Tengo un bicho vietnamita en la espalda

3, 2, 1… NOS VAMOOOOOOOSSS!!! Sí, queridos seguidores, queridos todos, ha empezado la cuenta atrás, y ahora lo típico… NO ME DA TIEMPOOO!!! Tenemos mil cosas pendientes que no nos va a dar tiempo, no nos va a dar tiempo, no nos vaaaaaaaaa a daaarrrr tieeeeeeeemmmmpoooooooooo!!!! Estamos todo el día de aquí para allá, corriendo por la casa saltando las maletas como si fueran los 110 metros vallas, vaciando cajones, limpiando el frigorífico, poniendo lavadoras, cambiando lámparas, imprimiendo billetes, respondiendo mails, viendo Fama (jejeje)… uf si es que no hay tiempo material para hacerlo todo!! Y eso que dejé de currar ayer lunes para tener un par de días para “ultimar” preparativos, y sí, realmente esto me va a ultimar, porque tengo ya los riñones ultimaítos del todo con tanta limpieza y tanto preparativo!! Si es que es lo que le digo ya a Elena, que parece que más que intercambiar la casa con una familia de Australia van a venir aquí los reyes de España!!

Y por si esto fuera poco, como leéis en el titulo del post, a mi querida esposa le ha salido “algo” en la espalda que sospechamos es algún tipo de bicho vietnamita (eso, o es que los chinos nos siguen persiguiendo, jejeje). Pues veréis, erase que se era una mujer llamada Elena que con su querido esposo se fue a realizar el viaje de sus vidas, la vuelta al mundo, y todo fue muy bonito y muy perfecto, pero claro, en esta vida todo tiene un precio, y la hora de la verdad nos llegó a la vuelta del viaje. De repente, a los 5 ó 6 días de llegar, le aparece a Elena en la espalda lo que ambos pensábamos que era una picadura de un insecto, que picaba y tenía toda la pinta de picadura vamos. Pues ahí quedó la cosa hasta que pasado unas 3 semanas Elena me comenta que le sigue picando y que la supuesta roncha sigue ahí. Pues nada, ahí que está er tío con su vena médica y que hago yo? Pues que voy a hacer, lo que haría cualquier dermatólogo, cremita de antibióticos y corticoides al canto. A los 3 días me dice que lo tiene peor, que le pica más cuando se pone la crema, y que hace el médico otra vez? Lo que haría cualquier dermatólogo, cambiarle la crema, y esta vez por si era un herpes, una cremita de antivirales. A los 3 días otra vez, que esto está peor, que me pica más… ufff, que agobio, y ahora qué hago? Pues lo que haría cualquier médico de familia, derivar al especialista, jejeje. Así que, pensando que podía ser algún intruso asiático que se le hubiera “colado” a Elena en el cuerpo, llamé al servicio de Enfermedades del Viajero del Hospital Virgen del Rocío de Sevilla, donde me atendieron maravillosamente y me dieron cita para el día siguiente, y allí que fue Elena con su madre (porque el tío estaba currando) y la ve el de infecciosas y le dice… que no tiene ni idea!! Así que, vámonos a ver al dermatólogo, y el dermatólogo le dice que… no tiene ni idea!! Dios mío!! Allí aparecieron médicos de debajo de las piedras, hasta fotos le hicieron al supuesto engendro, porque lo que sospechaban era que fuera una picadura de un insecto que le hubiera dejado un pequeño gusanito que estuviera comiendo de sus carnes!! Yo ya me imaginaba la escena de Alien, el bicho saliendo de la espalda de Elena y todos intentando cogerlo. En fin, que la volvieron a citar para hoy martes por la mañana (que yo ya no curraba), y allí que la estuvieron viendo dos dermatólogos que decidieron cortar por lo sano, nunca mejor dicho, y mandar analizar la pieza. Estuvimos todos mirando para ver si veíamos al bichito, que yo ya le había cogido hasta cariño, y tenía pensado ponerle Sebastián, porque de pequeñito que era me recordaba a mi compañero del DCCU de Morón, pero la verdad es que no se veía nada claro que fuera gusano o no, unos decían que si, otros que no, y Elena aseguraba haberlo visto. En fin, el resultado es que nos vamos en dos días y la pobre Elena tendrá que pasar 24 horas de vuelo con una raja con 5 puntos de sutura en la espalda, justo donde ésta apoya con el respaldo de los asientos. Pobrecita!! Pero vamos, que ella con sus dormidinas a mano dice que le da igual, que seguro que ni se entera, jeje.

Pues esa es la historia que nos acontece, y, males y agobios aparte, estamos deseando irnos ya. Estos días son los típicos que te sacan de tus casillas, las despedidas, las preguntas, el típico día que estas en la camilla calentito y piensas que pa qué leshes te vas tan lejos… Pero sabemos por experiencia propia que todo eso se pasa en cuanto te subes al tren rumbo a Madrid, nos cogemos de las manos, nos miramos a los ojos y tras un beso nos decimos el uno al otro: ya ha empezado la aventura.

Muchos besos y que sepáis que el próximo post es ya con fotitos de un sitio nuevo. Chao!!!