Ver tarsiers en Bohol y puro relax en la isla de Malapascua


Los últimos 10 días los hemos pasado entre la isla de Bohol y la de Malapascua. Si, ya se que allí ya ha llegado el frío, que estáis con las bufandas y los abrigos y que os va a dar mucha envidia. Pero es que aquí estamos a 35 grados y Filipinas ofrece isla tras isla con playas preciosas y buena comida. Bueno comida? No lo se, quizás no soy objetiva la verdad. Pero después de 7 meses en Asia comiendo sólo arroz y noodles, llegar a un país con herencia española a mi me parece el paraíso. Vamos que he comido desde calamares fritos a carne en salsa rematado con “leche-flan”. Ummm no tengo palabras. Eso, sumado al lote de jamón que nos estamos dando, hace que nuestra percepción pueda no sea muy objetiva. De cualquier manera estamos felices, tener aquí a la familia está siendo divertido y reconfortante. 
 
Tras marcharnos de Oslob donde vimos a los tiburones ballena, llegamos en un barquito hasta Alona Beach, en Bohol. Allí nos hemos alquilado una casita muy agradable, con 3 dormitorios y una buena cocina, por 60 euros al día. Tener cocina nos ha permitido desayunar y cenar en la casa, lo que es sinónimo de grandes atracones de jamón.

En bohol no hemos parado de hacer cosas. Sólo pasear por la playa o meterte en el mar para pasar las horas muertas ya es una pasada, pero además hay muchas otras cosas que puedes hacer. Un día nos alquilamos un barquito por 24 euros (1200 pesos) para que nos llevara a un par de islas perdidas a hacer snorkeling. Al llegar a la isla nos llovió y no pudimos ver nada, pero tampoco habíamos leído que fuera muy espectacular.

BAÑANDONOS EN ALONA BEACH
UN PASEITO POR LA PLAYA
TODOS EN EL BARCO
LLEGANDO A LA ISLA, QUE SE VE AL FONDO PRECIOSA
Nos hemos alquilado un coche. Tras mucho regatear conseguimos uno por 1800 pesos (32 euros), lo que es caro pero no está mal si pensamos que la excursión de todo un día que te lleva a ver todos los puntos importantes de la isla te cuesta 300 (6 euros). Como tenemos la suerte de ser 5, nos salía prácticamente igual hacerlo por nuestra cuenta. Así que alquilamos nuestro cochecito y nos fuimos a recorrer la isla. Camino de la reserva de Tarsiers, que era uno de los puntos fuertes del día, nos paramos para ver un par de iglesias y para pasear por un pueblo llamado Sevilla, que como la tierra tira, nos volvimos locos y le contamos a todo el pueblo que nosotros éramos de Sevilla, pero del otro Sevilla, del que está a miles de km de distancia.
LA IGLESIA DE TAGBILARÁN, LA CIUDAD PRINCIPAL DE BOHOL
OTRA IGLESIA EN EL CAMINO
POR AQUÍ SE VA A SEVILLA
Y ESTE ES SU AYUNTAMIENTO
POR EL CAMINO PARAMOS EN UN PUENTE COLGANTE DE BAMBÚ
Y NOS HARTAMOS DE HACERNOS FOTOS
PASAMOS OTRO PUENTE CON UNAS VISTAS PRECIOSAS DEL RÍO Y LA DENSA VEGETACIÓN
Teníamos muchas granas de ver Tarsiers. Los hay en pocos puntos de planeta, y aunque hay en Sulawesi, Idonesia, y en Borneo, Malasia, no habíamos podido verlos en ninguna de las dos ocasiones. Se nos presentaba la tercera y no íbamos a dejarlos escapar esta vez. En la isla de Bohol hay dos reservas en las que puedes observarlos y allá que nos fuimos. La reserva tiene una hectárea y dentro hay 8 tarsiers que están el libertad, por lo que es complicado verlos todos. Los guías los buscan por la mañana para tenerlos localizados y que los visitantes puedan observarlos. Esa mañana habían localizado 4. El tarsier es el único animal que se suicida ante situaciones de estrés, se tira desde lo alto de un árbol o mete la cabeza en el agua hasta que muere ahogado, por eso no debe molestárseles mucho. Tienes que verlos en silencio y, por supuesto, no tocarlos. Pensaba que los íbamos a ver de lejos, pero sorprendentemente los 4 estaban bajitos y pudimos verlos muy de cerca. Objetivo conseguido!!!

El otro punto importante de Bohol son las colinas de chocolate. Se trata de pequeñas colinas redondeadas que salen por todas partes como burbujas de jabón. En temporada seca se ponen marrones, por eso las bautizaron como colinas de chocolate. Ahora, terminando el monzón, estaban verdes pero igualmente preciosas.



Dejamos Bohol para venirnos a Cebú. En un ferry que dura dos horas y cuesta 400 pesos (8 euros) llegamos a la ciudad de Cebú que nos pareció un infierno. Habíamos reservado un hotel no lejos del centro que no estaba mal, el Palazzo Pensionne, a unos 23 euros la doble con aire y desayuno. Pero el tráfico es un absoluto infierno, si tienes que coger un taxi para ir a cualquier parte, puedes pasar hasta una hora maldiciendo a todos los santos mientras el coche está parado en un atasco y el contador sigue corriendo. Menos mal que los taxis son muy baratos en este país, y por una hora de taxi puedes pagar 4-5 euros. En el centro de Cebú puedes ver iglesias inmensas y alucinantes por el fervor que se vive en ellas, la Cruz que Magallanes colocó cuando llegó a la isla o un antiguo fuerte español. Todo es muy bonito, pero viene aderezado con una pobreza extrema. Aquí puedes ver mucha gente durmiendo en las calles y grandes grupos de niños abandonados pidiendo comida o durmiendo sobre cartones. Lo de los niños es lo que más nos ha impresionado a los 5. Yo no había visto tantos niños de la calle de esa forma en ningún país. La verdad es que es impresionante.
LA CATEDRAL DE CEBÚ
EL FUERTE DE SAN PEDRO
UN GRUPO DE ESTUDIANTES JAPONESES QUE REGALABA ABRAZOS EN EL CENTRO DE LA CIUDAD
TIENE USTED 6 HIJOS? NO HAY PROBLEMA, UNA BICI-CARRO CON 8 PLAZAS

Nuestro siguiente destino era Malapascua, una pequeña isla que hay al norte de la isla de Cebú. Habíamos leído que era un paraíso y teníamos que comprobarlo con nuestros propios ojos. Para llegar a ella, tienes que coger un autobús en la estación de autobuses del norte de Cebú. Salen cada media hora y son bastante cutres e incómodos. Cuestan 163 pesos (3,26 euros) y tardan entre 4 y 5 horas en cubrir 130 kilómetros. Claro que sólo una hora se va en salir de la ciudad e Cebú, y el resto en parar por el camino cada 100 metros para que suban y bajen pasajeros.
EL AUTOBÚS QUE VA DE CEBÚ A MAYA

Tras 4,5 horas llegas a Maya, el último pueblo que hay en la isla de Cebú. Allí tienes que coger un pequeño barquito que te lleva por 20 pesos (40 céntimos) al barco grande que está anclado a 50 metros de tierra firme. El barco grande tarda 40 minutos y cuesta 100 pesos (2 euros) y te deja a 100 metros de la playa. Por eso tienes que coger otro barco pequeño que por 20 pesos te lleva hasta donde el agua te cubrirá por las rodillas. La verdad es que aquí el negocio está montado para que tengas que pagar por cada paso que das y eso es muy desesperante. Pero es lo que hay, así que si vienes a Filipinas pasarás por eso.
EL BARCO PEQUEÑO QUE TE LLEVA HASTA LA ORILLA
Lo que pasa es que todo compensa cuando llegas a la isla: aguas absolutamente transparentes, arena blanca, palmeras, masajes en la playa, buena comida y mucho relax. Nos alojamos en el Blue Coral Resort, a 30 euros la noche. El hotel está bien, limpio y con habitaciones amplias, pero pasa ser Asia, carísimo. Y pocas opciones encuentras más baratas en la isla en temporada alta. Lo bueno es que está en la arena e incluye desayuno. Aunque la wifi no llega a las habitaciones.
NUESTRO HOTEL
LAS VISTAS DESDE LA HABITACIÓN
Y en Malapascua hemos pasado varios días sumergidos en una espiral de felicidad y flojera, recordándonos cada minuto lo afortunados que somos y la suerte que tenemos. Porque pasar el día entre baños, barcos, jugar a las carta, masaje a 6 euros la hora, siestas y comilonas debe parecerse mucho a estar en el cielo, os lo aseguro. Ojalá me pillará aquí el día de la marmota, sería un triunfo! Y es que esta isla es preciosa, de esas que salen en las fotos y piensas que algún día estarás allí. Aunque tengo que decir que el snorkeling es bastante malo, nada especial que ver por aquí. Pero teniendo una playa de arena blanca y aguas cristalinas, quien necesita fondo marino?
LA PLAYA DELANTE DE NUESTRO HOTEL
MONTADOS EN EL BARCO
SNORKELEANDO
MIRAD EN QUÉ MARCO INCOMPARABLE NOS HICIMOS UN MASAJE...
Y MIRAD NUESTRAS CARAS DE FELICIDAD
EN EL CHIRINGUITO DE NUESTRO HOTEL TOMANDO UNA PIÑA COLADA VIENDO PONERSE EL SOL
PORQUE LAS PUESTAS DE SOL SON ESPECTACULARES

Pues se acabó lo que se daba porque mañana por la mañana cogemos un vuelo para ir a nuestro siguiente destino. Que será otra isla paradisíaca así que no nos vamos a quejar. Hasta el próximo post!!
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Manila y nadar con tiburones ballena



Estar en Filipinas ya es una buena noticia, pero si encima nuestra familia ha venido a visitarnos es fantástico. Y si nuestra familia ha venido cargadita de jamón y caña de lomo ya es para que se te pongan los pelos de punta y no duermas de la felicidad en tres días.


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Que hacer en Kaohsiung y el Parque Nacional de Taroko


Esta semana hemos estado un poco bajitos de ánimo. No se si será porque Taiwan no nos está gustando demasiado, o porque tenemos unas ganas locas de que llegue el fin de semana (luego os cuento por qué), el caso es que hemos estado sumidos en un estado de apatía permanente. Y es que ya nos había pasado, que cuando el país no nos ofrece mucho, la desgana se apodera de nosotros. Y hemos aprendido a lidiar con esa apatía porque, aunque no lo creáis, no es un sentimiento fácil de digerir cuando se está de viaje. Porque cuando uno está de vacaciones permanentes se da por hecho que debe ser súper feliz todo el rato. Otro estado de ánimo no se comprende y, si se siente, da remordimientos de conciencia. Como si uno no se permitiera a sí mismo no ser feliz al 100% sólo por el hecho de estar viviendo la fortuna de viajar permanentemente. Pero desde aquí os digo que eso es un mito. Cuando viajar se convierte en tu forma de vida, en el viaje se dan todo tipo de sentimientos, como en el día a día de cualquiera. Lo que pasa es que tengo que reconocer que días de bajón hay pocos, como cada día todo es nuevo, normalmente estás de buen ánimo y con muchas ilusiones diferentes. Pero algún día de bajón siempre hay. Y no os creáis, que al principio nos costaba, un día depresivo era como una tragedia: pero cómo puedo sentirme así si tengo una vida maravillosa? Pues con los años hemos aprendido que sentirse así cuando se vive viajando es algo normal, y que no pasa nada por reconocerlo. Y os aseguro que entre los viajeros existe cierto tabú en este sentido, el no reconocer que no se tiene un buen día o que determinado país no te gusta. Pues yo reconozco públicamente que Taiwan no me está gustando demasiado, exactamente igual que nos pasó con Laos. Y que no se nos enfade nadie, que hay mucho sensible que se puede doler con mis palabras, pero para gustos los colores. Y no todos los países te tienen que encantar. Obviamente unos te gustan más que otros y yo, como todo el mundo, tengo mis favoritos. Y como habíamos venido bastantes veces a Asia, en este viaje estamos visitando todos aquellos países que habíamos ido dejando porque no teníamos mucho interés en visitar, como es el caso de Malasia, Laos y Taiwan. Y, para ser honestos, ninguno de los tres nos ha parecido espectacular. Sin duda, la estrella del viaje ha sido recorrer las provincias de Yunan y Sichuan en China, contra todo pronóstico. Veamos qué pasa con los países que nos quedan por recorrer.

Pues a lo que iba, que quizás porque no nos está gustando demasiado y eso nos ha puesto en modo desgana, o quizás por las ganas que teníamos de que llegara el fin de semana. Y por qué el finde? Si vivimos de vacaciones y a mi me da igual que sea lunes, miércoles o sábado? Pues porque el viernes, es decir hoy, volamos a nuestro siguiente destino: Filipinas. Y porque, además de ser un destino del que teníamos muchísimas ganas, se suma que viene mi familia de visita, SI!!! viene mi madre y dos agregados que para mi son como mis tíos, y los 5 vamos a viajar durante 25 días por las islas filipinas. Ni me lo creo!! después de 7 meses ver a mi madre es, como podréis comprender, un subidón total. Así que estábamos tan ansiosos por que llegara el finde que casi que se nos ha hecho larga la semana.

Pero bueno, que no es que nos hayamos quedado acostados, que hemos seguido dando la vuelta al país. Y la verdad es que en estos días hemos visitado una ciudad muy interesante y el Parque Nacional de Taroko, otro de los puntos importantes del país junto al Sun Moon Lake.Y han sido de las cosas que más nos han gustado.

Voy a empezar contando dónde hemos dormido estos días. Se acabaron los couchsurfings, no hemos encontrado nadie que nos alojara en nuestros dos últimos destinos. Y ya os dije que dormir en este país es caro. De todas formas se pueden encontrar opciones si uno se sale de los típicos hostels para turistas. En estos hostels la gente paga 500 dólares (casi 14 euros) por una cama en una habitación compartida. Pero normalmente, en todos los países, puedes encontrar hoteles que no salen en las guías, cuyos dueños son locales y en los que encontrarás turistas locales más que europeos. Y eso pasa en Taiwan, que está todo lleno de hoteles con las letras en chino en los que no hablan inglés y los precios son más económicos. En Kaohsiung dormimos en el Sunwise Hotel en una doble con baño, wifi y desayuno por 600 dólares (unos 17 euros) y os aseguro que estaba impecablemente limpio. Y en Hualien (junto a la Taroko Gorge) hemos dormido algo más caro, por 1000 dólares (27,7 euros) en el Green George Guesthouse, lo mismo que nos pedían en los hostels por camas en habitaciones compartidas. Pero está recién abierto, es un hotel nuevo súper moderno, limpio y precioso. Así que estamos contentos por haber encontrado opciones que no implicaran compartir habitación.
SUNWISE HOTEL EN KAOHSIUNG

LA SALA COMÚN EN LA GREEN GEORGE GUESTHOUSE DE HUALIEN
La ciudad de Kaohsiung ha sido la que más nos ha gustado de todas. Nos ha sorprendido que es limpia, ordenada, con edificios más nuevos y menos ruidosa que el resto del país. No es que sea una ciudad histórica o tenga muchos puntos de interés, es sólo que es más agradable pasearla. Hasta el mercado nocturno nos pareció más limpio e invitaba más a sentarse a comer que los de las otras ciudades que hemos visitado. Además tiene un puerto que, aunque esté en obras, resulta interesante visitar. Las antiguas naves en las que se almacenaban las mercancías que venían en los barcos, las han convertido en un gigantesco centro cultural precioso. Lleno de tiendas, restaurantes, cafeterías, teatro y todo tipo de negocio con un diseño y un encanto que hace que puedas pasar el día entero allí sin aburrirte. A nosotros se nos fueron muchas horas paseándolo de arriba abajo. Además puedes recorrer su inmensa playa de arena negra andando o en bici. 





La última parada ha sido en el parque nacional de Taroko. Tuvimos que coger un tren desde Kaohsiung durante más de 5 horas para llegar hasta Hualien, la ciudad más cercana a la garganta. Para ir hasta el Parque Nacional nos compramos un ticket para un autobús turístico (250 $ el día, 7 euros) que recorre el parque parando en los diferentes puntos de los que parten las rutas para hacer caminatas. Puedes bajar y subir al bus tantas veces como quieras, así que es una opción genial para explorarlo. También es posible alquilar una moto, pero está algo lejos de la ciudad y la carretera nos pareció un poco complicada, con muchas curvas y muchísimos autobuses. De todas las paradas que hace el autobús nosotros elegimos tres: La primera fue Shakadang. Según la información era un trekking de 2 horas y media pero nos encontramos con que el camino está cortado a la mitad porque lo destrozó el tifón del pasado agosto. Así que en una hora lo tienes hecho. Una pena porque es precioso, las vistas del río y el color del agua nos han dejado impresionados. Para mi, el tramo más bonito.



La segunda parada la hicimos en Yanzikou. Nos encontramos con que de allí salen caminatas guiadas que hay que reservar con bastante antelación. Tenía muy buena pinta pero como no lo sabíamos no habíamos reservado y nos quedamos con las ganas. No habíamos oído nada de eso en ningún sitio así que no lo pudimos hacer. Sólo pudimos hacer una caminata de una hora por el camino de la carretera. Las vistas son muy bonitas porque la garganta se estrecha bastante, puedes ver el río abajo y las paredes verticales a ambos lados. Es peligroso porque caen piedras y todo el mundo iba con casco menos nosotros... imprudentes.

La última parada es la que menos nos ha gustado: Lushui. Tiene un camino de una hora hasta un puente colgante alucinante, pero el camino no va por el río, por lo que es menos espectacular.
Y como con ésto se acabaron nuestros 23 días en Taiwan, hoy mismo hemos vuelto en un tren hasta Taipei (2 horas) y de ahí en autobús directos al aeropuerto. En unas horitas despegamos, así que esta noche dormimos en Manila. Estamos muy emocionados, hoy es de esos días de subidón total. Un nuevo país, Filipinas, y nuestra familia nos esperan: Allá vamos!!!
 

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Que ver y hacer en el Sun Moon Lake y Tainan , Taiwan




Ya os dijimos que Taiwan es muy cara y que para mantener el presupuesto tendríamos que seguir recurriendo al couchsurfing. En Taichung, la siguiente ciudad en la que nos íbamos a parar en nuestro recorrido hacia el sur de la isla, encontramos a Jason y su novia Hellen, dos taiwaneses encantadores que vivían en un piso precioso y muy moderno aunque un poco alejado del centro. Lo malo es que la cama era bastante pequeña para dos personas, y que es de esos anfitriones que no te dejan la llave, sino que tienes que salir cuando se va a trabajar y volver cuando el esté de vuelta. Pasa pocas veces pero, algunas veces es así. Eso es un poco rollo, sobre todo para nosotros que no nos gusta levantarnos temprano y poner el despertador es como si nos clavaran cuchillas debajo de las uñas. Si, lo se, somos muy perros, pero no sabéis lo pronto que se acostumbra uno a lo bueno, o a vosotros os apetece levantaros a golpe de despertador cuando estáis de vacaciones? Pues aquí ha tocado hacerlo muy a nuestro pesar. Aunque hay que decir que muy agradecidos a Jason por habernos permitido dormir en un fantástico piso. Jason tiene un mapa del mundo en el que pega una pegatina encima del país de las personas a las que va alojando. Nosotros pusimos nuestra pegatina sobre Sevilla. Viva!!!
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Qué ver y hacer en Taipei


Hemos pasado 10 días completos en Taipei. Si, si, ya se que 10 días son muchos, pero es que el destino nos puso por delante un montón de planes en esta ciudad, a caballo entre China y Japón. Porque en Taipei hemos visto herencia de ambos países, se puede reconocer lo chino y lo japonés. No en vano fue colonia japonesa durante 50 años, hasta 1945 en que fue devuelta a China. Taiwan se reconoce como país independiente aunque las Naciones Unidas no piensan lo mismo. Es un país caro, sobre todo comparado con el sudeste asiático. No tan caro para comer porque puedes encontrar opciones desde un euro en puestos de la calle, pero alojarse, la comida occidental o tomarte un simple capuccino pueden tirar por tierra todo tu presupuesto. Y no os creáis que se trata de un país pobre, que el salario medio aquí ronda el de España. Bueno, vale, el salario medio en España es una mierda ahora mismo, pero es algo que no esperas cuando llegas a un país asiático que no es Japón ni Singapur. La ciudad ofrece de todo. Los edificios se ven bastante viejos en general pero encuentras desde lujosos restaurantes y edificios de viviendas a mercados nocturnos que son una locura, de suciedad y de gente. La red de transportes es fantástica y no son caros, puedes ir a donde quieras en metro, tren o autobús. Y lo mejor es que tienen una tarjeta que se compra en el súper y que se va recargando, con la que puedes pagar en todas partes, tiendas, transportes... lo que facilita bastante la vida. Es casi gratis (menos de 1 euro) y se llama EasyCard. Por otra parte es un país muy seguro, tanto que alguna gente deja la puerta de la casa abierta y en el metro hay paraguas gratuitos para que la gente los use y después los devuelva. Y la gente los devuelve!! no es un flipe? Y puedes dejar el casco sobre la moto o el móvil en la mesa del restaurante sin que nadie te lo robe. Tenemos mucho que aprender, no? Además, en general, está todo muy bien organizado. Por ejemplo, en los baños, que los hay por todas partes, están limpios y tienen papel, hay a veces un display en la puerta que indica los baños que están libres y ocupados, no es un flipe?

EL FAMOSO EDIFICIO 101, HASTA NO HACE MUCHO EL MÁS ALTO DEL MUNDO
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