Hemos pasado unos días geniales en Hoi An. Es una ciudad preciosa, con mucho encanto y llena de casas coloniales. El centro está cerrado al tráfico por lo que resulta muy tranquila. El primer día lo pasamos casi entero buscando hotel, porque resulta que a Sonsoles y a mi se nos había antojado quedarnos en un hotel bonito, así que hubo que buscar hasta que nuestras expectativas se vieron colmadas. El Hotel Vinh Hung Resort es genial, muy bonito, limpio, con dos piscinas, un desayuno de escándalo y a 5 minutos andando del centro. Todo por 45€ la noche, algo caro pero genial para descansar unos días y despedirnos del viaje.
Así que pasamos 4 días intentando compaginar el disfrutar de la piscina, ver las cosas interesantes de esta zona y hacernos ropa. Si si, hacernos ropa. Esta ciudad es famosa por dos cosas: una, su maravillosa gastronomía y otra por estar llenita de sastrerías en las que tu diseñas un modelito y en menos de 24 horas lo recoges terminado. Después de patearnos decenas de tiendas nos decidimos por una. Y allí estábamos Sonsoles y yo, dos negadas absolutas para la moda diseñando dos modelitos para la boda de nuestra amiga Nuria. Después de mucho inventar nos decidimos por un vestido con un abrigo cada una, elegimos el tipo de tela, el color, los detalles... y a esperar al día siguiente. Cuando fuimos a recogerlos me llevé una gran sorpresa: habían puesto las mangas de otra tela porque se les había acabado la que yo elegí. El caso es que era una tela, aunque del mismo color, muy diferente, pero la mujer lo negaba hasta la muerte aunque los cuatros le decíamos que era evidente, hasta variaba un poco el tono. Al final acabó reconociendo que se le había terminado la tela y que había usado otra y la única solución aceptable para mi fue la de cortar por lo sano y convertirlo en una falda, que ya me buscaré yo lo que sea para encima en Sevilla. Y así lo hicimos, después de varias pruebas y sofocones más pudimos llevarnos al hotel nuestras creaciones. Pero ahí no acabó todo, porque en la tienda de al lado había unos abrigos monísimos y no pudimos resistir la tentación de hacernos “alguno que otro”: yo me hice dos abrigos y un vestido más y Pablo una chaqueta de pana, un abrigo y 3 camisas. Y Sonsoles y Javi también picaron, que no os creáis que sólo nosotros nos dimos al consumismo. En fin, que la única opción para guardar todo eso en la maleta y que no nos pasáramos de peso en el avión fue dejar toda la ropa allí, salvo lo justo para los últimos días de viaje lo abandonamos todo.
Había dicho que Hoi An es famosa también por su gastronomía, y os aseguro que hemos dado buena cuenta de ello. No sólo porque nos hemos pasado el día probando platos deliciosos de un sitio en otro, sino porque nos decidimos a hacer un curso de cocina en toda regla. Lo contratamos en un restaurante buenecito para que no nos hicieran una cutrería. Por 25 euros por pareja nos enseñaron a cocinar 4 platos que después nos comimos disfrutando como locos. En la planta de arriba del restaurante tienen una cocina para estos menesteres. Todos los ingredientes estaban preparados cuando llegamos, de una calidad excelente y perfectamente lavados. Y allí estaban la cocinera y el maestro, preparados para dar una clase magistral de rollitos de primavera al estilo de Hoi An. Nos enseñaron a hacer una sopa de langostinos y limón, pollo con verduras, rollitos de primavera con papel de arroz y rollitos de Hoi An con noodles. La verdad es que lo hicieron todo en poco más de una hora, parecía tan fácil, veremos cómo de fácil es cuando yo me ponga en mi casa, seguro que me llevo toda la tarde y no me salen igual. Cuando terminamos lo llevaron todo a la mesa y “a comer”! Disfrutamos un montón de la comida y nos pusimos a reventar porque, como buenos andaluces exagerados que somos (Javi como si lo fuera) hicimos los rollitos doble de gordos y doble de largos así que casi que no pudimos acabar con todo. Pero estuvo bien el curso, nos alegramos mucho de haberlo hecho. VER VIDEO
AQUÍ BRINDANDO POR LA CANTIDAD DE VECES QUE VAMOS A PREPARAR ESTA COMIDA EN CASA, POR LO MENOS UNA O NINGUNA
En estos días también jugamos al “bingo” vietnamita en la plaza del pueblo. Muchas noches colocan allí un montón de bancos y un grupo de música toca mientras que una pareja al estilo pimpinela canta los palitos (en vez de bolas) que van sacando. A ti te dan, por 20 céntimos, una tablita de madera con 3 palabras y tres dibujos. Cuando cantan uno de tus dibujos levantas la mano y te dan una banderita, el primero que tenga 3 banderitas se gana un farolillo chino de los del restaurante de debajo de tu casa. Y así lo hicimos con la ayuda de una señora y un chico muy amables que nos avisaban cuando teníamos algo porque resultaba imposible adivinar lo que decían. Sonsoles casi se llevó el premio pero, con sus dos banderitas, se quedó sólo a punto de conseguirlo. VER VIDEO
Otro día alquilamos unas motos para ir a ver las Montañas de Mármol, a unos 17 kilómetros. Son como las de Halong, salen de la tierra y sobre ellas han construido templos e imágenes al aire libre y dentro de enormes cuevas. Es precioso porque en las cuevas se filtran la luz y las gotas de agua dándole un encanto especial.
Y bueno, también nos dedicamos a pasear la ciudad tranquilamente. Hay casas coloniales, un puente cubierto japonés, varios templos, casas típicas y muchos restaurantes y sastrerías.
Y después de dedicarnos a todos estos menesteres y a nuestros cuerpos serranos, no nos quedó otra que marcharnos hacia el sur del país. Sorprendentemente el tren costaba lo mismo que el avión (25 euros) y tardaba 16-20 horas, así que cogimos nuestro vuelo con retraso incluido destino a Ho Chi Min.
EN EL AROPUERTO ESPERANDO NUESTRO AVIÓN QUE LLEVABA RETRASO
A la mañana siguiente temprano nos buscamos un bus para ir del tirón hacia el delta del Mekong. Ir hasta allí por libre fue una odisea, porque era imposible que alguien nos entendiera y nos dijera qué autobús teníamos que coger. Nos montamos en uno que creíamos que era el adecuado pero al cabo de un rato nos dice que nos bajemos en medio de la carretera que tenemos que cambiar de bus. Allí había otro autobús y nos montamos del tirón y el colega nos dice que le paguemos 4 euros cada uno. Nos negamos y le dijimos que ya habíamos pagado el anterior bus y, tras una leve pelea, nos bajaron del autobús en una estación. Allí cogimos otro que pareció ser por fin el correcto, porque en una hora y media nos bajamos en My Tho. Allí, tras buscar un hotel entre los pocos que había, nos alquilamos un barquito para dar un paseo por el río Mekong durante un par de horas. Vimos atardecer desde el barco, los canales, fue muy bonito. Tras el paseito buscamos donde cenar y nos sentamos en un puestecito de comida callejera que tenía muy buena pinta, bueno tampoco muy muy buena, pero se podía comer que ya es raro. El puestecito lo llevaba una familia muy amable que nos cocinó carne en salsa y noodles deliciosos. Pero tampoco nos quisimos arriesgar demasiado y nos fuimos de segundas a un sitio de comida rápida a comernos unas lagrimitas de pollo con patatas (claro que no se podían parecer a las del Carga y Vete).
Para el día siguiente contratamos un taxi que nos llevara hasta un pueblo cercano para allí contratar una barca que nos llevara a ver el mercado flotante. Costó que la mujer nos entendiera porque no hablaba ni una palabra de inglés. Al final, con la ayuda de un señor que hablaba inglés y estaba por allí que nos ayudó, logramos acordar un precio y quedar para el día siguiente. Así que el día de ayer lo pasamos en el río, en una barquita recorriendo los canales del Delta del Mekong que son muy bonitos y tienen mucha vida.
Por la tarde volvimos a Ho Chi Min justo para la cena e irnos a dormir. Y aquí estamos hoy, pasando el último día de nuestro maravilloso viaje. Hoy mismo sale nuestro avión para España en un vuelo de 16 horas mas una hora de escala. Pensábamos volver en Navidad pero hemos tenido que adelantar la vuelta por cuestiones de trabajo. No quiero ponerme melancólica pero me resulta muy triste colgar el post en tono de despedida, así que prometo colgar otro contando cómo nos ha ido la vuelta, el reencuentro con la familia y con nuestra casa. Pero si os digo la verdad la aventura no ha terminado, esto es sólo un paréntesis y mucho más corto de lo que pensáis. En breve os contaremos nuestros nuevos planes que son maravillosos... estamos en contacto.
Ohhhhhhh!
ResponderEliminarNo sabéis la pena que nos da que de momento termine vuestra aventura. Fué un placer conoceros en Pingjao, y ha sido un placer leeros una y otra vez durante todo este tiempo.
Enhorabuena por lo bien que habéis ido contando vuestro viaje, con mil pelos y señales, muy ameno y muy divertido.
Esperamos que en breve, al abrir "la aventura de pablo y elena" nuestra sorpresa sea que estáis de nuevo trotando por algun lugar del mundo.
Un beso muy fuerte
Laura y Jagoba.
OOOOHHHHH, Que pena dá pensar que no encontraremos otro post de esos mundos, bueno el de la vuelta sí, y lo prometido es deuda, asi que uno más almenos, por favor. Y ojalá continue esta aventura en breve que quien os conoce sabe que no tardareis mucho en reiniciar el viaje.
ResponderEliminarMe ha encantado seguir desde el primer dia vuestra aventura que ha sido un poco mia tambien por lo bien que lo habeis descrito todo,y por todo eso...GRACIAS!! a los dos de corazon por que nos habeis hecho disfrutar en muchos momentos. BESOS--
Hola chicos, parece mentira que llevamos sólo dos horas separados y ya os echamos de menos, que pena nos ha dado cuando hemos leido este último post, aunque nos alegramos mucho de haber compartido con vosotros este viaje y de haber formado parte de la aventura. Porque este sea el primero de muchos otros. BESITOS ahora nos queda pendiente hacer esos rollitos!!!!!
ResponderEliminar¿Qué volveis a casa? Esto no puede estar pasando. Y ahora ¿qué voy a hacer yo? Teneis que volver al tajo cuanto antes, hay que seguir con nuevas aventuras y destinos.
ResponderEliminarDe verdad, me lo he pasado en grande. Muchas gracias por todo y como adelantais espero volver a veros pronto en la carretera.
Un saludo,
joserra.
Hola, no tengo el gusto de conoceros personalmente, pero hoy al leer este ultimo post no puedo resistirme a escribiros unas lineas.
ResponderEliminarNo se de que manera un día navegando y buscando algo de viajes (mi gran pasión) llegue hasta esta página, lo que sí os puedo decir que desde ese día he sido vuestra más fiel seguidora.
Gracias por hacerme vivir unos ratitos tan buenos, y por hacerme viajar un poquito con vosotros.
Seguiré muy atenta vuestras andanzas, espero que sea pronto porque voy a echar de menos vuestras historias.
Un saludo a los dos!
Hola Elena y Pablo, me llamo Cecilia. No os conozco personalmente pero tuve la suerte de encontrarme a tu padre (Elena) en un avión hace más de 15 días ya de vuelta de nuestros viajes, él de Praga y yo de Hawaii, nos encontramos en mi último trayecto (4 en total) Madrid-Sevilla y me divertí mucho hablando con él de viajes y lugares del mundo, entonces él me contó vuestra historia y le prometí que te iba a escribir. Tengo 24 años y también me encanta viajar, y cuando acabe por fin la carrera me encantaría hacer lo que estáis haciendo vosotros, de momento hago viajes de ida y vuelta. Y poder viajar y ayudar en determinados sitios con vuestra profesión (como Pablo que se que es médico…). Pues nada, os mando un saludo y seguiré pendiente de vuestras aventuras, y cogeré ideas para las mías. Os dejo mi email y saluda a tu padre! Un beso a los dos.
ResponderEliminarCeciliabg_arq@hotmail.com
Gracias a todos por lo ánimos, ahora son muuuuyyyyy necesarios. Esperamos poder contaros muy pronto, nuevas buenas noticias!! Besos
ResponderEliminarBonito viaje, seguro que la vuelta es dura pero ya estaréis preparando una nueva aventura.
ResponderEliminarSólo os voy a poner un "pero", y espero que sepáis encajar las críticas.
Supongo que no andaríais de muy buen humor en China pero os pasásteis siete pueblos al decir que "todos los chinos son unos hijos de puta". Creo que no está bien generalizar y menos en un sitio público, eso lo podrías decir tranquilamente en un bar alrededor de una par de cervezas, pero no aquí. A mi personalmente me habéis ofendido ya que mi mujer es china.
Creo que tu eres sevillano, y a mí las dos únicas veces que me han robado ha sido en Sevilla, y no por eso voy a decir que todos los sevillanos son unos hijos de puta.
En fin, espero que por lo menos hayáis regresado con la mente más abierta, y sobre todo, más humilde.
Un abrazo y suerte en el futuro.
Mikel
Hola Mikel. Como dicen que rectificar es de sabios, rectifico desde aquí. Reconozco que me pasé al decir eso, pero en ese momento estaba muy quemado. Ahora desde la tranquilidad de mi casa te diré que me arrepiento un poco de aquel post, porque lo escribí estando muy muy quemado, pero te digo en serio, y no quiero ofenderte, que en ningún pais de los que hemos visitado nos hemos sentido como nos sentimos en China, como autenticos despreciados por la mayoria de gente de allí. Pero ya te digo, reconozco que me pasé al escribir el post y por eso te pido disculpas a ti y a tu mujer y a todos a los que hayamos podido ofender con ello. Recibe un cordial saludo y gracias por tu crítica, eso nos ayuda a madurar como personas. Un saludo desde Sevilla.
ResponderEliminarUna aventura maravillosa¡¡¡¡¡¡¡ Gracias por compartirla con todos nosotr@s, lo he pasado muy bien con vosotros, muchos besos y espero el post de vueta MUAC¡¡¡¡¡
ResponderEliminarOhhhhh!!!
ResponderEliminarMe ha encantado seguiros estos meses....
Espero que de verdad volvais pronto a la aventura!
y espero algún día poder hacer un viaje al menos la mitad de interesante que el vuestro!
Saludos
Hola Pablo y Elena:
ResponderEliminarBienvenidos a casa y que la reentrada a la normalidad sea lo mas leve posible.
Vamos a echar de menos vuestra dosis de aventura y el buen humor de Elena, esperamos que el blog no termine aquí y como decís pronto iniciéis nuevos viajes.
Un fuerte abrazo,
Asun y Ricardo
Aunque ya os he podido ver, y me alegro de teneros cerca en persona, sé que dentro de poco volveréis a marcharos para continuar vuestra aventura, y en realidad me alegro, por vosotros, por supuesto, pero también por mí, porque he disfrutadio cada instante de vuestros post, como si yo hubiera estado allí, así que seguiré viajando de esta manera con vosotros. Un beso muy fuerte.
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