Bueno, pues sin comerlo ni beberlo ya estamos a finales de enero. Que locura de Navidad y de vacaciones. Todo ha pasado muy rápido y ya estamos aquí, en enero y con el ánimo por las nubes. Primero porque el último mes ha sido maravilloso, y segundo porque Pablo ya tiene que pedir las vacaciones de este año, que tiene 8 semanas, y ya las hemos distribuido así que ya estamos con la ilusión de preparar los viajes. Y por qué ha sido una navidad tan especial?
Pues primero porque pudimos ir en el puente de la Inmaculada durante una semanita a España, cosa que nos vino genial para reencontrarnos con la familia y disfrutar del buen tiempo. Pero el día 21 llegaron mi madre y mi hermana Paloma, y tras recogerlas en el aeropuerto de Eindhoven nos fuimos directamente para Amsterdam, que teníamos muchas ganas de enseñarles los sitios a los que nos gusta ir en esta ciudad. Y aunque el tiempo estaba un poco feo lo disfrutamos un montón.
EN AMSTERDAM DISFRUTANDO DE LOS CANALES
El día 24 teníamos planeado un sorpresón para mi madre. Por la mañana nos fuimos a pasar el día en Dusseldorf pero lo que ella no sabía es, que cuando entráramos a comer en una cervecería típica, allí estarían esperándonos mi otra hermana con mi cuñado y mi sobri. Uffff mi madre se volvió loca, salió llorando de la emoción y fue muy especial para ella. Muy bonito la verdad. Tras el almuerzo nos vinimos a casa para celebrar aquí la cena de Navidad. El caso es que por la mañana, cuando salimos para Dusseldorf, volvimos a casa Pablo y yo con la excusa de una “urgencia” intestinal. Y en 10 minutos montamos todo el salón para la cena, con la mesa preciosa y llena de regalos. Así que cuando volvimos a casa esa noche ya todos juntos, ver la carita de mi sobri Carlota al ver que el Niño Jesús le había traído un montón de regalos fue algo único y maravilloso.
CARLOTA ABRIENDO LOS REGALOS
YA EN LA MESA LISTOS PARA COMER
Al día siguiente visitamos un pueblito todos juntos y perreamos un poco en la casa. Mi hermana Ana y su familia se fueron y mi madre y paloma se quedaron aquí unos días más. A pesar de que Pablo y yo nos fuimos de viaje el día 28, ellas se quedaron un par de días más en casa porque su avión no salía hasta el 31.
LAS MUJERES DE LA FAMILIA
Así que el día 28 empezamos Pablo y yo nuestros 12 días de vacaciones. La idea era ir a Suiza a pasar la Noche Vieja con compañeros con los que trabajamos en Guatemala y luego recorrer los dos con nuestro coche la Selva Negra. Nuestra primera parada fue en Heidelberg, una ciudad muy bonita y agradable con una larguísima calle peatonal llena de tiendas y casas típicas. Y hay algo que me llama la atención de Alemania y que nunca os he enseñado pero que aprovecho una foto que he hecho para que veáis. En la mayoría de la ciudades alemanas puedes encontrar librerías llenas de libros para intercambiar. Y no son libros viejos ni muy deteriorados. Hay de todo. Y la gente llega con su libro, lo deja y coge otro, es maravilloso, a mi me encanta la idea. Así no sale tan caro leer.
UNA PLAZA DE HEIDELBERG CON EL MECADO DE NAVIDAD Y EL CASTILLO AL FONDO
LA LIBRERÍA QUE ENCONTRAMOS EN UNA CALLE DE HEIDELBERG
El día 29 por la noche llegamos a casa de nuestros amigos en Suiza y allí nos quedamos hasta el día 3. Vivimos una experiencia maravillosa con ellos por todo lo que nos habían preparado. Como os he dicho la idea era reunirnos con voluntarios que trabajaron con nosotros en Guatemala. Dos de los voluntarios que estaban allí, Nicolás, suizo, y Valentina, italiana, se enamoraron y se casaron un año después de trabajar en Guate. Incluso ya han tenido un bebe y viven felizmente en una casa preciosa cerca de Neuchatel, en Suiza. Allí nos habían invitado a nosotros, a Marie la francesa y a Sabrina la alemana. Así que el fin de año prometía ser genial. Sabrina llegaría más tarde, pero el primer día ya nos llevaron a visitar un par de pueblitos preciosos y Valentina nos había preparado una lasaña casera hecha a mano por ella misma que quitaba el sentío.
EL LAGO
UN PUEBLO PRECIOSO
Pero el plato fuerte estaba preparado para el día 31. Su vecino, un español casado con una suiza, nos prestó para pasar la noche una cabaña en la montaña. Una cabaña hecha por él en medio de la nada, de madera, con chimenea, entre abetos y muuucha nieve. Claro que llegar a la cabaña no era fácil porque la nieve ahora es tan alta que es imposible acceder con el coche. Así que el nos llevó en su 4x4 lo máximo que pudo y el resto de la subida, una hora, tendríamos que hacerla nosotros con raquetas en los pies. Ufffff solo la idea ya nos tenía nerviosos, al menos a Pablo y a mi que no estamos acostumbrados a lidiar con la nieve. Y así fuimos subiendo poco a poco, cargados con las cosas y parando de vez en cuando para hacer fotos y descansar un poco.
COLOCANDO LAS RAQUETAS
LISTOS PARA EMPEZAR A SUBIR
POR EL CAMINO
LA SUBIDA FUE MARAVILLOSA
AL FIN VIMOS LA CABAÑA A LO LEJOS. LA GRANDE ERA PARA GUARDAR EL GANADO, LA PEQUEÑA ERA LA CASA
Y ESTAS ERAN LAS VISTAS DESDE EL SALÓN, CON EL LAGO DE NEUCHATEL Y LOS ALPES AL FONDO.
Y qué puedo decir? Que fue precioso, una experiencia única. Calentamos la cabaña con la leña, preparamos las cosas para la cena y las uvas, porque estábamos dispuestos a enseñarles la tradición española y que todos comiéramos uvas que, por supuesto, llevábamos. Cuando anocheció vimos las estrellas, que se veían millones!!! y cenamos tres veces. La primera, sobre las 6, fue la cena española: chacina ibérica con picos. Llevábamos jamón, chorizo y caña de lomo ibérica y ummmm, nos supo a gloria. La segunda fue la francesa, a base de foiegras de Oca del bueno bueno con panecillos tostados en la misma chimenea. Y la última fue la suiza. Una fondue auténtica, con quesos que habíamos ido a comprar el día antes a una quesería y hecha por un experto. Cuando dieron las 11,45 preparamos las uvas y escribimos los deseos. Claro que había un problema: no teníamos televisión ni internet ni móviles. Nuestra única esperanza era la radio. Pero claro, en suiza en la radio lo único que se oye es una cuenta atrás desde el diez. Así que decidimos comernos dos uvas un poco antes y luego las 10 uvas con la cuenta atrás. Pero claro, la cuenta atrás es en 10 segundos, y las campanadas son una cada 3 segundos o algo así. El resultado? Un desastre, la cuenta fue rapidísima y era imposible comerlas, a Valentina le dio la risa y se las comió sentada en el vater, nosotros las metimos todas de una vez en la boca... pero entraron, y quemamos los deseos, así que esperamos que sea un año lleno de buena suerte, como todos los demás. Y lo empezábamos bien. Porque fue de estas veces que miras dónde estás, en un sitio tan maravilloso, viviendo algo tan especial, y otra vez nos paramos a pensar en lo afortunados que somos y en la suerte que tenemos siempre. Siempre están las cosas a nuestro favor para que vivamos experiencias inolvidables. Y esta fue una de ellas, sin duda.
COMIENDO LA FONDUE DE QUESO
A la mañana siguiente, tras desayunar tranquilamente, comenzamos la bajada y fuimos a recoger a Sabrina, la alemana que llegaba ese día. Y ya todos juntos pasamos un par de días más en la casa. El tiempo se puso un poco regu, así que decidimos no hacer grandes cosas, sino quedarnos en la casa para charlar y cocinar. Y fue genial porque Valentina nos contó muchas recetas de pasta que nosotros escribimos en un papel. E hicimos otras dos cosas típicas que resultaron ser geniales: un día cenamos crépes. Con una máquina que hace 6 crépes al mismo tiempo y la mesa llena de ingredientes para ir poniéndoles dentro. Fue una experiencia muy buena la verdad, me encantaron y me traje la receta de los crépes. A ver si me consigo una maquinita de esas.
UFFFF OJALA TUVIERA DELANTE UNA DE ESTAS AHORA...
Y lo mejor fue hacer pasta artesanal. Primero Sabrina y yo preparamos la masa para la pasta, a mano, amasando como las abuelas hasta que hicimos una gran pelota. Una vez reposada empezamos a preparar los tallarines. Pasamos pequeños trozos de masa por la máquina para aplastarla y luego esas tiras las pasábamos por una tabla llena de alambres paralelos y caían abajo hechos tallarines. Ummm fue una pasada y con una boloñesa preparada por una auténtica italiana fue una delicia.
PABLO APLASTANDO LA MASA
YO CORTÁNDOLA EN LA TABLA
Y ESTE ES EL RESULTADO
Irnos nos costó. Habíamos pasado unos días tan buenos y habían sido tan especiales que nos despedimos con penita, aunque aún nos quedaban 6 días para recorrer la Selva Negra y algunas ciudades que teníamos pendiente. Fue un viaje precioso, realmente hemos flipado, no sabíamos que esa zona es tan bonita. Está llena de pueblos que parecen cuentos. Visitamos Friburgo, el Titisee, Colmar, kaysersberg, Riquewihr, Estrasburgo y Baden Baden. Pongo los nombres de los pueblos porque si alguien va por esa zona no se los puede perder, de verdad, precioso, merece la pena la visita sin duda. Os dejo algunas fotos.
FRIBURGO
COLMAR
KAYSERSBERG
RIQUEWIHR
ESTRASBURGO
EN ESTRASBURGO PASAMOS EL DÍA DE REYES Y NOS COMIMOS UN PASTEL DE REYES TÍPICO DE LA ZONA
BADEN BADEN
Que fotos tan preciosas !! Esos pueblos son como entrar en un cuento.
ResponderEliminarBesítos a Ignacio y que disfruten los tres.
Mamasuegri
Qué bonito Elena, los viajes, las visitas familiares, la decoración de tu casa, y el entusiasmo que pones en todo lo que nos cuentas. Un beso y que en el 2014 sigáis siendo igual de afortunados o más. Un abrazo a los dos.
ResponderEliminarDesde Valladolid ,Felicidades pir ser así,mi blog preferido!!!
ResponderEliminarHola chicos, os sigo hace bastante tiempo y me alegro que os vaya tan bien y que Elena esté más animada porque al principio de iros a Alemania, se te veía un poco agobiada.
ResponderEliminarTengo ganas ya de leer nuevas aventuras de vuestros viajes.
Siempre he aparecido como anónimo, pero ahora que tengo un blog, me podréis identificar.
Espero os paséis a visitarme.
Muchos besos a los dos.
Marita.
ganchilloyalambre.blogspot.com.es
http://www.elmundo.es/cronica/2014/03/02/5311d26fe2704e5b7a8b4573.html
ResponderEliminarHola Pablo y Elena, os he nominado en mi blog para el premio "sunshine award". Pasaros por ganchilloyalambre.blogspot.com.es
ResponderEliminarMuchos besos
Marita
Pos ok
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