Visitar los templos de Angkor en Siem Reap, Camboya



Hemos pasado 7 días completos en Siem Reap. Y qué hemos hecho en estos días? Porque 7 días pueden parecer muchos para Siem Reap, pero a nosotros se nos han quedado cortos. Hemos dedicado 4 días completos a ver los templos, uno a visitar ONGs y dos a no hacer absolutamente nada y planear cómo podemos hacer para venirnos a vivir a Siem Reap jeje. Os parece bien? Porque a mi me parece fantástico, hemos tenido nuestra ración de todo y la verdad es que los cuatro formamos un buen equipo. Porque con Edu y Loli nos lo hemos pasado de muerte. Y aunque para nosotros era nuestra segunda vez en Angkor (la primera fue en 2009), lo hemos disfrutado como si fuera la primera, aunque con bastante más gente.
De los días de no hacer nada no tengo ni fotos, porque lo de no hacer nada ha sido literal. Bueno miento, tengo una, porque uno de los días nos fuimos a un hotelito con piscina para pasar el día sumergidos, pero poco más.

EN LA PISCINA DEL HOTEL

Pero el resto de los días lo hemos pasado en el Malita Angkor Villa, un hotel precioso, bien cuidado, limpio, con bicis gratis y personal encantador por 13 dólares la noche desayuno incluido. Además cerca del centro y muy tranquilo, absolutamente recomendable.

DESAYUNANDO EN EL HOTEL

4 días hemos dedicado a ver templos y han dado para verlos muy tranquilos. Para visitar Angkor puedes comprar un pase de 1, 3 o 7 días por 20, 40 o 60 dólares. Nosotros decidimos comprar el de 3 días y dedicar el cuarto día a visitar un templo que no entra dentro de la entrada, sino que tienes que pagar 5 dólares para visitarlo, y está a 70 kilómetros de Siem Reap.

NUESTROS TICKETS, LISTOS PARA VISITAR ANGKOR

Dos días decidimos alquilar un tuk tuk para los cuatro y ver los templos más alejados. El primero de estos dos días visitamos Banteay Srey, el Templo de las Mujeres, que está a unos 30 km, y unas cataratas que hay dentro de un parque. Por todo el día de tuk tuk nos cobraron 30 dólares a dividir entre los 4. El paseo en tuk tuk, yendo 4, se hace divertido y para nada largo.

EN EL TUK TUK RUMBO A LOS TEMPLOS

El templo se conserva bastante bien, la piedra es roja, del color de la tierra, y contrasta bastante con el verde de la vegetación que lo rodea. Tiene muchos grabados y, aunque se visita en media hora, resulta muy bonito. Tampoco es espectacular, por lo que verlo en primer lugar creo que fue una buena opción. Iríamos de menos a más.


BANTEAY SREY, EL TEMPLO DE LAS MUJERES

Una vez visto el templo nos fuimos a las cataratas. Desde donde te deja el Tuk Tuk tienes una caminata de una hora aproximadamente para llegar hasta el punto más alto. El río no lleva mucha agua. Lo que lo hace especial es que el lecho del mismo está formado por piedras con relieves, que probablemente formaron parte de algún templo originariamente. Un poco más abajo hay unas cataratas en las que había bastante locales bañándose y nosotros decidimos hacer lo mismo. La verdad es que aquí hace mucho calor húmedo, y la subida nos había dejado muy acalorados. Como no había nadie en bañador nos metimos con las camisetas. Agua fresquita cayendo sobre nuestras cabezas, que gozada!! después hicimos un picnic en la orillita y vuelta a bajar.

BAÑO EN LAS CATARATAS

Lo último fue ver el atardecer desde uno de los templos de Angkor, uno de los que está en la vuelta grande y al que nos llevó el conductor para que viéramos ponerse el sol. Este templo está más deteriorado pero pasamos un rato subiendo y bajando sus escalinatas.


Nos fuimos a las 9 de la mañana y volvimos sobre las 6,30, un día muy largo pero muy bonito y divertido. Para coronarlo, nos fuimos a comer de nuevo amok, el plato típico camboyano que está para morirse.

UN PLATO DE AMOK Y SU CORRESPONDIENTE ARROZ

Al día siguiente de nuevo fue día de tuk tuk. Esta vez iríamos a Beng Mealea, un templo a 70 kilómetros de Siem Reap para el que no necesitas el pase. La entrada cuesta 5 dólares y a todos nos pareció que había merecido la pena ir a visitarlo. El tuk tuk nos cobró de nuevo 30 dólares por todo el día, visitar este templo por la mañana y luego ir a ver ponerse el sol al lago. El camino hasta llegar a Beng Mealea es una pasada. En parte es un camino de tierra entre arrozales que atraviesa pequeños grupos de casas y otras sueltas en los que ves a las familias reunidas en su vida cotidiana. El paisaje es espectacular y, aunque tardamos más de una hora, yo me hubiera quedado otra hora por esos caminos. El templo resulta interesante porque no está restaurado y hay mucha vegetación en él. La humedad ha puesto las piedras verdes y hay vegetación por todas partes.



BENG MEALEA
DE NUEVO DÍA DE TUK TUK

Una vez nos hubimos cansado volvimos a Siem Reap por el mismo camino precioso, almorzamos allí y nos fuimos para el lago. No es un sitio turístico pero me gustó ver cómo está lleno de hamacas formando cuadrados para que las familias se sienten a hacer picnics los domingos mientras que los niños se bañan.


Por la noche buscamos una peluquería para que Pablo y Edu se pelaran. El tipo los peló con cara de profesional pero les dejó unos cuantos trasquilones. Loli y yo nos moríamos de la risa. Loli no quería que le subieran a Edu el cuello demasiado por detrás y me preguntó cómo se decía “cogote”. Yo le dije: “cogot” y ella muy agobiada se fue para el peluquero y le dijo varias veces “no more the cogot please”. Casi nos morimos de la risa. A pesar de todo no quedaron tan mal, aunque tuvimos que cortarles algunos pelos largos luego en el hotel.

MOMENTO PELUQUERO: NO MORE THE COGOT, PLEASE
AMBOS TRAS LA PELADA TRIUNFAL

Nuestro tercer día de templos lo hicimos en bici con las bicis gratuitas del hotel. Salimos a las 9,30 de la mañana y nos costó algo más de una hora llegar hasta Angkor Wat, que fue nuestra primera parada. Sin duda este es el plato fuerte de Angkor, un templo construido en el siglo XII a dioses hindúes del que impresiona todo, el foso que lo rodea, los edificios de bibliotecas y el templo mismo. Poco tengo que contar de Angkor Wat, es algo que uno tiene que ver al menos una vez en la vida.

VISTA DE ANGKOR DESDE DELANTE
VISTA DE ANGKOR DESDE DETRÁS
ALMORZAMOS UN PICNIC DELANTE DEL FOSO DEL TEMPLO
CUIDADO CON LOS ELEFANTES!

Por la tarde fuimos a otro de los templos más famosos, el de Bayon, o “el templo de las caras” porque en él está esculpida en la piedra más de 200 veces la cara del rey que lo mandó construir. Y no os creáis que son caritas, no, que son caras más grandes que Pablo y yo uno encima de otro. Una pasada. Imagino que ese templo en todo su esplendor debía ser espectacular e impresionante, porque ya lo es hoy en día.También visitamos la terraza de los elefantes, la del rey leproso y la puerta sur de acceso a Bayon, que es una pasada con los ángeles y demonios tirando de la serpiente a modo de pasamanos del puente.

EN LA ESCALERA DE LA ENTRADA, VEIS LAS CARAS?
AQUÍ SE VEN MEJOR
LOS RELIEVES DE LOS TEMPLOS SON IMPRESIONANTES
A LA VUELTA PASAMOS POR LA PUERTA SUR DE BAYON
Y ALLÍ VIMOS EL ATARDECER

El cuarto día fuimos otra vez en bici. La verdad es que no resultó tan cansado como parecía, y aunque volvimos agotados, es algo perfectamente factible. A los guiris no nos dejan entrar en Angkor con motos, así que si no quieres pagar un tuk tuk sólo te queda la opción bicicleta. Aunque vimos a algún guiri en moto, así que supongo que igual no son tan estrictos con el control.

CON NUESTRAS BICIS POR ANGKOR

Entramos en primer lugar en Banteay Kdei y nos sorprendió gratamente. No está muy restaurado pero está apuntalado por todas partes para que las piedras se mantengan en su sitio. Hay varios pórticos en pie y se presta a algunas fotos chulas.

BANTEAY KDEI

Y la estrella del día fue Ta Prohm, el famoso templo lleno de raíces por el que Angelina Jolie se paseaba en Tomb Raider. Y os aseguro que su fama es merecida, porque la visión de los árboles engullendo la piedra no deja a nadie indiferente.





Esa misma noche poníamos fin a los templos de Angkor y a nuestro viaje juntos. En Siem Reap nuestros caminos se separaban y, después de 3 semanas viajando juntos, cada uno seguiría su camino. Para nosotros ha sido triste separarnos de Edu y Loli. Siempre os decimos que lo mejor de los viajes es la gente que conocemos en ellos. Siempre hay gente que se cruza en tu camino y se queda ahí para siempre. Y Edu y Loli han sido uno de ellos. Sin duda, visitar Laos en su compañía lo ha hecho mucho mejor. Y descubrir juntos la magia de Angkor ha sido simplemente un placer. Los vamos a echar mucho de menos. Ojalá pudiéramos haber compartido más tiempo juntos. Pero el viaje continúa. Desde aquí les damos las gracias por habernos dejado compartir con ellos estas semanas. Aunque no es el final, porque nuevos proyectos se han forjado en nuestras cabecitas locas! Ellos se han ido rumbo a Vietnam y nosotros nos hemos venido a Bangkok para volar, dentro de unas horas, a Taiwan, nuestro próximo destino. Besos a todos!

COMO HOMENAJE FINAL NOS FUIMOS A CENAR A LE TIGRE DE PAPIER, UN RESTAURANTE EN SIEM REAP DONDE SE COME DE MIEDO



La aventura de Pablo y Elena Web Developer

3 comentarios: