Fin de nuestro voluntariado en NPH Guatemala


Siempre dicen que una experiencia como esta te cambia la vida. Y yo me pregunto en qué he cambiado, o qué he podido cambiar yo en estos 3 meses. Hoy, desde la pena de la despedida, sólo puedo sentir una inmensa tristeza y un sentimiento de abandono porque ellos, los niños, seguirán allí aunque nos vayamos todos.
Las últimas dos semanas han sido un poco desastrosas, una mezcla de nervios, estrés y enfermedades. Yo comencé con algún tipo de bacteria en el estómago que no me dejaba vivir. Probamos con antiparásitos pero no me mejoraba y sólo los antibióticos consiguieron quitarme el dolor de estómago. Pero pasé la semana pachucha, sin comer ni dormir bien y sin ganas de nada. Pablito siguió su consulta, y por suerte pudo pasar la revisión a todos los bebés.

PABLO AUSCULTANDO A UNO DE LOS BEBÉS

Después de esa semana pensé que pasaría todo el finde descansando, durmiendo mucho y tranquila en la casa para reponerme y coger fuerzas para la salida. Pero cuál fue mi sorpresa cuando llegamos a casa el viernes y, al abrir la puerta, nos encontramos con que dentro de ella había 12 niños de NPH El Salvador que venían de visita y los habían ubicado en nuestra casa. EL problema es que no nos habían avisado y todas nuestras cosas estaban por todas partes, y luego que no dormía ningún responsable en la casa y ya os podéis imaginar qué hacen 12 niños de vacaciones en una casa para ellos solos: fiesta, fiesta y más fiesta. Y yo con mi plan de dormir y descansar todo el finde… Me quedé a cuadros cuando descubrimos aquello y nos pillamos un cabreo monumental. Fuimos a quejarnos a la dirección pero bueno, hicieron como si ellos no supieran nada así que a buscar alternativas. Menos mal que algunas voluntarias se habían ido fuera y las que quedaron nos invitaron amablemente a dormir en su casa, así que cogimos nuestras cosas y nos mudamos allí. Pero bueno, seguía sin ser nuestra casa ni nuestra cama y claro, tampoco descansé como me hubiera gustado.
EL viernes por la noche nos quedamos allí, jugando con Frijol y Sabrina al Tangui-Dog. Recordáis que en el lago jugamos sin parar a un juego que se llamaba Braendi-Dog? pues Pablo estaba tan enganchado que le faltó tiempo para fabricar uno. Primero lo hizo de cartón, pero luego se le ocurrió ir a la carpintería del hogar y preguntar si se lo podían hacer de madera y le dijeron que sí. Así que nos hicieron el tablero y las fichas de madera. Lo llevamos a casa, dibujamos las casillas y coloreamos las fichas y lo volvimos a llevar para que lo barnizaran. Luego compramos un par de barajas de cartas y… Listo! Ya tenemos nuestro “tangui-Dog”. Y así pasamos toda la noche hasta las tantas, jugando como viciosos. A la mañana siguiente todos coincidíamos que nos pusimos tan nerviosos con el juego que no podíamos dormir.
EL TANGUI-DOG, A QUE MOLA?
AQUÍ ESTÁBAMOS ENVICIADOS JUGANDO
El sábado nos fuimos a Antigua por última vez, a pasar el día paseando, disfrutando y comiendo, como siempre. Por la noche el director, Tío Orlando, nos invitó a cenar en su casa con su novia Ivonne, la española, para despedirnos. Fue muy amable por su parte y lo pasamos bien, comiendo y charlando. Pero durante el día hizo mucho calor y todo el mundo iba en chanclas y en tirantas y cuando llegó la noche hizo un frío terrible. Creo que ahí fue cuando cogí frío y lo que hizo que la última semana me la pasara enferma con la garganta, un dolor insoportable e incluso un poco de fiebre. Por eso digo que las dos últimas semanas fueron regular con tantos males.
Además esta semana ha sido muy estresante para nosotros. Ya todo el mundo hablaba de despedidas y nos estábamos poniendo muy nerviosos. Durante toda la semana hubo un taller médico en Antigua. Vinieron todos los médicos y enfermeras de todos los NPH de Latinoamérica y tenían como un Congreso durante toda la semana en Antigua. Así Pablo estuvo fuera casi todo el tiempo, levantándose temprano y volviendo tarde. Y yo sola en casa con mi pena y mis males…
En la clínica nos hicieron una despedida. Desayunamos allí todo el personal, nos cantaron “ya se van las golondrinas” y nos invitaron a pastel y frijoles. Fue fantástico compartir con ellos y poder darles las gracias por lo bien que nos acogieron.
LA DESPEDIDA EN LA CLÍNICA
YO CON EL BEBÉ NUEVO QUE LLEGÓ PARA LA REVISIÓN Y CASI ME LO COMO
Y llegó el jueves, para mí el peor día de todos en muuuucho tiempo. Era mi último día de trabajo y a las 8 teníamos un taller con los niños de “años de servicio”, los mayores del hogar. Stefanie, mi compañera de trabajo, lo había preparado todo para que me hicieran una despedida, había encargado dulces en la panadería y había pasado unas hojas a los niños para que todos me firmaran. Así que cuando acabé el taller me pidieron que nos hiciéramos unas fotos, me entregaron las hojas y comimos los dulces. Y ahí fue cuando empecé a llorar desconsoladamente. Lo que no sabía es que no iba a parar en dos días, dos días en los que las lágrimas no pararían de salir de mí sin que yo pudiera controlarlas de ninguna manera.
CON TODO EL GRUPO DE AÑOS DE SERVICIO
LOS DOS QUE ME ENTREGARON LAS HOJAS CON DEDICATORIAS DE TODOS
Me fui del aula llorando como una magdalena, después de hacernos muchas fotos y de no poder ni decirles casi ni una palabra porque no salían de mi garganta. Y así llegué a la oficina y así seguí durante un buen rato. Menos mal que tenía cita en el taller de belleza del hogar para que me pusieran el pelo liso, porque eso me hizo calmarme y olvidarme durante un rato.
Pero a las dos cuando terminé en la pelu me fui para el departamento de psicopedagogía porque tenían una junta y yo quería aprovechar para despedirme de todos. Y allá que fuimos Pablo y yo a decir adiós. Pero me habían tendido una trampa… no había ninguna junta sino que nos habían preparado una pequeña fiesta de despedida. Ay Dios mío, sólo fue entrar por la puerta y verlas a todas allí sentadas en círculo y la mesa llena de comida y empecé a llorar sin consuelo. Y ahí lloramos los dos, Pablo y yo, intentando decir adiós y dar las gracias por habernos hecho sentir tan bien durante todo este tiempo. Fue terrible porque no podíamos parar de llorar, parecíamos dos bobos allí con cientos de Klinex empapados. Pero nos lo comimos todo y fue muy bonito. Me emocionó mucho que pensaran en mí y lo organizaran todo, fue una despedida muy emocionante.
EL CARTEL DE DESPEDIDA
TODO EL GRUPO EN LA SALA
DISPUESTOS A COMERNOS TODA LA COMIDA
Yo me marché de allí llorando, fui a la oficina a recoger mi ordenador y me marché al comedor donde había un acto de despedida para todos los médicos del congreso que ya se marchaban. Cuando entré en el comedor y me vi a todos los niños sentados en los bancos, la orquesta del hogar inmensa en una esquina tocando canciones preciosas como Titanic, Yellow Submarine (ver video)… algunos niños vestidos con ropas típicas haciendo bailes típicos para los médicos invitados. Era tan bonito y yo estaba tan sensible que me puse a llorar como una loca. Pero no como hubiera llorado la Presley, sino como llora un niño en el supermercado cuando no le compran lo que quiere, berreando, con el corazón encogido y mucho ruido. Así me pasé más de media hora viendo las actuaciones y escuchando la música.
LA ORQUESTA DE NPH
LOS NIÑOS HACIENDO EL BAILE TÍPICO
Pero lo peor llegó cuando el director de la casa dijo por el micrófono que querían que saliéramos para despedirnos porque era nuestro último día. Ay yo quise morirme de verdad porque estaba llorando como una loca y no podía ni hablar. Y allí que salimos. Después de darnos las gracias vinieron dos bebés (ahí me tocaron más aún la fibra sensible, y Pablo tuvo la suerte de que le entregara Anita, su “preferida”) que nos entregaron un tapiz de tejido típico guatemalteco que habían tejido en el tapiz de la escuela con un bordado con el Logo de NPH, nuestro nombre, la fecha… era precioso. Y un sobre con una carta de recomendación de NPH certificando que hemos trabajado tanto tiempo en tal y tal puesto.
ESTOS SON LOS TAPICES
Luego vino lo peor, porque nos pasó el micrófono para que nos despidiéramos de los niños, el momento más temido por mí. Pablo, que es más almejita y estaba muy entero, dio su discursito pero yo… dije con un hilito de voz que no se sabía muy bien de dónde salía: siento que no puedo hablar porque estoy muy triste y no puedo parar de llorar, solo decir que espero que se cumplan los sueños de todos los niños, muchas gracias”. Y allá que nos fuimos llorando como locos. Y fue muy emocionante porque vinieron varios voluntarios llorando a abrazarnos: Sabrina, Marie, Frijol... y otros tantos niños y fue tan triste, tan bonito y tan emocionante a la vez que nunca olvidaré aquél momento de tristeza infinita, quedará clavado en mi memoria para siempre lo que sentí en aquél momento.
FOTOS DE LA ENTREGA Y NUESTRO DISCURSO
UNA FOTO CON ASTRID, UNA NIÑA MUY ESPECIAL
Después de la ceremonia nos teníamos que ir con todos los médicos a una cena a Antigua. A mi no me apetecía ese plan para mi última noche en NPH pero ya habíamos dicho que iríamos y así lo hicimos. Y me ves a mi cenando en una mesa con un montón de médicos a los que era la primera vez que veía y llorando cada vez que alguien me miraba o me dirigía la palabra.
EN LA MESA LA ÚLTIMA NOCHE EN LA CENA DE LOS MÉDICOS
En cuanto terminó la cena volvimos a casa y estaba tan nerviosa, tan triste, y llorando tanto que tuve que tomar un valium para relajarme y dormir. Y como estaría que conseguí dejar de llorar pero me pasé toda la noche con los ojos como platos.
El viernes fue el último día. La mañana fue más tranquila porque la pasamos en la casa lavando ropa y preparando todo el equipaje. No paró de venir gente a despedirse y a ver cómo estábamos pero conseguí mantenerme serena y no dar el espectáculo. Pasé por la oficina para mirar mi correo y dar a Stefany, mi compañera, todo lo del trabajo que había en mi ordenador. Allí nos hicimos una última foto las dos. La voy a echar mucho de menos porque pasábamos todo el día juntas.
ULTIMA FOTO DE ESTEFANY Y YO EN MI OFICINA
Pero bueno cuando salimos de allí para ir a despedirnos de Nancy, de las cocineras… no pude evitar llorar abrazándome a todo el mundo como si me fuera a morir mañana.
El almuerzo lo hicimos con mucho de los voluntarios en la casa de los niños y bueno, fue bonito porque nos reunimos por última vez y me gustó ese momento
EL ÚLTIMO ALMUERZO EN LA CASA DE LOS NIÑOS
Nuestro transporte salía a las 5 así que a las 4 decidimos subir ya con las maletas para ir despidiéndonos de todos. Cerrar la maleta fue toda una odisea. No hemos comprado prácticamente nada y aún así no sé cómo conseguimos cerrarlas pero daba la impresión que no podríamos abrirlas nunca más. Y eso que sólo tengo cuatro cosas. Tengo que pensar en comprarme una maleta más grande porque la mía es realmente pequeña. Justo cuando íbamos a salir empezó a diluviar. Sólo había llovido la primera semana en Guatemala pero ni un solo día más. Y justo en ese momento el cielo se pone negro y empieza a llover. Todo el mundo empezó a decirnos que hasta el cielo estaba triste por nuestra marcha y estaba llorando. Era una tontería pero a mí me puso más triste aún. Y allí en la oficina nos despedimos de todos, uno por uno. Vinieron los voluntarios a decirnos adiós, los compañeros de la oficina, algunos niños, mucha gente. Yo estaba tan tan triste que lloraba desconsoladamente de verdad abrazándome a todos. Hasta que la caminoneta se puso en la puerta y pitó para que nos marcháramos. Y de verdad que teníais que verme, montada en la camioneta, llorando con todas mis fuerzas y viendo llover tras los cristales y a todo el mundo diciendo Adiós desde la oficina. Y fue muy emocionante porque vino Armando, el primer niño al que vi y conocí en NPH, un niño con muchísimos problemas, me dio un abrazo y me dijo al oído: te quiero mucho. Y aunque quizás lo dijo por decir y quizás no lo sintiera de verdad a mi me sonaron a gloria sus palabras y pensé que, aunque fuera sólo por eso, había merecido la pena estar allí. Yo le dije: Sabes una cosa? yo también te quiero y nunca te olvidaré porque fuiste el primer niño al que conocí en NPH y el último del que me voy a despedir. Y ya se marchó y la camioneta salió dejándolo todo atrás.
EN LA CAMIONETA CON ARMANDO
Y me pregunto si algo ha cambiado dentro de mí o si sigo siendo la misma que llegó con sus miedos y sus ilusiones hace 3 meses. Ahora me siento tan triste que sólo puedo sentirme culpable. Hay en mí un sentimiento de abandono, de haber tomado el camino fácil de marcharme y dejarlos allí. Sé que empieza una nueva etapa y que será maravilloso pero ahora me cuesta verlo. Necesito tiempo para aceptar que nos hemos ido. Voy a echarlos tanto de menos que será muy duro. Pero la vida sigue y otras puertas se abren. La aventura continúa.

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Mandamos desde aquí un gran beso a todos los voluntarios que nos han hecho sentir tan bien. Gracias por todo, de verdad deseamos que volvamos a vernos. Ojalá, algún día, en algún sitio, podamos abrazarnos de nuevo. Un beso para Stefany, Sabrina, Frichof, Valentina, Celeste, Mary, Sharon, Sara, Meike, Chris, Patricia, Otoño, Harry, Jan, Erick, Nicolás, Verónica, Lauren, Jennifer, Anjali y Jenny. Gracias a todos con nuestro corazón.
La aventura de Pablo y Elena Web Developer

12 comentarios:

  1. Ufff Elenita cuánta emoción!! Mucho animo a los dos.
    Ahora aquí después de una semana con máximas de casi 30 grados, no para de llover.
    Besos.

    Olga

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  2. Ánimo,

    Imagino la tristeza. Si después de un viaje de 20 días venimos casi con depresión, pues después de uno de tres meses y con el trato que habeis tenido con la gente, pues....A pensar en vuestro próximo proyecto.

    Por cierto, te he dejado un mensaje privado en los viajeros sobre algunas preguntas de Guatemala, y es que este mes de Agosto nos vamos ara allá.

    Un saludo

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  3. Hermanito anima a tu mujer, que le hace falta...
    Pienso que es normal sentirse así, pero una de dos, o decides vivir allí para siempre, o seguir con tu vida, guardando todas las experiencias vividas en el recuerdo y el corazón, es algo que nunca olvidaréis seguramente. Animo que ahora os queda mucho que disfrutar.
    Por cierto cuñá, gracias por haber vuelto a recordarnos como se llama de verdad Frijol. XP. Besos mil.

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  4. Ufff. Elena mas dejao el coraszon en un puño, con tanto llorar, animate mujer, que la vida sigue y vas a tener muy buenos recuerdos de todos, niños y mayores.
    Tan dejao el pelo monisimo.
    Muchos besitos pa los dos.

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  5. Arriba el ánimo Elena! Tantas emociones demuestran que no eres la misma de cuando llegaste; que te involucraste, que compartistes... que vivistes experiencias, que las vivistéis. Ahora la aventura continua, lo vivido os lo lleváis en la mochila y quien sabe que os espera por delante... quien sabe cuales serán vuestras reflexiones en el futuro... Pero no tendrás tiempo ahora para ello, os va a tocar seguir experimentando, conociendo, disfrutando, viviendo y compartiendo toda una aventura. Besos y abrazos!

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  6. Aunque estéis tristes y os sentáis culpables vuestra estancia allí siempre dejará un recuerdo a todos, además ya es bastante elogiable el "granito de arena " que habéis puesto. Lo que es seguro es que vuestra labor ha sido positiva, ya que la penita que tenéis es directamente proporcional a lo felices que habréis hecho a todos. Besos mil de los sobris Ana Mª, Salvi y Manuel. y buen viaje.¡¡¡¡¡

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  7. Qué emocionante Elena, me parece que nos has dejado a todos la patata temblando con este post, q os estoy imaginando y me dan hasta ganas de llorar! Sonríe q ahora empieza otra etapa de vuestro viaje.

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  8. Hola ambos. La satisfacion del trabajo bien hecho.
    De la entrega del corazon tres meses. De dar gratis lo mejor que teneis.
    Se es mas feliz dando que recibiendo, Al final de la vida tendreis un cantaro lleno de felicidad. Porque estoy seguro que seguireis juntando felicidades. Por cierto FELICIDADES,
    P.D.
    Me han dicho que Argentina es muchiiiiisimo mas bonito que Mexico. Donde va a parar!!!.
    Bezzos.

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  9. Vaya tela con tanto llanto, ¿no ha habido inundaciones en Guatemala? Menos mal que ahora empezáis a rular de nuevo por el mundo y a vivir otras emociones. Y aquí estamos nosotros también sufriendo, en la Feria, fíjate tú, qué dolor...

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  10. Si me emociono hasta yo leyendo vuestras multiples despedidas!! (y eso que soy una piedra!!) no quiero ni imaginarme lo dificil que tiene que ser "dejar" esto. A mi personalmente es lo que mas miedo me da si algun dia vuelvo en serio al voluntariado.
    Y nada de sentirse culpables! Ojala todo el mundo fuera la mitad de la mitad de buenos que vosotros. SOIS LA CAñA!!!!
    Imagino una mezcla tan inmensa de sentimientos que no hay palabras para poder explicarselo. Ni si quiera a uno mismo...

    Bueno.... y a donde vais ahora?? volveis o viajais???

    Un beso muy fuerte a los dos y gracias por todo lo que escribis. De verdad q vuestro blog es una pasada....

    Roberto
    www.ursulayroberto.blogspot.com

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  11. la Raquelona
    Niiiiiiñaaaa!!!!! aqui me tienes a moco tendio hoy además que no es de mis mejores dias... ufff, que pasada Helen. Imagino que el llanto ya habrá cesado y estarás más tranquila. Hay algo en lo que estoy con papa toscano, cuando uno arriesga por el otro, es feliz y lo puedo decir con la certeza de que en mi vida han sido muuuchos los momentos de felicidad y los mejores, los que me han hecho dar de mi vida. Ahora son mucho las emociones y los sentimientos los que salen y no se pueden controlar pero cuando vaya pasando el tiempo y seais capaces de mirar todo con objetividad os dejará una paz inmensa y quizás os haga plantearos en vuestra vida algo que esté orientado a otros que os necesiten. Hay muchos sitios como NHP y más cerca de lo que pensamos, yo estoy viviendo una experiencia muy bonita y chulisima con los 3000 viviendas este año, todo esto esgancha. Y con miedo estoy de marcharme a Mozambique por la vuelta, y a dos meses de la marcha. En fin ADELANTE y a seguir siendo felices, aprovechad y a vivir todo con la misma intensidad 1beso con lunares y farolillos de la feria.

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  12. Ese animo arriba por que los dos sois unos campeones.
    A seguir acumulando experiencias.
    Un beso muy gordote para los 2 !
    Natalia.

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