De San Pedro de Atacama (Chile) al salar de Uyuni (Bolivia) en 4x4 y una visita a Tupiza


Hola de nuevo!
Dejar atrás países como Argentina y Chile, occidentalizados y caros para el mochilero, y adentrarse en Bolivia, donde todo es muuuuuy barato y diferente, es un cambio muy drástico. Pero, de momento, en los pocos días que llevamos aquí, esta siendo una muy grata sorpresa. Pero bueno, empecemos donde lo dejamos, al inicio de nuestro tour de 3 días desde San Pedro de Atacama hasta Uyuni, en Bolivia.
Tras varios días en San Pedro esperando que a Elena se le curara el resfriado, habíamos contratado el tour con una agencia llamada “Estrella del Sur”, recomendada como una de las dos mejores por la Lonely Planet y por muchos otros viajeros que habían dejado constancia de lo bien que les había ido en el libro de registros de la oficina de turismo de San Pedro de Atacama. Nos decidimos a ir con ellos, aun siendo algo más cara que algunas otras (70000 pesos chilenos por persona más la entrada al parque nacional de Bolivia, 150 Bolivianos = 105+15 =120€ por persona).

El precio incluía todas las comidas, alojamiento dos noches y la visita al Salar de Uyuni, además de a otros muchos sitios por el camino que ahora relataré.
Nos habían metido mucho miedo por lo de la altura y el frío: que por la noche el frío en los refugios puede ser insoportable, que la altura hace a algunos turistas tener fiebre o vomitar... estábamos los dos a la expectativa de qué pasaría con nuestros cuerpos serranos en semejantes condiciones.
El día de la salida nos levantamos casi de madrugada (para nosotros, eso son las 7:30 de la mañana, jejeje) y nos pusimos en la puerta del hostel a esperar que nos recogieran con media hora de retraso. Recogimos al resto de pasajeros (en total 8, aunque nos quedaríamos en 6 porque dos chicos decidieron no ir finalmente porque los iban a meter con otra compañía porque en el jeep sólo caben 6: Gran punto negativo para “Estrella del Sur”, que nos requeteaseguraron cuando reservamos que ellos no hacían eso, si hay mas gente ponen otro jeep, no lo pasan a otra compañía, pero sí que lo hacen). De cualquier forma fue lo único negativo de la agencia, el resto fue como la seda.
Y allí estábamos los 6, Elena y yo y dos parejas más: Elodie y Benjamín, una pareja de Francia que viven en Holanda, y Lucía y Rini, típica pareja de holandeses ambos guapos y altos de los que dan coraje, lo peor es que eran un encanto. Y además no hablaban español así que hemos pasado 3 días practicando inglés 24 horas, y haciendo de intérpretes entre el guía y el grupo! Fue mucha suerte porque muchos días van 4 jeeps, cada uno con 6 personas. Así van viajando mucha gente junta y pierde mucho encanto. El día que fuimos nosotros, por casualidad, sólo fuimos 6 personas así que era un único jeep. Eso lo hizo mucho más alucinante porque íbamos parando donde queríamos, para hacer fotos o descansar, libres por en medio de la nada, por el altiplano sin carreteras ni caminos la mayoría de las veces, era una sensación de libertad increíble, nada de contaminación, el más absoluto silencio... ha sido una experiencia muy bonita y única, estábamos los dos flipando.
Tras pasar los trámites de la aduana y tras esperar mas de 1 hora porque a Benjamin y Elodie se les había perdido el papel para poder salir del país, avanzamos en un minibus hasta la frontera con Bolivia, en medio de la NADA absoluta, en plena montaña y a unos 4500 msnm (metros sobre el nivel del mar), donde nos estaba esperando Alberto, nuestro chofer y guía durante los 3 días del tour, con un magnifico desayuno en plena montaña. Ya allí las vistas eran espectaculares, y era solo el principio.
LA ADUANA BOLIVIANA, UNA CASUCHA EN MEDIO DEL MONTE
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El Desierto de Atacama, al norte de Chile: San Pedro de Atacama y los Valles de la Sal y de la Muerte


Los últimos días lo hemos pasado aquí, en el Desierto de Atacama, el desierto más seco del mundo. Para venir desde Argentina tienes que coger un bus que tarda, desde Purmamarca, 7 horas, y cuesta como 40 € más o menos. Nos habían dicho que por el camino debes cuidarte porque el paso de Jama está a más de 4000 metros de altitud. Yo no se si es que somos todoterreno o simple causalidad pero lo cierto es que no notamos absolutamente nada. De hecho la mitad del viaja fuimos viendo el paisaje y haciendo fotos como locos, y la última parte la pasamos sobando. A mi sólo se me taponaron los oídos pero porque tenía un resfriado de la muerte, así que considero que es normal. La verdad es que el camino es muy bonito. El bus durante muchos tramos no os exagero si os digo que no pasaba de 30, montaña arriba y abajo con unas curvas y unos desfiladeros para morirse, yo casi que me despedía de Pablo en cada curva.

Menos mal que el chofer era prudente y era más fácil que nos cayéramos de lado que que nos despeñáramos montaña abajo. Pasamos un par de salares, que son como lagos inmensos pero de sal, completamente blancos, montañas, ríos, algún volcán... la verdad es que no te aburrías. Y además íbamos sentados en la primera fila de la planta de arriba del bus así que estábamos como en el cine, viéndolo todo delante nuestra a tamaño natural.
PASANDO CON EL BUS POR LA SALINA GRANDE
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Visitar Salta y Jujuy


Los días 8 y 10 de abril, como todos los años desde que nacimos, celebramos nuestros cumpleaños. En este caso eran 34 primaveras que cumplimos ambos, de casualidad y por suerte, con 1 día de diferencia (yo mayor que Pablo, es por eso que le exijo respeto y obediencia, no es porque yo sea muy mandona). Y como somos de esas personas a las que no les importa cumplir años, al menos de momento, porque pensamos que nos conservamos extremadamente bien y que los estamos aprovechando al máximo, pues lo celebramos lo mejor que pudimos dadas las circunstancias. Y cuales eran las circunstancias? Las siguientes:
Llegamos a Salta desde Posadas por la mañana, de nuevo después de un durísimo viaje de 18 horas en autobús que no era cama y que costó más de 70 €. Nos fuimos hasta la plaza central del pueblo y yo me quedé en la oficina de información turística con las maletas mientras que Pablo se fue a buscar un hostel decente a un precio razonable. El pobre volvió al cabo de una hora, con su resfriado terrible y la nariz roja como Rudolf y desesperado porque no había encontrado nada que, como mínimo, estuviera limpito. Los hostels de la ciudad dejaban mucho que desear y la habitación costaba mínimo 18 €. Lo dejé descansando y me fui yo a buscar esta vez. Me recorrí media ciudad preguntando pero finalmente encontré uno junto a la calle florida, la peatonal del centro, a 18 € la habitación sin baño pero muy limpia y muy bien iluminada y aireada. Así que fui a buscar a Pablito y le dije la ansiada frase: coge las cosas que ya tenemos hotel. Nos fuimos a comer a un sitio muy modesto pero que nos recomendó un policía y que, aunque cutre de aspecto, la comida era rica y abundante, por 9 euros nos comimos un cuarto de pollo asado con puré de patatas cada uno y una cocacola de litro y medio. Madre mía, siguiendo los consejos de Jordi comemos siempre con cocacola, que según él lo mata todo y es el secreto para estar siempre bien del estómago, y el caso es que yo estoy estupendamente, claro que no se si es la cocacola o la felicidad de estar de vacaciones.
Pasamos en Salta sólo un día porque es una ciudad con un centro pequeñito que se pasea cómodamente. Como en casi todas las ciudades tiene una plaza central con la Catedral, el Ayuntamiento, el teatro y algunas cosas más, un convento muy bonito y una iglesia con una fachada barroca impresionante.
LA CATEDRAL CON EL EDIFICIO DEL OBISPADO AL LADO
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Las cataratas de Iguazú, maravilla natural, y las misiones Jesuíticas




Antes de escribir este post, aviso: Todo lo que podamos contar de las cataratas se va a quedar, si o si, corto. Quiero decir que por muchas fotos que veáis o por muchos videos que miréis, ni de cerca podréis haceros una idea de lo que uno siente cuando está allí frente a esa manta de agua. (Sí, gente, sí, esta intro es para empezar desde ya dando envidia cochina, jejejeje).
Llegamos a las 11 de la mañana a Puerto Iguazú, después de pasar toda la tarde-noche en el camino desde Buenos Aires (16 horas en un magnifico bus cama de las cuales dormimos 12 gracias a Santa Dormidina). Y como siempre en este viaje (y en todos, vamos), me toco a mi (Pablo, of course) ir a buscar alojamiento mientras Elena se queda con la maletas, que la verdad es que a base de viajes uno va puliendo la técnica para que siempre te hagan algún descuentillo, jeje.
Con un calor y una humedad propia de sitios tropicales como aquel, conseguí habitación en un hotelito llamado “Crazy Summer petit hotel” por 120 pesos (24€) la habitación doble con baño privado y desayuno, nada mal teniendo en cuenta que la cama en habitación compartida en un hostel allí te sale entre 70 y 80 pesos (14-16€) por persona. Por cierto, que en el desayuno del hotel había todo tipo de mermeladas, entre ellas esta:
MERMELADA DE... DE QUE? QUE PONE??? :-D
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