36 Cumpleaños Feliz y Semana Santa en Holanda: Volendam, Marken, Amsterdam, Leiden, Gouda y Delft


Hoy es 8 de abril, día de mi 36 cumpleaños. Y aquí solita en mi casa, con pablo trabajando y mi cuerpo llenito de inspiración, he decidido dejarla salir en forma de post. La verdad es que ya teníamos ganas de volver por aquí, y últimamente hemos recibido muchos comentarios y algunos emails preguntándonos cómo nos va y pidiéndonos que escribiéramos una nueva entrada para poneros al día. Y aquí estoy, el día de mi 36 cumpleaños. Con el solito, que por fin ha vuelto, entrando por la ventana en nuestro nuevo piso. Y es que en estos tres meses han pasado muchas cosas, porque cuando uno está fuera no paran de pasarle cosas. Y eso me hace feliz.

Pablo está completamente integrado en su trabajo. Ha avanzado mucho con el alemán, ya lo entiende casi todo y cada vez lo habla mejor, aunque aún tiene mucho que aprender. Y ya está haciendo guardias, a lo que yo, histérica de nacimiento, me he acostumbrado mejor de lo que pensaba. Porque si en Sevilla me muero de miedo y cada vez que hace guardia tengo que meterme en mi cuerpo serrano un tranxilium para poder dormir, aquí duermo como una bendita sin pastillas ni nada. Así que estoy como loca. No porque haga guardias, claro está, que ojalá no las hiciera aunque cobrara menos, sino por haber superado ese miedo patológico que me pone fuera de mi, cosa que tampoco es difícil.
Yo, por mi parte, seguí dos meses más con el curso de Alemán, hasta finales de febrero. Pero cuando se acabó no me apunté al siguiente nivel porque tuve que organizarlo todo para la mudanza. Siiiii decidimos mudarnos y sin pensarlo mas así lo hicimos. Porque tengo que decir que nosotros somos de asfalto, urbanitas, vamos que yo me muero por una calle peatonal más que por campo abierto, sobre todo para vivir. Y eso de un pueblo pequeñito como Lüdenscheid nos estaba quemando la sangre. Eso de que fuera sólo una calle, con todo cerrado a las 6, y ni un alma por ningún lado... que no que no, que había que buscar otro sitio donde vivir que no cogiera muy lejos para que Pablo pudiera ir a diario a trabajar. Y a 25 min de allí se encuentra Hagen, una ciudad ya mucho más grande, con otro ambiente, y una comunidad de españoles grandecita. Así que sin pensarlo dos veces nos buscamos un pisito allí, y donde? Pues claro, cómo no en la calle peatonal. Para mi son todo ventajas, la única desventaja era la mudanza, que el único horario de apertura al tráfico es de 7 a 10 y a esa hora teníamos que venir todos los días a traer cosas. Yo pasaba el día recogiendo, desmontando muebles y empaquetando y cuando venía Pablo de trabajar llenábamos el coche hasta arriba y lo traíamos aquí y venga viajitos a un tercero sin ascensor. Ha sido una paliza, os juro que estábamos los dos muertecitos. Y así hasta el día de la mudanza final, para lo cual necesitamos un camión alquilado y la ayuda de 5 inestimables amigos que tengo que decir que me dejaron impresionada: subieron entre dos la lavadora a un tercero sin hacer ninguna paraita... flipo. Y en cuestión de un par de horas estaba todo lo gordo arriba. Ufffff madre mía!! y a mi que me había quitado el sueño la mudanza. Cuando lo vimos todo arriba pablo y yo no nos lo podíamos creer. Ya estaba todo allí sólo faltaba montar muebles y organizarlo todo. Y este es el resultado, os pongo algunas fotillos:
 
MOMENTO LAVADORA SALIENDO DEL PISO ANTIGUO
La aventura de Pablo y Elena Web Developer