estábamos los dos clavados en la oficina. Tuvimos mucha suerte, salía un tour para la pampa con 12 personas. Pero para la selva sólo íbamos 3, nosotros dos y una sueca de 21 años que viajaba sola 4 meses por sudamérica y que hablaba perfectamente español. La pampa se vende más porque la gente lo que quiere es ver bichos. Así que nos fuimos los 3 con Ever, nuestro guía, hacia el río. Allí nos montamos en una lancha motora y nos fuimos 3 horas río arriba hasta llegar al albergue. Y fueron 3 horas increíbles porque vas río arriba, a los lados sólo hay selva y de vez en cuando pasas alguna cabaña de madera o alguna comunidad, pero es todo verde y todo silencio, maravilloso. Por el camino paramos en una comunidad para visitar un trapiche. Pudimos moler la caña de azúcar y beber el guarapo, el jugo que sale de la caña. Yo lo había probado otras veces y no me había gustado pero en esta ocasión le echamos el jugo de un limón que le exprimimos encima y se puso delicioso!
EN EL TRAPICHE, 3 PERSONAS EMPUJANDO, OTRA METIENDO LA CAÑA Y EL CUBO ROJO RECOGIENDO EL GUARAPO.
AQUÍ TODOS BEBIENDO GUARAPO EN MEDIOS COCOS
Llegamos al campamento y nos ubicamos en nuestras habitaciones: la sueca en el dormitorio común y nosotros en una de las 4 cabañas dobles que tienen. Aparte hay dos baños, una cabaña grande que es la cocina-comedor y las cabañas donde duermen los trabajadores. Todo estaba muy limpio dentro de las posibilidades de un albergue dentro de la selva. Pero nos gusto. Nuestra cabaña olía a humedad pero estaba limpia, con una cama doble con sábanas limpias y una buena mosquitera nueva. No obstante encontramos todo tipo de bichitos encantadores que se colaban dentro, como una cucaracha de tamaño familiar, porque aquí las cucarachas son como ratones y vuelan, una pasada.
LA CABAÑA COMEDOR Y PABLO TIRADO EN UN HAMACA
EL COMEDOR POR DENTRO Y EL ALMUERZO BUFFET LISTO PARA SER DEVORADO
NUESTRA CABAÑA DORMITORIO
EL INTERIOR, CON LA CAMITA PROTEGIDA POR LA MOSQUITERA
Allí pasamos los tres días los dos casi solos, porque la sueca se fue 3 días sola con el guía a caminar selva adentro con la tienda de campaña y a dormir y comer en pequeños campamentos que tienen los locales por allí, así que sólo compartimos con ella el primer día. Al final no pudimos tener más suerte, un tour hecho a medida y exclusivo para nosotros! Llegamos a la hora del almuerzo y la primera comida fue sopa de primero y pescado con arroz, verduras y yuca frita, todo delicioso! Descansamos una horita y listos para la primera caminata por la selva! Salimos a las 2 de la tarde con un calor y una humedad sofocante. En una barca nos llevaron hasta el principio de un sendero y allá que nos metimos. Caminar por la selva es muy duro, de verdad, porque aunque hay tanta vegetación que no entra el sol, hace un calor sofocante y la humedad es muy alta, así que vas completamente empapado y con la ropa pegada al cuerpo. Además hay millones de insectos, no sólo mosquitos sino de todo que yo no se ni lo que son. Y todos pican, pican incluso por encima de la ropa. Así el repelente sólo lo llevábamos en los brazos pero te picaban igualmente otros insectos que no eran mosquitos, y te picaban por todo el cuerpo, por encima del pantalón, por la espalda, es increíble. Además los oyes perfectamente, el zumbar de todos los insectos que llevas alrededor, es agobiante. A eso se le suma que tienes que ir andando con mucho cuidado. Porque el suelo es traicionero porque está lleno de hojas y no ves las raíces que están por todas partes y con las que tropiezas continuamente. Tienes que ir además saltando árboles que están caídos por el sendero y agachándote para no darte con la cabeza con algunas plantas muy bajas. Además todo está lleno de arañas, pisas y salen unas cuantas, hay tarántulas, otras más pequeñas, de todos los tamaños. Y vas continuamente enganchándote con telas de araña, sobre todo Pablo, porque yo llevaba al guía delante de mi altura que se las comía todas pero Pablo se llevaba por delante todo el rato todas las de la altura de su cara. Con todas esas dificultades andamos por los senderos, que a veces ni había sendero ni nada y yo no se cómo el guía se orientaba en esa maraña de vegetación, durante 3 horas y media. Todo eso que os cuento es lo duro porque luego está la belleza de la selva, estar dentro de ella y la sensación que eso produce, los sonidos de los animales, muchas veces a medida que vas pasando los vas oyendo alejarse, pero es difícil verlos porque huyen de ti... y la sensación de haberlo conseguido cuando vuelves al campamento. En ese paseo vimos una tortuga bastante grande y muchas aves, pero nada más, Eso si, vimos huellas de todo tipo, incluídas las del tigre, porque dentro del Madidi hay tigres, lo que pasa es que ellos dicen que no son peligrosos, que no te atacan sin motivos, ellos son los expertos y habrá que creerlos pero yo me encuentro con uno y del bote que pego llego al campamento yo sola.

CAMINANDO POR LA SELVA
Más de 3 horas y media después ya eran las 5,30 y en una hora empezaría a anochecer. Salimos para ir a la orilla del río para ver capibaras, que era la ilusión de Pablo. (Nota del aludido: Gracias a un documental de viajes que vimos mi hermano Juan y yo de pequeños, los llamamos “happybaras”, que mola más, no?? Jejejeje). Los capibaras salen al anochecer a las orillas de los ríos para beber así que allá que fuimos a buscarlos. Salimos al río pero no se veían por ninguna parte, así que el guía sugirió que nos metiéramos por una zona en la que había como una pequeña ciénaga resguardada con agua y barro donde igual podríamos verlos más fácilmente. Y allá que nos fuimos metiendo, poco a poco. El guía los vio a los lejos, había 4 y estaban tranquilamente comiendo y bebiendo en el charco. Había huellas de cocodrilo, pero según ellos son aligatores y no atacan a las personas... yo no se las películas de Indiana Jones por qué las ruedan en la selva si según los indígenas ningún bicho es peligroso!!! de cualquier forma no se veía al cocodrilo así que nos centramos en los capibaras. Nos fuimos acercando poco a poco y son inmensos! Pueden llegar a pesar hasta 50 kg!!! pero cuando casi llegamos a ellos armando un gran escándalo desaparecieron, ohhhhhh así que llegamos a donde estaban y nos quedamos allí esperando a ver si volvían a salir, todos calladitos. Y a los 2 minutos, de pronto... un gran ruido, los 4 capibaras salieron de debajo del agua donde habían estado escondidos y se metieron corriendo en la selva! Estos animales aguantan muchísimo tiempo debajo del agua. Jeje fue una segunda oportunidad para verlos pero fue todo muy rápido y no nos lo esperábamos. Cuando se fueron algo empezó a moverse debajo del agua y a salir pompas, el aligator estaba por allí así que decidimos irnos porque empezaba a anochecer. Pero a esas alturas era imposible retroceder así que seguimos avanzando para intentar salir por delante de nuevo al río y buscar nuestra barca. Pero poco a poco nos íbamos hundiendo en el barro cada vez más hasta que se hizo imposible caminar con zapatos. Qué hacemos? Nos damos la vuelta dije yo... y el guía dice: hay que seguir hacia delante, ya no podemos volver así que quitaros los zapatos y seguimos por aquí! Madre mía... allá que íbamos los 3 con el guía, sin zapatos y hundidos hasta las pantorrillas por en medio de la selva. Pablo que normalmente no quiere ir descalzo ni por el césped no daba crédito a que él estuviera allí de esa manera. Pero no pasó nada, llegamos al río, la barca vino a recogernos y de vuelta al campamento donde nos estaba esperando otra cena bien rica: pollo en salsa, pastas con verdura, verdura hervida y plátano frito... una delicia.
LA BARCA NOS DEJÓ EN LA ORILLA DEL RÍO, TODA DE PIEDRAS
AQUÍ LA BARCA MARCHÁNDOSE CON LOS TRABAJADORES QUE VAN ABRIENDO Y LIMPIANDO SENDEROS
VIMOS DE LEJOS VARIAS CAPIBARAS
ESTO ES LO MAS CERCA QUE PUDIMOS VERLAS
YA ANOCHECIENDO Y DE VUELTA NOS QUITAMOS LOS ZAPATOS, AQUÍ AUN ERA DURO PERO NOS METIMOS HASTA MEDIA PANTORRILLA!
El campamento no tiene luz, solamente un generador eléctrico que produce luz unas 3-4 horas al día. A las 7 la cena, después una ducha y a las 8,30 ya no había luz, la oscuridad más absoluta. A esa hora teníamos que estar metidos en la cama con la mosquitera bien remetida porque ya no se veía nada de nada. Así que como mucho a las 9 estábamos todos sobados. Lo que pasa es que cuando todo se apaga es cuando aparecen los bichos, y durante toda la coche se oyen animales grandes que vienen al campamento. Se les oye rebuscar, masticar y andar, y por la mañana puedes ver todo lo que han hecho por el suelo del campamento, grandes agujeros buscando semillas para alimentarse.
A la mañana siguiente amanecimos con unas diarreas de la muerte, de las de agua que no te da tiempo ni de llegar al baño, terrible. Sobre todo si estás en un campamento en medio de la selva y no hay agua para lavarse ni tirar de la cisterna. No voy a dar mas datos pero imaginaros lo peor... una experiencia traumática. El caso es que la sueca había pasado la noche vomitando así que algo habíamos comido en mal estado para que todos estuviéramos así. La guiri se marchó con el guía para su ruta de 3 días por la selva. Nosotros estábamos muy pochos, entre la cantidad de agua perdida y el calor y la humedad no podíamos levantarnos de la cama, así que ahí nos quedamos hasta el medio día.
Otro guía se hizo cargo de nosotros, Ignacio “el chino”, y nos dijo que no nos preocupáramos, nos preparó un gran cacharro de fruta con yogur y nos dijo que cuando nos encontráramos mejor decidiéramos qué queríamos hacer.
IGNACIO, ALIAS "EL CHINO", NUESTRO GUÍA PARA DOS DIAS, UN HOMBRE ENCANTADOR QUE NOS TRATÓ COMO A REYES, INCREIBLE!
Por la tarde seguíamos flojos pero no queríamos perder el tiempo. Nos habían dado una infusión de una planta que corta la diarrea y, todo sea dicho, nos habíamos tomado sendos fortasec, así que por la tarde decidimos que queríamos hacer algo que no fuera caminar. Se nos ocurrió que nos encantaría pescar e Ignacio, dispuesto a que el guiri pase los mejores días, aceptó. Preparó las tanzas, la barca y nos fuimos a una playa río abajo donde el río hacía un quiebro y debía haber muchos pescados. A las 4 estábamos allí preparados. La verdad es que ningún pescado picó a pesar de que pusieron unas lombrices tamaño familiar que eran apetitosísimas. Pero el sitio merecía la pena: silencio total, se oía la fuerza del río, el sol poniéndose, las aves sobrevolándonos. Y los cuatro, Ignacio y otro chico de allí y nosotros dos, charlando esperando a que alguno picara. Uf, de los mejores momentos, fue inolvidable. Cambiamos el lugar de la pesca en dos ocasiones antes de desistir completamente y volver al campamento con las manos vacías. Antes de volver visitamos un mini-poblado de una sola familia, que en la época seca viven a la orilla del río, construyen con cuatro palos una especie de “casa” y viven de la pesca y de cosechar las cosas. Ufff, flipante lo duro que tiene que ser vivir así!! Además, la pobre familia lo había perdido todo porque este año, y tras 20 años, la crecida del río se lo había llevado todo! Así que imaginaros, con sus manitas y lo puesto se van a vivir a la orilla del río con 4 patos, un perro y sus manitas para pescar, cazar y cultivar lo que puedan para sobrevivir. Una familia encantadora que nos acogió para enseñarnos su forma de vivir y con la que nos quedamos flipados los dos. De vuelta al campamento, de nuevo el mismo ritual: cena (arroz frito, huevo frito y patatas fritas, una cena que nos venía de muerte para nuestras barrigas), ducha y a la cama a las 8,30... hasta mañana.
EN LA PRIMERA PLAYA PREPARANDO LAS TANZAS
POR SEGUNDA VEZ NOS PARAMOS EN UNA PLAYA DE PIEDRAS Y LO VOLVIMOS A INTENTAR, PERO TAMPOCO HUBO SUERTE
A la mañana siguiente despertamos a las 7,30 después de haber dormido 11 horas seguidas, increíble pero cierto. Como nos sentíamos bien fuertes y recuperados, Ignacio nos llevó a otra caminata por la selva hasta llegar a un mirador desde el que se ve el río Tuichi, el afluente del Beni, en el que está el campamento, con toda la vegetación. Desde ese mirador se pueden ver los nidos de los papagayos rojos y azules, preciosos! Y había un muchos, todos en pareja siempre fieles, volando juntitos, eran increíbles. Pero la caminata volvió a ser dura, dos horas y media por la selva rodeados de bichos. Además nos encontramos con una serpiente negra y roja que estaba en medio del camino mirándonos fijamente. Yo casi me muero de miedo, y Pablo aún peor, que tiene pánico a las serpientes, pero después de un rato mirándonos se dio la vuelta rápidamente y se metió en una cueva. No nos dio tiempo ni de fotografiarla. También vimos monos, pavos, colibrís, orugas gigantes... pero sobre todo arañas e insectos picándonos por todo el cuerpo.
POR EL CAMINO TUVIMOS QUE PASAR POR UN TRONCO PARA SALVAR UN PROFUNDO AGUJERO
LLEGAMOS HASTA EL MIRADOR, ASÍ ES COMO SE VEÍA, Y ABAJO LOS NIDOS DE LOS PAPAGAYOS! QUE AQUÍ NO SE VEN PERO HABÍA MUCHOS.
Llegados hasta el mirador, nuestro objetivo, teníamos que bajar y encontrar de nuevo el río para bajar río abajo hasta el campamento, una nueva caminata de media hora con un calor sofocante. Cuando llegamos al río yo no me lo podía creer! Entraban ganas de tirarse de cabeza. Pero la bajada hasta el campamento no iba a ser tan fácil. La barca a motor no estaba porque íbamos a construir una balsa con la que bajar. Con 6 troncos de un árbol que se llama balsa y la corteza fresca de ese mismo tronco a modo de cuerda, construyó nuestro experimentado guía una balsa, con nuestra ayuda, en 15 minutos. Nos quitamos la ropa y nos quedamos en bañador que llevábamos debajo porque él nos había dicho que había que llevarlo. Nos dejamos las camisetas para que el sol no nos achicharrara, porque allí es muy fuerte. Nos subimos los 3 con cuidado en la balsa con las mochilas a la espalda con todas nuestras cosas y nos dejamos caer. Pablo y yo íbamos sentados, Pablo delante y yo en el centro, e Ignacio detrás con un palo largo con el que conducía la barca apoyándose en el fondo. La balsa iba rapidito porque el río tiene mucha fuerza y te empuja. Esta fue la estrella del tour, lo mejor sin duda! Empezamos a descender, como no había motor no había ruido ninguno, más que el del agua, todo vegetación... madre mía! Pero no nos podíamos bañar porque llevábamos las mochilas con todo dentro en bolsas de plástico, cámara incluida. Pero a medio camino vino la barca de motor a recoger nuestras mochilas para que pudiéramos descender y bañarnos libremente. Es que estos de mashaquipe lo tienen todo pensado! Es increíble lo bien que sale todo con ellos. El chico de la barca nos hizo algunas fotos, cogió nuestras mochilas y se marchó para que pudiéramos seguir descendiendo el río tranquilamente. Es por eso por lo que pudimos inmortalizar el momento. Y que momento, fue increíble, otro de esos que se quedan con nosotros para siempre, que siempre recordaremos como una de las mejores experiencias. Y nos bañamos, pudimos saltar al agua y darnos un buen baño, no sin cierto escalofrío porque el agua es marrón y no ves para adentro, pero ahí hay muuuuchos animales. Pero yo estaba lanzada e incluso metía las piernas enteras yo sola mientras que ellos estaban encima de la barca!! con lo miedosa que soy es todo un reto, llega a venir un cocodrilo y se zampa un muslo mío seguro, y mira que con un muslo mío come para tres días... pero yo estaba lanzada y feliz como una perdiz, sin miedo a nada!
IGNACIO, EL GUÍA, Y YO EN LA BALSA QUE CONSTRUIMOS EN 15 MINUTOS!
PABLO Y YO HACIENDO EQUILIBRIO
SOLO NOS PUSIMOS DE PIE PARA LAS FOTOS, EL RESTO DEL CAMINO LO HICIMOS SENTADITOS
Por desgracia llegamos al campamento, digo por desgracia porque nosotros nos hubiéramos quedado en la barca todo el día! Pero solo duró una hora larga. Allí nos esperaba el almuerzo: milanesa con puré y verduras y piña de postre. Después del almuerzo debíamos volver a Rurrenbaque porque terminaba nuestro tour ese tercer día. Así que barco de vuelta durante un par de horas y estábamos fuera. Se acabó la aventura. Que pena! La verdad es que ha sido una experiencia maravillosa. Aunque no ha superado a la que tuvimos en la amazonía ecuatoriana, en Cuyabeno, que fue más espectacular y se veían más animales, pero igualmente ha sido algo único, una experiencia para no olvidar.
EN EL BARCO VOLVIENDO HACIA RURRENABAQUE
RURRENABAQUE VISTO DESDE EL RÍO
Y estamos muy contentos de haber ido con esta compañía, porque estuvimos haciendo averiguaciones y pagan mejores sueldos que las otras y los trabajadores tienen mejores condiciones. El habernos quedado en el albergue enfermos una mañana nos permitió charlar mucho con los locales, que nos contaron muchas cosas de la vida en la selva y del trabajo en el campamento, fue muy interesante. 
Pasamos un par de días más en Rurrenabaque, para descansar, lavar la ropa y esperar a nuestro avión de vuelta a La Paz. Tuvimos que lavar porque nos habíamos quedado sin existencias. Lavar aquí no es barato, a 70 céntimos el kilo, y teníamos 9 kilos! Así que 6,30 € de lavandería. Pero lavar se hizo imprescindible. Tenemos 4 camisetas de manga corta y otras 4 de manga larga, dos pantalones largos, uno pirata y uno corto, una sudadera y el forro polar. Hacía tiempo que teníamos clima frío por lo que si te pones cada camiseta de manga larga 4 veces seguidas puedes lavar cada 15-17 días. Claro que como sólo llevo 9 bragas y 9 calcetines, pues eso si que hay que ir lavándolo de vez en cuando en los baños del hotel y tendiéndolo en la habitación con una pequeña cuerdecita que llevamos. Pero ya hacía tiempo que no lavábamos y habíamos agotado las 4 de manga larga y en Rurre, con el calor tan increíble, las de manga corta. La sudadera y el forro hacía más de un mes que no se lavaban y eso que nos los ponemos a diario, estaban ya que los podías mandar a por los mandados ellos solos. Así que al salir de la selva aprovechamos para lavar todo, absolutamente todo! Pues nada, la colada hecha y la ropa oliendo a limpio, vaya gozada!!

El último día, después de habernos pasado unas horas bañándonos en la piscina de un hotel previo pago de 2€ por persona, nos fuimos en una mototaxi para el aeropuerto. Bueno, si es que se puede llamar aeropuerto: una habitación de ladrillos y uralita y a esperar al avión al aire libre en medio del campo. Como habíamos comprado los vuelos más baratos de nuevo iba llenito de israelitas, los mismos australianos de libro y nosotros dos. Y los irlaelitas ay que risa que bien nos lo pasamos, pero cuando el avión empezó con unas turbulencias super fuertes se pusieron los kibut y comenzaron a rezar, y no es una exageración, esto pasó tal y como os lo cuento. Que yo por eso de ir con el pueblo de Dios y todos metiendo presión me quedé como más tranquila, jejeje.

EN LA MOTO-TAXI LLEGANDO AL AEROPUERTO QUE SE VE AL FONDO 
El caso es que llegamos sanos y salvos a La Paz. El problema es que en 50 minutos que duró el vuelo pasamos de 300 metros sobre el nivel del mar a 4000 y eso es demasiado para un cuerpo, así que comenzamos a encontrarnos regular, con fatiga, fuertes palpitaciones y Pablo con dolor de cabeza. Dicen que todo eso es normal hasta que pasan varios días. Y así fue, hemos tardado en volver a aclimatarnos. Cuando llegamos lo hicimos por Chile y poco a poco habíamos ido subiendo, así que casi no lo notamos. Pero esta vez ha sido de sopetón y eso es fuerte para el cuerpo, que se resiente.

La Paz fue, en esta ocasión, sólo un lugar de descanso porque a la mañana siguiente cogimos un microbús que por 1,5 € por persona y en 4 horas nos llevó hasta Copacabana, la ciudad más turística de la parte boliviana del lago Titicaca. Esta ha sido nuestra última parada en Bolivia. Llegar al lago en el autobús ha sido precioso porque vas viendo el lago desde las alturas, y es tan tan azul, tan grande que casi no puedes ver el otro extremo, rodeado de naturaleza... es impactante. La ciudad de Copacabana es muy agradable a pesar de ser tan turística. No sabemos por qué pero está llena de hippis y rastas de todas partes vendiendo artesanía. Pero es barata, por 7 euros hemos encontrado una habitación muy confortable, con buenas vistas, baño y desayuno en el Hostal Colonial, justo en la plaza Sucre. Está llena de restaurantes que por 1,5 € por persona te ofrecen menú con sopa, trucha con guarnición y postre. Y es que aquí hay mucho pescado del lago, tanto trucha como pejerrey, que me encanta el nombre de este pescado que todavía no hemos probado. Yo le digo a Pablo de vez en cuando: como está el pejerrey de mi casa? Lo malo es que el me responde siempre: bien, y como está mi japuta? Que según él es otra especie de pescado. Yo no se si es verdad o un insulto, así que mejor me callo...

La principal atracción turística de Copacabana es la Isla del Sol. No es la única, porque en los alrededores de la ciudad hay algunos restos incaicos, pero la isla del Sol es la atracción estrella. Según la mitología inca en esta isla nació el Dios Sol, Inti. Para visitarla coges un barco a las 8,30 de la mañana que te deja en la parte norte de la isla, la recorres durante todo el día y visitas las ruinas incas y te recogen a las 4 de la tarde en el extremo sur. Y así lo hicimos, compramos el ticket del barco por 2 € por persona ida y vuelta para el día siguiente y nos preparamos unos bocatas para comerlos donde nos pillara. Que por cierto, el bocata nos lo preparamos de paté de hígado de cerdo, que estábamos antojaitos porque llevábamos 2 días pensando en un bocata de paté la Piara, más bastardo imposible, jeje... Bueno, de cerdo es un decir, porque ponía paté de carne... Menudo suspense. El barco tardó 2 horas en llegar al norte de la isla, pero como el paisaje es muy bonito no se nos hizo pesado. Llegar a la isla fue una impresión porque es sencillamente impresionante, de verdad que es preciosa. Imaginaos una isla en la que no hay coches, ni motos, ni fábricas... sólo algunos hostels en el puerto del norte y en el del sur y el resto de casitas de adobe con sus plantaciones, sus animales... era magnífico estar allí, con ese silencio tan absoluto, oyendo sólo las ovejas, los burritos, los cerdos... y todo el lago azul a tu alrededor. La isla está entera en terrazas, pero no de “oye, porme una clarita!”, sino de terrazas para cultivos, terrazas que fueron hechas por los incas y que aún se mantienen cultivadas con un sistema de irrigación perfecto. En el norte, donde te deja el barco, hay un pequeño pueblo y ruinas incas cuya entrada cuesta 1 €. Hay una roca sagrada con forma de Puma, un altar para ceremonias, las casas donde vivían los sacerdotes... y todo se conserva relativamente bien. Ya os dije que era el lugar donde había nacido el dios Sol en la mitología Inca. Un detalle es que la gente de la isla no pronunciaba la “u” y la decían como “o”, y se oían cosas como “Poma”, “tónel”, etc...

LA PRIMERA PLAYA CON LA QUE TE ENCUENTRAS AL LLEGAR

EL ALTAR INCA

 
EN LAS RUINAS INCAS MIRANDO EL MAR

Entre el norte y el sur, donde hay unos escalones incas que bajan hasta la playa, una fuente inca y otro pueblecito en torno al muelle, hay 8 km de caminos que suben y bajan por las montañas. En principio tienes como 5 horas para hacer el recorrido, pero perdimos tanto tiempo viendo las ruinas del norte, deleitándonos mirando el lago durante largos ratos, y comiendo, que el tiempo se nos echó encima y tuvimos que recorrer los 8 Km más deprisa de lo que daban nuestras fuerzas a 4000 metros de altura y subiendo y bajando montañas.

 



PAISAJES DE LA ISLA DESDE ARRIBA

COMIENDONOS NUESTROS BOCATAS POR EL CAMINO

POR EL CAMINO, AQUÍ SE VE MEDIO PLANITO PERO NO OS ENGAÑEIS, DETRÁS DE CADA CURVA VENÍA SIEMPRE UNA CUESTA

Llegamos muy cansados al sur, muy muy cansados. Por el camino tuvimos que pagar un peaje de 50 céntimos que custodiaban dos señores con pinta de agricultores cerrados. Preguntamos en concepto de qué y nos dijeron que por mantener limpios los caminos... (¿Mantener limpio un camino de tierra?) Ya habíamos pagado 1 euro en el norte y 50 cms en el centro. Cuando llegamos al sur, antes de entrar en el pueblecito junto al embarcadero de nuevo nos encontramos con un peaje. Pero el ancianito nos dijo con una sonrisa que pasáramos sin pagar porque ya se le habían acabado los boletos. La ventaja de llegar los últimos! Pero nos resultó cuanto menos curioso porque en otros países con toda seguridad nos habrían cobrado aunque no hubiera tickets, pero el hombre fue honrado y nos gustó, una vez más nos sorprenden los bolivianos.

Bajamos el último tramo por la escalera del Inca y llegamos a la playa 5 minutos antes de que partiera el barco y casi sin resuello. Fue duro pero lo conseguimos. Y tenemos que decir que es algo que merece la pena ver, la sensación de paz y los maravillosos paisajes de la isla merecieron el cansancio.

LA LLEGADA AL FINAL DEL CAMINO POR LA ESCALERA DEL INCA ¡LO CONSEGUIMOS!

UN BARQUITO DE TOTORA, HECHO COMPLETAMENTE DE ESTA PLANTA, TAL Y COMO LOS HACÍAN LOS INCAS, A QUE ES PRECIOSO? EL LAGO TITICACA ES FAMOSO POR ESTE TIPO DE BARCOS.

LLEGANDO A COPACABANA, VISTAS DE LA CIUDAD DESDE EL LAGO

Llegamos de vuelta a Copacabana a las 6 de la tarde. Fuimos al hotel para descansar un rato pero fue nuestra perdición, caímos tan muertos en la cama que ya no pudimos volver a levantarnos hasta el día siguiente a las 9,30 de la mañana! Nos vimos dos películas y a las 10 estábamos los dos dormidos, o muertos más que dormidos.

Hoy por la mañana pensábamos irnos para la parte peruana del lago pero nos hemos encontrado con que hay una huelga general indefinida en Perú y la frontera está cerrada, no podemos pasar. Así que el día de hoy lo hemos dedicado a perrear bastante. Yo he amanecido con el labio de abajo tipo Carmen de Mairena, no se por qué porque no se me ve picadura ni nada pero el caso es que ni la cirugía estética me lo habría puesto así. Hemos ido a visitar el Santuario de la Virgen de Copacabana. Es un santuario demasiado grande para un pueblo tan pequeño, pero es muy bonito y la virgen de Copacabana es la patrona de Bolivia, además de que su imagen fue esculpida por Tito Yupanqui en 1584, así que tiene historia. Hay cientos de reproducciones de esta virgen por todo el país. Y también nos hemos sentado a contemplar el lago tranquilamente, a comer trucha... en fin, un día de descanso.

 
EL SANTUARIO DE LA VIRGEN DE COPACABANA

Y así han transcurrido nuestros 30 días en Bolivia. Tenemos que salir del país mañana mismo porque se nos cumple la visa de 30 días que nos dieron al entrar. No sabemos muy bien por qué, porque a otros turistas les dieron 90 días, yo creo que nos vieron cara de conquistadores y nos dieron menos tiempo... el caso es que ya hay que salir o seremos penalizados. Nos vamos con pena de Bolivia porque nos ha encantado, un país por descubrir lleno de riqueza natural, cultural y humana, con una gente encantadora que siempre te trata con una sonrisa. Sorprendidos sobre todo por ver la fuerza de las mujeres indígenas, trabajan de cualquier cosa, cargan a sus espaldas con fardos inmensos y niños, viajan solas arrastrando con todo, son mujeres de una fortaleza sin límites, luchadoras. Y el país es tan barato, claro es que eso es debido a que es uno de los países más pobres de toda Latinoamérica y es una pena... la media del gasto por día ha sido de 40 euros por el tour y el avión que fueron muy caros, pero la verdad es que nos hemos gastado exactamente 30 euros al día por los dos, y ahí entra todo absolutamente, dormir, comer, transportes, entradas... todo. Así que es un buen destino de vacaciones, si tenéis dos o tres semanas y poco presupuesto no os lo penséis! Bolivia es vuestro destino.

Seguimos muy impresionados con Potosí que nos llegó al alma, con su cerro “tragahombres” como testigo de la historia. Nos hemos bajado de internet un documental que se llama “The devil´s miner”. Está en español subtitulado en Inglés salvo cuando hablan en quechua. Es un documento desgarrador de la vida de un niño trabajador en una mina de Potosí. Os pido encarecidamente que lo bajéis y lo veáis. Absolutamente todo lo que sale en el documental se corresponde con lo que nos contaron y vimos allí. Es impresionante, te deja sin aliento, creo que todos los adolescentes occidentales deberían ver este documental por prescripción facultativa, para que vean cómo puede ser tu vida si no tienes la fortuna de nacer en un país como el nuestro. Por favor, dedicar un rato a bajarlo y verlo, y si podéis me comentáis qué os ha parecido, merece la pena. A veces cuesta entenderlos porque los bolivianos tienen un habla muy particular, nosotros porque en un mes nos hemos acostumbrado a su pronunciación pero cuesta un poco de trabajo. Pero aun así, no dejéis de verlo, te sobrecoge cada minuto y el final te mata. A ver qué os parece.

Y ahora vamos a adentrarnos en Perú para descubrir otro nuevo país que nos espera. Besos!

PD: Seguimos llenos de ronchas, por todas partes, pican y pican y parecemos dos monos. Se nota quien viene de la selva porque estamos todos a lunares, es una pesadilla, esperamos que no duren mucho tiempo más...
La aventura de Pablo y Elena Web Developer

6 comentarios:

  1. Hola chicos, vaya aventura más impresionante la de la selva, no sé cómo habéis sido capaces de estar ahí con tantos bichos alrededor y no morir de puro miedo, ahora sí, alucinante. Creo que os merecéis la medalla a los más valientes del globo, je je...
    Besos y más besos.

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  2. Hola guapos.
    vuestros dias son una pura aventura, pero creo que esta, supera con creces casi todo lo demás, sobre todo por lo intensa. Ha debido ser dura.
    Me ha parecido impresionante el post, las fotos, la selva, el color del lago...... en fin me ha gustado mucho.
    besos gordos para los dos.
    Yoli.

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  3. Me ha encantado! Pedazo de resumen súper interesante que os habéis currado...
    Una vez más, FELICIDADES.
    Genial aventura, me habéis transmitido la bondad, generosidad y sencillez del pueblo boliviano.
    La verdad es que te entran ganas de visitarles.
    Besos y ánimo para vuestra entrada en Perú, espero que no os pongan muchos problemas con el visado.

    pd: Elenita, toma nota:
    http://pescadosymariscos.consumer.es/palometa-o-japuta

    A mi gordi tb. le hace gracia el nombre del pescadito...
    Besos enormes a los dos, Vicky.

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  4. Que pasaada!!
    Que tal pareja?Ya estareis en suelo peruano,a ver por donde se cruzan nuestros caminos.
    Este post ha sido increible,naturaleza 100%,aventura 120% y mosquitos y bichos .....
    jajaja.
    Yo tengo muchas ganas de Bolivia y espero engancharme a ella como creo que vosotros siempre la recordareis.
    Nosotros llegamos el 5 de Junio a Lima,pero para ese dia queda algo todavia.
    Seguiremos por aqui.
    Un fuerte abrazo
    Javier y Deborah

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  5. Un post de los que a mí me gustan, sí señor, naturaleza por un tubo.

    Lo de la selva debe haber sido alucinante, me habría gustado ver fotos de alguna tarántula de las que hacen mandaos.

    Pero lo que más me ha gustado ha sido la isla y el color del agua, y el barquito de totora (que todo el mundo sabe que es la novia de Totoro) chulísimo.

    Besos.

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  6. Hola Soy Marcelo y me encanto tu forma de escribir y describir tu paseo, disfrute tu relato como si yo estuviese en medio viendolo todo...

    Gracias por ese párrafo "Nos vamos con pena de Bolivia porque nos ha encantado, un país por descubrir lleno de riqueza natural, cultural y humana, con una gente encantadora que siempre te trata con una sonrisa. Sorprendidos sobre todo por ver la fuerza de las mujeres indígenas, trabajan de cualquier cosa, cargan a sus espaldas con fardos inmensos y niños, viajan solas arrastrando con todo, son mujeres de una fortaleza sin límites, luchadoras". Me ha hecho dar un gran suspiro e inflar el pecho con orgullo..

    Es de verdad una pena que hayan estado solo treinta días ya que les faltaron bastantes lugares por conocer, si algun momento pasan por Santa Cruz escribanme que de seguro podre mostrarles un par de lugares..

    mi correo es marce_valverde@hotmail.com

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